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23 de noviembre 2024

4 de octubre 2024

Opinión

#LosTaconesDeMarcela | PresidentA-MLO

Los Tacones De Marcela

Puede que la letra “A” en presidenta haga la diferencia, pero ahora falta que Claudia Sheinbaum le haga honor a ese cambio en la palabra

Por Marcela Garza Barba

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Pensé que cuando una mujer fuera presidenta en nuestro país percibiría una sensación diferente a la que siento hoy.

Creí que estaría emocionada, admirada, empoderada, orgullosa.

Que les contaría a mis hijas que la mujer libre e independiente puede tomar las riendas de un país como nuestro querido México y que todo es posible si eres congruente y persistente al trazar tu camino.

Pero nada más lejos que eso.

Puede que la letra “A” en presidenta haga la diferencia, pero ahora falta que Claudia Sheinbaum le haga honor a ese cambio en la palabra.

Y no como dice en un video, dedicado a su antecesor el ex presidente (qué bien se siente decir eso, ex presidente) Andrés Manuel López Obrador: “es un honor estar con Obrador. Así es. Así ha sido. Y así será”.

Por el bien de México vuela paloma, lo de paloma por aquella canción final que le cantaron algunas mujeres del clan amloísta, incluida Beatriz Gutiérrez Müller y la cantante Eugenia León a Andrés Manuel López Obrador, como una oda al ego del líder sectario cuatroteísta.

No queremos una paloma que picotee del suelo y muestre dominación y sumisión en lugar de volar a su antojo.

Votaron por usted, Señora Presidenta, no por Andrés Manuel.

Ojalá haga honor a ese voto de esperanza que le dan los mexicanos al inicio de su Presidencia y no siga en esa sumisión hacia su antecesor.

La “A” no debe estar encadenada.

Hasta hoy, la señora PresidentA, Claudia Sheinbaum, NO me representa.

Sí, yo sé que hay que darle el beneficio de la duda, esos cien días de respiro para que muestre de lo que está hecha.

Pero ¿les digo algo?

Si esos cien días son como las cien promesas amloístas que presentó al tomar posesión, me rindo ante esa falsa esperanza.

Créanme, quiero lo mejor para mí país, pero con una mujer en la silla presidencial, sometida y dominada, seguramente se hará más mal que bien.

Esos indicios de sumisión y adoración a un solo hombre me producen más cuestionamientos que tintes de esperanza.

Al día de hoy, ¿quién gobierna a quién cuando aún se le llama presidente a la persona que ya no está en la silla presidencial?

También deja mucho que desear de la primera PresidentA de México, ése beso que dice más que mil palabras al senador del Partido Verde, Manuel Velasco.

¿Sumisión por interés como deber presidencial?

Porque hay que dejar algo claro.

La PresidentA, hasta hoy, sigue el mismo playbook que su antecesor, Andrés Manuel López Obrador.

Con un factor diferenciador, su adoración hacia él y eso vuelve la gobernancia de la primera mujer presidenta cuestionable.

Y es que, como he dicho en varios de mis editoriales, no veo por dónde la señora PresidentA le haga honor a la letra “A” de esta palabra.

No creo que hoy, Claudia Sheinbaum, se apegue a esa libertad e independencia que los que votaron por ella dicen que tiene.

¿Ustedes ven libertad?

¿Independencia?

Al contrario, es como una sucesión recargada de poder constitucional, en la que los elementos fueron detalladamente puestos por el líder López Obrador.

Presidencia encadenada.

Digo, hasta le sigue diciendo “presidente” a un AMLO que ya se fue, no a “La Chingada”, sino de casi vecino de Claudia para seguir susurrándole al oído.

Con echarle un vistazo a las 100 promesas de la Señora PresidentA, subrayadas como el segundo piso de la Cuarta Transformación, que más bien es una prolongación del primero, nos podemos dar cuenta que lo que le dice al pueblo “bueno y sabio” es que continuará con las cosas como las dejó su tlatoani.

Desde vivir en Palacio Nacional, polarizar a México con el “no al modelo neoliberal”, la estrategia de la seguridad basada en no habrá una “guerra contra el narco como con Calderón”.

Hasta seguir buscando a los desparecidos de Ayotzinapa.

El mismo cuento con otro o con otra, más bien (se me olvida lo de la letra “A”), cuenta cuentos.

Eso sí que es indignante.

Sacar tajada del dolor mexicano.

Y ver cómo el país le fue heredado y aun así, tomar posesión con la misma cantaleta amloísta.

¡Desencadénese, señora PresidentA!

La necesitamos.

Y no sólo en Acapulco para tomarse la foto, sino trazando estrategias viables para cada rubro quebrantado.

Eso no significa el plan de trabajo de las reformas constitucionales a modo y las promesas de obras y dádivas.

Me pregunto.

¿De dónde sacarán ese dinero, si todo se lo han gastado en programas sociales para ganar adeptos a su secta cuatroteísta y así gobernar a su imagen y semejanza?

¿De dónde saldrá ese dinero que tiene adormilado a un pueblo sumergido en un narcoestado, sin educación, sin medicinas?

Otra pregunta.

¿De dónde sacarán el dinero para las mañaneras, viva copia de las de AMLO, pero con un toque de programa de salud y bienestar emocional?

Es PresidentA, no influencer.

Es PresidentA, no Robin Hood.

Está para gobernar, no para dar cucharaditas de pollo para el alma a los mexicanos.

Es su hora.

Es PresidentA, no PresidentAMLO.

Que, dicho sea de paso, me indigna que alguien que dejó inconclusa la tragedia de la Línea 12 del Metro y del Colegio Rébsamen ahora sea nuestra PresidentA.

¿Qué pensarán los familiares de dichas tragedias?

¿Claudia Sheinbaum sí los representa?

Como también me indigna que una mujer no sea auténtica, con su propio discurso, su propia estrategia, su propio gabinete.

¿Volvemos a contar cuántos de los que están en su equipo son fieles amloístas?

Le propongo algo, señora PresidentA.

Así como enumeró sus 100 promesas amloístas, comencemos a enumerar las necesidades actuales de nuestro país y dejemos fuera a ese hombre al que usted aún llama presidente.

No llegamos ni a las 100 necesidades y verá cómo ni con la primera hay una estrategia definida.

Con AMLO fue puro maquillaje y usted lo sabe.

Necesitamos más que abrazos y no balazos.

Aunque no quiera ver la realidad, el ex presidente López Obrador dejó al país con la cifra más alta de la historia reciente, sumando 199 mil 619 asesinatos.

Según el Mapa Latinoamericano de Feminicidios 2023, México obtiene el segundo lugar entre los países latinoamericanos con más feminicidios.

¿Qué más pruebas se necesitan para cambiar de estrategia?

Nos urge que trace un camino educativo.

Y eso no significa que las escuelas regresen a sus horarios de antes, como recientemente lo anunció.

Aunque sí es un paso, la estrategia va más allá.

Como mujer, pilar de la sociedad, sabe que la educación es la que mueve a nuestro país; sin ella estamos perdidos.

Puede que la ignorancia forzada y el adoctrinamiento a la medida sume feligreses a Morena, pero no suma a México.

Dieciocho por ciento de la población entre tres y 18 años no asiste a la escuela, según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad.

Ahora, más que visitar Acapulco, que lo aplaudo porque AMLO se tardó en hacerlo, se necesita un fondo de desastres naturales que no caiga en las garras de la corrupción.

AMLO desapareció el Fonden para crear uno nuevo, plagado de corrupción.

Las denuncias del nuevo Fonden, creado en 2019, eran principlamente por no entregar los recursos a las zonas de desastre, mientras que los que administraban el fondo se quedaban con los recursos. 

El gobierno federal simuló el gasto para desastres con la finalidad de utilizarlo en las obras insignia del ex presidente López Obrador.

No den aspirinas para el dolor. Sean serios con la salud del mexicano, que hoy pende de un hilo gracias a la falta de estrategia.

Del Insabi a la Superfarmacia.

Que, dicho sea de paso, según Mexicanos Contra la Corrupción -entre 2020 y 2022-, más de 490 millones de pesos de recursos federales provenientes del desaparecido Insabi terminaron en las cuentas de una empresa del mejor amigo de Andy López Beltrán, Amílcar Olan.

¿Ése es el sistema de salud como en Dinamarca?

El 20 por ciento de las muertes en México son por falta de atención médica y medicamentos.

No seguiré hasta el cien, porque no terminaría, hay que empezar por ser realistas.

Deje la demagogia a un lado.

Eso no durará mucho.

Si quiere a su país, deje el nepotismo morenista también.

Sé que no es fácil, porque usted es parte de esta secta llamada Morena.

Pero si quiere a su país, si quiere dejar un legado, debe romper con las cadenas que ahora la atan a su presente.

Me gustaría que sea libre e independiente.

Y poder decirles a las niñas y mujeres líderes del mañana: “Claudia gobernó no bien, sino mejor que muchos”.

Ejemplo de PresidentA.

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