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21 de noviembre 2024

11 de enero 2019

¡Que alguien me explique!

¿Quién mece la cuna?

En estos primeros meses de transición hacia la Cuarta Transformación se detectan, no una mano, sino un concierto de manos

Por Ramón Alberto Garza

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Cuando una fuerza ajena se entromete para alterar el status quo, se suele preguntar: ¿De quien es la mano que mece la cuna?

En estos primeros meses de transición hacia la Cuarta Transformación se detectan, no una mano, sino un concierto de manos que buscan alterar la realidad para crear confusión y desestabilización.

Y en el horizonte inmediato se asoman dos conflictos potenciales que podrían acaparar muy pronto los titulares que eleven la de por sí sacudida intranquilidad nacional.

Uno tiene que ver con el reacomodo de los cárteles dentro del nuevo sexenio lopezobradorista. Viene una sacudida y eso obliga a una gran confrontación.

En medio del revelador juicio a Joaquín “El Chapo” Guzmán, los servicios de inteligencia internacional detectan una disputa que si no se evita podría elevar el baño de sangre en algunas entidades del país.

Se trata del conflicto que comienza a elevar la temperatura entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y lo que queda de Los Zetas, los Golfos y Sinaloa.

La pugna entre Nemesio Oseguera, alias “El Mencho” y Miguel Treviño Morales, alias “El Z40”, amenaza con ser el primer gran conflicto entre cárteles del sexenio. Y algunos penales podrían ser el escenario.

Los que conocen de detalles reconocen hoy un nivel muy elevado de amenazas entre “El Mencho” y “El Z40”, que ya traspasó las fronteras de las familia. Uno a otro se advierten que van a acabar con las esposas o con los hijos rivales.

El otro conflicto tiene que ver con un presunto resurgimiento de la guerrilla en México. Una alianza entre el EZLN, el ERPI y el EPR buscando impedir que se construya el famoso Tren Maya.

Los tres mas relevantes grupos guerrilleros que operan primordialmente en los estados del sur se resistirían a que lo que hoy son comunidades aisladas, con pobre comunicación, sean interconectadas por el tren lopezobradorista.

Su argumento es que el nuevo medio de transporte importará de las zonas urbanas todos los males de las sociedades modernas y que hay que defenderse para conservar el candor de sus comunidades que se rigen por usos y costumbres.

Tanto en los conflictos de los cárteles como en los de la guerrilla, algunos analistas asoman intenciones que van mas allá de los simples intereses económicos o ideológicos.

La sensación es que algunos inconformes con el rumbo del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador intentarán aprovechar estas disputas para fabricar crisis donde no las hay. Agitar las aguas para fijar condiciones políticas por encima de la agenda oficial.

¿Alguien podría acaso imaginar que los grupos guerrilleros, afines a las ideas socialistas se le fueran a enfrentar al nuevo gobierno, que es mas afín a sus ideologías populares?

Ya sin el control de la Seguridad Nacional desde los cuarteles de Bucareli ¿en dónde y con quien se darán los acuerdos pacificadores entre los cárteles desmantelados, hoy en recomposición?

Por eso es importante detectar la mano –o las manos- que podrían estar meciendo la cuna.

Porque mas allá del narcotráfico y la guerrilla, existen un sin fin de mafias –pequeñas, medianas y grandes- que ven amenazado el fin de sus privilegios y se resisten al cambio.

Ahí están los huachicoleros, las mafias de la construcción de obra pública o las redes de intermediarios en la venta de tecnología.

Nadie quiere ceder. Ninguno está dispuesto a morir. Y están listos para financiar cualquier cosa que distraiga al presidente y a su gabinete. Son esas manos que ya comienzan a mecer la cuna.

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