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6 de marzo 2025

24 de enero 2025

Opinión

#LosTaconesDeMarcela | El Aprendiz, Claudia, la Obispa y la Edad de Oro

Los Tacones De Marcela

Esta nueva Edad de Oro de la que habla Donald Trump para Estados Unidos se regirá por el “estás despedido” al estilo Aprendiz y por “dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, dependiendo de los ánimos del también magnate norteamericano

Por Marcela Garza Barba

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Se abrió el telón y empezaron los “trumpetazos”.

El Aprendiz en varias pistas, sin misericordia alguna, firmando (hasta ahora) casi ochenta órdenes ejecutivas en tan sólo días de tomar posesión.

Declarando estados de emergencia con la frontera de nuestro país, llamando organizaciones terroristas a los cárteles y amagando con imponer el 25 por ciento de aranceles desde el primero de febrero.

Eso tan sólo en México, que vaya necesita orden y estrategia de rumbo con este gobierno cuatroteísta.

Lo de China, el Acuerdo de París y demás pasaron casi a segundo término, pues Trump está decidido en que el nuevo orden tiene que empezar por el país vecino pintado de guinda cuasi dictatorial y criminal.

Fox News o Trump News, por aquello de que ya se convirtió en un reality trumpista y el escritorio “el politics desk” como ya lo apodaron, son desde hoy los mejores aliados del presidente número 47, Donald Trump.

Y es que, desde ahí, Trump subrayó que estamos ante la supuesta nueva Edad de Oro de Estados Unidos, aunque me acercaría más hacia The Gilded Age de Mark Twain, en la que el materialismo exacerbado y la riqueza de unos cuantos reinará, con ver la primera fila de “broligarchs” tenemos.

Esta nueva Edad de Oro se regirá por el “estás despedido” al estilo Aprendiz y por “dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, dependiendo de los ánimos del también magnate.

Basta ver la inauguración presidencial y su manta protectora de misericordia, perdón y acercamiento a Dios, avalada por Trump vs. el sermón de la obispa Mariann Edgar Budde en donde ella le pide misericordia por los migrantes y la comunidad LGBTQ+, la cual calificó el presidente de “desagradable”.

Digamos que estamos en la era de misericordia a modo.

¿Será que Claudia aprovechará el momentum y pedirá misericordia ante el Plan T de Trump?

Primero deberá decir, arrepentidos estamos, por aquello de que México es sinónimo de un narcoestado.

Y sentarse a la mesa de una vez por todas.

Trump News no ha descansado.

El presidente, su anchor principal, tampoco.

Y es que Donald Trump ya se adueñó por completo de los programas de este canal “murdochiano”, ni Jesse Watters o Danna Perino han hablado tanto para dar las noticias como él.

Sólo le falta dar el clima.

Que vaya que lo da.

Está frío y sin esperanza de que salga el sol para México en estos primeros cien días.

Canadá también se suma al panorama tormentoso, aunque en China ya sale un poco el sol después de su perdón hacia Tik Tok y la nueva apuesta de inteligencia artificial Stargate AI que, sin duda alguna, será un pilar fundamental de la nueva Edad de Oro.

Para México, el escenario es más sombrío y vaya que se lo ha ganado, después de las reacciones tardías ante las tormentas del crimen organizado, los aires de grandeza del “altú por tú” en las mañaneras y la falta de reacción ante el tsunami republicano llamado Donald Trump.

Una orden ejecutiva tras otra.

Dos pivotales para que el gobierno MAGA regrese a Estados Unidos a ser un superpoder.

La primera.

Declarar como Estado de Emergencia a la frontera de México con Estados Unidos y cerrarla hasta nuevo aviso.

Dos.

Declarar a los cárteles como organizaciones terroristas.

Ambas deberían preocupar y, más que nada, ocupar de sobremanera a la presidente Claudia Sheinbaum, pero para la presidente del bastón de mando ocuparse significa abrazar, al igual que su antecesor y defender la patria, que de patria hoy no hay nada más que fanatismo cuatroteísta por las dádivas repartidas.

Y es que si la presidente no ha entendido que esto no se trata de salir en sus mañaneras y poner cara de “aquí no pasa nada, todo está bien” no ha entendido nada.

Para estas alturas, ya debería estar trazando la estrategia con las mentes más conocedoras de ambos temas en nuestro país y mandar mensajes de compañerismo al país vecino.

El Aprendiz marca las reglas del juego, al estilo rápido y furioso, al igual con migrantes mexicanos como con los cárteles, al igual con la comunidad LGBTQ+, como con acuerdos como el de París.

En este juego no es ponerse al tú por tú como Sheinbaum lo hizo con el tema arancelario, que por cierto comienza la cuenta regresiva para la imposición de aranceles este próximo primero de febrero para México, Canadá y China.

En este juego es ponerse a la altura del juego que se juega.

Definirse con una postura directa, no andar en tibiezas.

O te sientas a la mesa como China o le dices las verdades como la obsipa Mariann Edgar Budde, quien con elegancia y sutileza le pidió misericordia a Trump al ver que el nuevo orden puede llegar a pisar algunos derechos humanos.

¡Bien por ella!

Porque, aunque Trump exigió que se disculpará, ella contestó que no.

Tiene de dónde fijar su postura, trata con migrantes y gente de la comunidad LGBTQ+ víctimas de la situación actual.

Claudia, a diferencia de Mariann, no está a la altura de las circunstancias.

Ni tampoco puede fijar su postura ante las deportaciones masivas de migrantes y la declaración de los cárteles como organizaciones terroristas, porque sabe lo que tiene en casa.

Sus cartas son muy diferentes, sabe que no puede jugar a la valiente, pero sí a la estratega.

Sheinbaum tiene la oportunidad de sentarse en la mesa porque tiene todas las de perder.

Su partido, Morena, sabe que hoy los mexicanos estamos sumergidos en un narcoestado y que no hay estrategia que redefina el rumbo que ellos mismos trazaron.

Vaya que México necesita misericordia.

Pero veo muy difícil que Trump nos perdone, como perdonó a los que asaltaron al Capitolio.

Porque para el presidente de la nueva Edad de Oro, la misericordia será a su antojo y beneficio y hoy nuestro país no le beneficia, al contrario, es una piedra pesada que no quiere seguir arrastrando.

Como Trump subraya en su libro “The Art of the Deal”: ‘Cuando alguien me ataca, yo ataco de regreso’.

Los aliados para México deben ser los vecinos, no los criminales.

Podemos decir ¿“In Trump We Trust”?

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