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21 de octubre 2024

30 de agosto 2024

Opinión

#LosTaconesDeMarcela | Orwell-1984: AMLO (2024-2030)

Los Tacones De Marcela

La reconocida novela de George Orwell, ‘1984’, aunque escrita en 1949, parece como si se adaptara exactamente a los tiempos mexicanos cuatroteístas autoritarios de ahora

Por Marcela Garza Barba

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“La guerra es paz”.

“Abrazos, no balazos” más los jaloneos y las pausas con el país vecino.

“La libertad es la esclavitud”

El Estado es dueño de las libertades de los ciudadanos, por ejemplo, la libertad de expresión, los órganismos autónomos y ahora el Poder Judicial.

El discurso de polarización del presidente: oposición y  fifis Vs. chairos ha esclavizado a un México con sed de unión y libertad.

“La ignorancia es la fuerza”.

El partido controla la verdad, “por el bien de todos, primero los pobres”.

El fin. Mantener al pueblo ignorante con dádivas para que no se rebele en contra del sistema impuesto.

Las tres doctrinas: “La guerra es paz”, “la libertad es la esclavitud” y “la ignorancia es la fuerza” son de la novela del escritor inglés George Orwell, ‘1984’, escrita en 1949.

Los ejemplos que pongo después de cada una son del gobierno actual mexicano, presidido por el aún presidente Andrés Manuel López Obrador.

Desde hace un par de editoriales deseaba desmenuzar algunas doctrinas de la novela de Orwell, ‘1984’, y transpolarlas a los tiempos antidemocráticos que hoy vivimos en México.

En ambos ambientes reina el totalitarismo, la hegemonía y la policía del pensamiento.

El enemigo: la realidad.

‘1984’ parece un script cuatroteísta en donde, poco a poco, hasta los opositores caen adoctrinados, mientras que el pensamiento crítico y el balance de poderes es amedrentado por Big Brother.

¿Acabaremos todos sentados frente a una pantalla aprobando todo lo que diga un solo hombre?

Espero no.

Porque lo que veo hasta ahora es que México se está convirtiendo en una sociedad orwelliana.

No sé ustedes, pero en estos días, me he sentido claustrofóbica en mi propio país.

El aire a libertad cada vez lo siento menos.

Hay una sensación de extrañeza, de un México que desconozco.

Un México en el que triunfa la mentira sobre la verdad.

La propaganda sobre la realidad.

El adoctrinamiento sobre la libertad.

En un país en el que, al parecer, no hay alternativa.

Se hace lo que dice y dicta un solo hombre, aunque se asome una disidencia, una resistencia.

No mires al futuro, no vivas en el pasado, siempre en el presente a modo, a conveniencia.  

¿Les parece normal lo que sucede en nuestro país?

A mí, no.

Por eso desempolvé  la reconocida novela de George Orwell, ‘1984’, que aunque escrita en 1949 parece como si se adaptara exactamente a los tiempos mexicanos cuatroteístas autoritarios de ahora.

En la novela de Orwell es una Oceanía en lugar de un México.

Hay un partido que controla todo y que ha creado un lenguaje propagandístico que promueve las doctrinas del partido.

A tal punto que comienza a entrometerse, no sólo en la vida política del país, sino en la vida de cada ciudadano. 

El miedo, las amenazas y la esclavitud reinan en el país totalitario.

Hay una policía del pensamiento, un ministerio de la verdad, que sólo cuenta su “verdad”, ahí se reescribe la historia. También están el ministerio del amor y el de la paz que nada tienen que ver con lo que dicen ser.

Todo pensamiento crítico es destruido y vigilado por un todo poderoso, por un Big Brother que vigila a los ciudadanos día y noche.

¿Les suena un tanto familiar?

En ‘1984’ hay tres doctrinas por las que el único partido de Oceanía se rige mismas que al parecer Morena utiliza y seguirá utilizando, probablemente, bajo el mandato de Claudia Sheinbaum (digo, no se ve para cuando AMLO realmente deje de manejar los hilos).

La primera, “la guerra es la paz”.

Bajo esta doctrina se subraya que, mientras el país esté en constante guerra con el exterior, sus ciudadanos estarán más preocupados de lo que sucede fuera que dentro de su país.

El enemigo exterior hace que se unan los que viven dentro y así exista cierta paz aunque esta no sea del todo real.

Ahí está el reciente tema con Estados Unidos.

En donde se marca una raya por lo de la reforma al Poder Judicial.

Mejor aventar la bolita hacia afuera y que adentro se tranquilicen las aguas entre tanta controversia con el Plan C y el cierre de sexenio amloísta.

O qué me dicen de lo de la “sorpresiva” captura de “El Mayo”.

Misma que el presidente aún navega con bandera de desconocimiento.

De que Estados Unidos hace y deshace a México a su antojo, pero que él no se dejará.

Bajo la doctrina “la guerra es la paz” también aplica la afamada estrategia de “abrazos, no balazos”.

Un distractor seguro para que el narcoestado siga reinando en nuestro país.

No por nada nos acercamos a los 200 mil  homicidios dolosos en este sexenio.

En el sexenio de AMLO se comete un homicidio cada 15 minutos.

La segunda, “la libertad es la esclavitud”.

El Estado es dueño de las libertades de los ciudadanos, a cambio salvaguarda la seguridad pública.

Aunque la seguridad pública es un deber del Estado, es un intercambio a modo para esclavizar a la sociedad y así orillar al ciudadano a que, poco a poco, se olvide de sus libertades.

Actualmente, la libertad educativa en México es inexistente.

Si se quiere estudiar no hay escuela y si hay escuela hay libros de adoctrinamiento cuatroteísta.

Durante el sexenio de AMLO se prefirió invertir en becas que en aprendizaje y permanencia educativa.

Claro, menos libertad, más esclavitud a los programas sociales.

Bajo el régimen cuatroteísta somos libres, pero condicionados a un adoctrinamiento y a una violencia que viene desde Palacio Nacional.

Cada vez más quieren violentar y silenciar  a las voces críticas de este gobierno.

Azucena Uresti.

Denise Dresser.

Carmen Aristegui.

Y ni qué decir de la desaparición de organismos autónomos o la reforma al Poder Judicial. De la sobrerrepresentación en el Congreso y de los cambios a la Constitución que se avecinan, luego de la validación de la mayoría calificada de Morena en la Cámara de Diputados, por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Todo se traduce a menos libertad más esclavitud hacia un solo hombre.

La tercera doctrina, “la ignorancia es la fuerza”.

En la novela de Orwell, el partido controla la verdad.

El partido crea una realidad que no es y mantiene al ciudadano distraído, en todo, menos la realidad, así se mantenía cierto control sobre la sociedad.

En otras palabras, mientras más ignorante mejor, porque el que no sabe no tiene por qué rebelarse.

La ignorancia de la sociedad es la fuerza del partido.

Nada que no veamos en estos tiempos.

En donde “se pasa por el arco del triunfo” una mayoría en un Congreso, se da “fast track” para la aprobación de una reforma al Poder Judicial a modo y AMLO, Morena y los suyos, no quieren que nadie cuestione, que nadie pregunte, que nadie opine.

Lo que dicen ellos es la verdad y sólo la verdad.

Igual con las mañaneras.

Por seis años nos alimentaron para mantenernos en la ignorancia de los “otros datos”.

Con el Covid, con la violencia en las calles, con los feminicidios, con los de Ayotzinapa, con las Madres Buscadoras, con los pactos en lo oscurito con otros presidentes, con el robo de los familiares y amigos del presidente, con el despilfarro en las obras insignia y caprichos presidenciales… y así la lista sigue, interminable.

Aquí también cabe el “por el bien del pueblo, primero los pobres”.

¿No será por el bien de AMLO y Morena, primero los pobres?

Así hacen y deshacen a este país a su antojo.

Podría seguir desmenuzando la novela de Orwell y compararla a los tiempos anti democráticos que vivimos, no terminaría.

Lo que sí sé es que tenemos una gran tarea por hacer.

Porque hasta hoy, estamos como aquella imagen icónica orwelliana en la que todos están sentados viendo la pantalla.

A un solo hombre.

Puede que AMLO se vaya, oficialmente en 2024, pero permanecerá en la consciencia colectiva (o falta de consciencia, más bien).

Como alguna vez dijo Orwell “la gente no se rebelará. No levantarán la vista de sus pantallas el tiempo suficiente para darse cuenta de lo que está sucediendo”.

¡Espero sea todo lo contrario!

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