15 de julio 2025
¡Que alguien me explique!
Mega-apagón desmiente a Sheinbaum
La alerta que dimos hace una semana en Código Magenta sobre el peligro de mega-apagones en la península de Yucatán se cumplió. Y el desmentido que en la mañanera dio la presidenta Claudia Sheinbaum acabó rodando por los suelos
Por Ramón Alberto Garza
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La alerta que dimos hace una semana en Código Magenta sobre el peligro de mega-apagones en la península de Yucatán se cumplió. Y el desmentido que en la mañanera dio la presidenta Claudia Sheinbaum acabó rodando por los suelos.
Lo que ese mega-apagón de ayer, en Yucatán, viene a evidenciar es que alguien desde las entrañas de la CFE está engañando a la inquilina de Palacio Nacional. Le dicen que son obras de “mantenimiento”. Falso.
En realidad, buscan ocultarle toda una red de corrupción que tiene como epicentro el Cártel del “Huachi-Diésel” y los incumplimientos de la empresa Mejicali Turbine. Es una cofradía de intereses que acumula ya 60 días de retrasos en la entrega de las turbinas de emergencia, con las que se supone que se evitaría la suspensión en la generación de la energía eléctrica, necesaria para normalizar el suministro a la península. La crisis no tiene fecha de solución. Ni terminan su instalación original, ni tienen gas y tampoco tienen el diésel necesario para operar las turbinas que contrataron de emergencia y que tampoco están listas.
Y esa crisis ya se va generalizando en todo el territorio nacional, cuando son la misma CFE y la presidenta Claudia Sheinbaum quienes están ahora exhortando a los empresarios de todo México a frenar la producción en las horas pico -de 7 a 10 de la noche- para evitar caídas en el suministro y potenciales apagones generalizados.
Asomarse al caso de Yucatán es un ejemplo claro del manejo corrupto que se gestó desde el sexenio pasado en las entrañas de la CFE y que involucra a empresas favorecidas con la emergencia, como Mejicali Turbine -de Jorge Bonilla- que opera de la mano del Grupo Fox, de Fernando Pérez Cano.
Cuestión de recordar que ellos lograron los contratos para el suministro de emergencia -valorado en 300 millones de dólares- para suplir con turbinas operadas con huachi-diésel, ante la imposibilidad de echar a volar las nuevas plantas generadoras por falta de ductos para suministrar el gas que demandan.
Bajo esta emergencia, el estatus de la planta de ciclo combinado Mérida IV es el de una central con capacidad neta de 499 megawatts. Su construcción se inició el 18 de enero de 2022 y debía entrar en operación comercial el 5 de enero de 2025. Pero conforme a un segundo convenio que modificaba el original, la nueva fecha fue aplazada el 6 de marzo de 2026. Por eso se habilitó el servicio de emergencia con un contrato “a modo” para la empresa Mejicali Turbine -creada en 2023- que debería entrar en operación el pasado 15 de mayo.
La problemática que manifiesta la CFE es que, para resolver la crisis, el contratista de las nuevas plantas de ciclo combinado ha incurrido en atrasos su construcción. Por otro lado, el contratista ha manifestado que en las pruebas que se hacen existe polvo de aspecto ferroso en los filtros de gas, producto de que están empleando gas asociado, sucio, que contiene un bajo porcentaje de metano y alto contenido de nitrógeno.
El problema de fondo es que la construcción de la nueva central Mérida IV inició el 12 de enero de 2022 y durante el proceso de construcción se manifestó la falta de gas natural para operarla. En su lugar decidieron emplear gas asociado que por el bajo contenido de metano tiene menor poder calorífico y, a su vez, un alto contenido de agua y nitrógeno. No fue sino hasta agosto de 2024 que CFEnergía anunció la contratación de un nuevo gasoducto y que va a manejar más de 500 millones de pies cúbicos diarios -actualmente el gasoducto sólo puede manejar 250 millones de pies cúbicos diarios-. Dicho gasoducto está programado que sea terminado hasta marzo de 2026. El objetivo es traerse gas natural del proyecto marino Tuxpan- Coatzacoalcos.
Bajo este supuesto, la nueva central de Mérida IV contará con gas natural hasta marzo de 2026, siempre y cuando no haya retrasos constructivos y la aceptación de todos los permisos de la SEMARNAT y del INAH. Pero para cumplir con lo solicitado por CENACE para una operación extraordinaria del 21 de mayo al 31 de octubre, tendría que ser con el gas asociado, lo que significa que en lugar el poder calórico de la turbina, que es de 352 megawatts se reducirá a 320 megawatts.
Sin embargo, para poder generar en ciclo abierto Mérida IV, se tendría que dejar de enviar gas asociado a la planta generadora Mérida III -que produce 525 megawatts- y al cambiarla para consumo de huachi-diésel, esa generación se reduciría a 366 megawatts.
Eso significa que, en lugar de que con la nueva planta Mérida IV -operando en conjunto con Mérida III- se tenga una oferta de 877 megawatts, se reduce a 686 megawatts, lo que reduce en 191 megawatts la dotación esperada. Y eso significa que el suministro final apenas de en 161 megawatts y no en 352 megawatts como era el plan.
El mismo caso se da en la nueva central de ciclo combinado de Campeche, ya que, en lugar de consumir gas asociado, está consumiendo diésel y en lugar de estar generando 252 megawatts, hoy genera 180 megawatts.
Y para la central de ciclo combinado de la Riviera Maya las cosas tampoco son diferentes. Con una capacidad neta de 1,020 megawatts, su construcción se inició el 19 de enero de 2022 y la fecha de operación comercial era el 5 de marzo de 2025. Pero, de acuerdo a un segundo convenio modificatorio, la nueva fecha es el 20 de mayo de 2026. En este caso, que reforzaría el suministro de energía a Cancún, Puerto Morelos y Tulum, el contratista incurrió en atrasos constructivos, faltando todavía el montaje de la carcasa y aislamiento térmico de la turbina de vapor, así como pendientes menores de los dos recuperadores de calor.
Y aunque la CFE ha manifestado que ha hecho pruebas a las turbinas de gas, estas se han realizado de manera independiente por la falta de suministro gas natural a la central. Las pruebas se hacen en lo oscurito, en la noche, quitándole el gas a la central de Valladolid, ya que sólo se cuenta con 90 millones de pies cúbicos diarios y no se puede tener gas, debido al diámetro pequeño del gas a esa central.
Las fechas de operación comercial que se propone en el segundo convenio modificatoria, difícilmente se van a alcanzar hasta que no se termine la construcción del nuevo gasoducto denominado Cuxtal II, y que -de no tener ningún imponderable- estaría operando hasta mediados de 2027.
Y lo que vemos en Yucatán, Quintana Roo y Campeche no es diferente a lo que sucede en el resto del país. El negocio del huachi-diésel fue para Manuel Bartlett su prioridad. Y hoy, México entero está pagando las consecuencias de esa ambición. Y por lo visto hasta ahora no tienen un Plan B para resolver la crisis, más allá que suplicar a los consumidores -empresas, negocios y hogares- que bajen el switch, que dejen de consumir. Y este corto circuito apenas empieza. ¿Alguien podría poner sobre el escritorio de la presidente Claudia Sheinbaum los detalles con la verdad? Ya no le mientan.
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