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23 de junio 2025

23 de mayo 2025

Opinión

#LosTaconesDeMarcela | Hoy, más que nunca, México necesita una Jacinda Ardern

Los Tacones De Marcela

La presidente Claudia Sheinbaum debería tomar como ejemplo el liderazgo de la ex primer ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, quien mostró corazón, compasión, valentía, responsabilidad y cero tolerancia criminal tras el atentado de Christchurch en 2019

Por Marcela Garza Barba

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No sé ustedes, pero cada vez que veo y escucho una mañanera de la presidente Claudia Sheinbaum, después de un acto criminal que sacude a nuestro México, me pregunto…

¿Cómo la presidente puede seguir con una sonrisa, mientras declama un guion de solidaridad y cero impunidad, en Palacio Nacional, cuando afuera de las cuatro paredes de Palacio nuestro país arde en llamas?

Lo digo por los recientes hechos hacia los funcionarios cercanos a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, y por los más de 60 homicidios diarios que ocurren en nuestro país.

Además de las más de 13 mil personas desaparecidas en México.

Deberíamos estar de luto nacional, pero seguimos en las mañaneras resolviendo la conexión de zoom por aquello del bloqueo de la CNTE.

¿Por qué Sheinbaum no deja la fachada a un lado, deja de echar culpas al pasado y habla desde una realidad que sabemos ya rebasa al actual gobierno?

Rectificar es de sabios.

¿Por qué no hace un llamado desde el púlpito morenista, desde el poder del Estado y pone un “hasta aquí” a los criminales que gobiernan nuestras calles?

Después de todo, cuando se pierde la libertad en la calle, se pierde la democracia.

Hoy le propongo a la presidente Claudia Sheinbaum que tome como ejemplo el liderazgo de la ex primer ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, que aunque México y Nueva Zelanda son países muy lejanos y distintos, algo le puede aprender a una líder que supo manejar uno de los peores actos criminales en su país: El atentado de Christchurch de 2019.

La violencia desmedida para Ardern y por lo cual actuó de frente y sin rodeos fue aquel atentado en 2019, en la mezquita en Christchurch, Nueva Zelanda, que dejó un saldo de 51 personas sin vida.

Bastaron 51 vidas para que Ardern tomara las riendas desde el día uno.

Ardern habló de frente y sin guion; “they are us” se refirió a las 51 víctimas.

Y así, rápidamente, dio con el culpable y detalló reformas a nivel nacional en fast track para prevenir otro ataque similar.

Ardern mostró corazón, compasión, valentía, responsabilidad y cero tolerancia criminal.

Todo lo contrario de lo que sucede en México.

Empezando por las 51 vidas, son casi el mismo número de homicidios diarios en nuestro país.

La violencia normalizada para Sheinbaum es de un promedio de 2 mil homicidios dolosos por mes.

Se anda por la calle sin ley alguna y cualquiera, en cualquier minuto, puede atentar contra la vida del otro.

Mientras esto sucede, se evade la realidad desde el púlpito mañanero, se pinta un país de las maravillas, con la finalidad de permanecer en el poder.

El gobierno de Sheinbaum inyecta una narrativa en el inconsciente colectivo de “homicidios a la baja” cuando, en realidad, en unos tantos estados los homicidios siguen al alza.

Como ejemplo, el caso de la Ciudad de México.

Lugar donde asesinaron a Ximena Guzmán y José Muñoz, funcionarios morenistas cercanos al gobierno de la 4T.

316 homicidios en lo que va de 2025, la cifra más alta en cuatro años.

En esta cifra ya caben dos personas del gobierno en el poder.

Que si fue mensaje directo o no, el tiempo lo dirá; la cuestión aquí es que, a plena luz del día y sin temor a que se aplique alguna ley, el criminal anda suelto en tierra de nadie.

La realidad es que, la violencia en nuestro país, ha sido normalizada.

Y en efecto, nos ha rebasado.

Empezando por un gobierno que maquilla cifras.

Hoy no distinguimos entre desaparición y muerte.

Las cifras oficiales confunden, en lugar de esclarecer.  

En 2020 eran alrededor de 60 mil desaparecidos.

Al cierre del sexenio de AMLO, más de 120 mil desaparecidos sin rastro alguno.

La realidad es que, desde 2018, vivimos mañanera tras mañanera con una narrativa en materia de seguridad concentrada en que “lo mejor para México es la estrategia de ‘abrazos, no balazos’”.

En esa estrategia fuimos espectadores de saludos de un presidente a la mamá de uno de los criminales más buscados por Estados Unidos.

De infinitas visitas presidenciales y construcciones de carreteras especiales en Badiraguato, cuna de altos mandos criminales.

Pero, en México, todo sigue en santa paz, por eso no le abren la puerta a las madres buscadoras, a la fecha sigue cerrada.

Disparan a quemarropa en live streaming, pero no hay indicios de culpables.

Y en uno de los estados con más desapariciones y homicidios dolosos, un festival dizque turístico, termina en un “sálvese quien pueda” con ocho muertos.

El mensaje del gobierno actual para el criminal es “ustedes tienen el control”.

Como respuesta, el asesinato de Ximena y José.

Que si es un mensaje que viene de un cartel transnacional.

Es lo de menos, tarde que temprano se sabrá.

Lo de más es que los criminales se sintieron con la libertad que hoy no tiene el ciudadano de andar por la calle sin temor alguno, pero ellos sin temor y con pistola en mano.

Y esto, por más mañaneras ensalzadas de aquí no pasa nada, es la herencia maldita de los “abrazos, no balazos”.

Por, eso cuando vuelvo a escuchar a líderes como Jacinda Ardern, al hablar ante los jóvenes graduados de la Universidad de Yale y decir que “la empatía nunca ha iniciado una guerra, nunca ha buscado quitarle la dignidad a los demás y te enseña que el poder es intercambiable con otra palabra: responsabilidad”.

Me pregunto ¿y la responsabilidad de la violencia al alza en México?

¿La responsabilidad de actuar sin mañaneras de por medio?

¿La responsabilidad de los derechos humanos en nuestro país?

¿Será que hemos sido partícipes de la muerte de nuestra democracia sin darnos cuenta?

Lo escribo y no lo quiero admitir, pero creo que ya es demasiado tarde.

Porque si en países primer mundistas, con una estrategia educativa de excelencia, 51 personas asesinadas raya en violencia desmedida y el gobierno en turno toma medidas extremas, ¿qué nos espera en un país donde hay un homicidio cada 15 minutos, incluidos los más recientes de Ximena y José, y en lugar de medidas extremas en contra del crimen organizado, la presidente sale en una mañanera a explicar por qué los de la CNTE bloqueraon la entrada de reporteros a su mañanera y cómo las preguntas serían por Zoom?

Qué conveniente no, un día después de que murieran los morenistas Ximena y José…

Vaya liderazgo mexicano.

No es el pésame a una Clara Brugada, es el abrazo a los familiares de las víctimas.

No es que se actúe rápido, sólo porque son funcionarios de gobierno, sino que se actúe así en todos los casos.

Tal cual, Ardern.

No es un discurso que cura en salud.

Es un discurso desde la realidad, desde el corazón, con estrategias y reformas en materia de seguridad de por medio.

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