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Política

“No es momento de la política”: Carlos Salazar apuesta a la diplomacia empresarial

En algunos círculos empresariales, el presidente del CCE es considerado la última línea de defensa para evitar el quiebre total entre la iniciativa privada y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Por Redacción Magenta

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El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelín, hizo un llamado de unidad nacional y aseguró que el país no puede permitirse estar dividido en una coyuntura de crisis sanitaria y recesión económica.

“Esperamos que el gobierno federal se sume a nuestras acciones o que tengamos la oportunidad de un diálogo productivo. Lo único que nos importa es que nadie se quede atrás”. El mensaje de Salazar Lomelín redobló la apuesta para evitar el rompimiento total entre la iniciativa privada y la administración de Andrés Manuel López Obrador.

En conferencia virtual con los dirigentes de las doce cámaras empresariales que conforman el CCE, el ex director de FEMSA hizo énfasis en que la prioridad número uno del empresariado mexicano coincide con el objetivo del gobierno federal: cuidar el bienestar económico de los mexicanos más vulnerables. “Todas nuestras propuestas están orientadas a los mismo, a tratar de ayudar a los que menos tienen, a evitar que un problema de liquidez se transforme en un problema de solvencia”, dijo Salazar. “Sabemos que el gobierno federal, tarde o temprano, se unirá a nuestro acuerdo”, agregó.

A pesar del tono diplomático, el presidente del CCE fue crítico con la postura inflexible de la administración de Andrés Manuel López Obrador en su respuesta a la recesión. “No podemos quedarnos de brazos cruzados porque el gobierno federal no apoya directamente a las Pymes…no está en nuestras manos cambiar la distribución ya establecida de los recursos públicos”, dijo.

Además, sostuvo que el programa de alivio económico propuesto por el CCE hace dos semanas coincide, en fondo y forma, con las ideas que han presentado otros actores sociales y políticos del país. Aunque no lo nombró directamente, Salazar Lomelín hizo alusión al programa que presentó Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de Morena, en relación a medidas de política fiscal contracíclica para salvaguardar el empleo y la liquidez de las Pymes, un esfuerzo que podría ser financiado mediante una expansión del déficit. “Hemos oído críticas de algunos partidos políticos; lo más interesante es que se van a dar cuenta que eran las mismas ideas y orientaciones que les compartimos hace una semana”, refirió Salazar.

En algunos círculos empresariales, el presidente del CCE, es considerado la última línea de defensa para evitar un quiebre absoluto con el gobierno de López Obrador. Carlos Salazar Lomelín se ha encontrado con la delicada tarea de preservar el equilibrio entre mantener abierto un canal de comunicación con la 4T y consolidar la unidad al interior de las organizaciones que representan a la iniciativa privada.

Esto ocurre en un momento en el que crece la impaciencia del empresariado frente a la ausencia de medidas de alivio económico de parte del sector público. Pese a que Salazar reconoció que el gobierno tiene clara la línea del tiempo de la reapertura de la economía y a que la política de créditos y aplazamiento de cuotas del IMSS son pasos iniciales en la dirección correcta, insistió en que la administración no ha hecho lo suficiente para estar a la altura del reto económico que representa la recesión del Covid-19. Es evidente que la crisis sanitaria catalizó la tensión existente entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y la iniciativa privada.

Un sector del empresariado ha sido muy crítico con el enfoque de negociación de Carlos Salazar en relación al gobierno federal. Consideran que ha sido excesivamente diplomático y que su reticencia al conflicto derivó en consecuencias negativas para los intereses del sector privado. La semana pasada, un grupo de empresarios de Jalisco anunció su rompimiento con el CCE.

Salazar Lomelín rechazó tajantemente estas críticas y pidió entender el esfuerzo que se ha hecho desde la dirección del Consejo Coordinador Empresarial y “no dejarse llevar por la frustración” de la coyuntura.

“No es momento de la política”, indicó. El mensaje tuvo dos destinatarios: uno externo, el gobierno federal, y uno interno, la disidencia de un sector del empresariado a su liderazgo.

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