13 de diciembre 2024
Opinión
#LosTaconesDeMarcela | Cinismo descoMUNAL
Los Tacones De Marcela
Las bodas de oro de la 4T son sólo el escaparate de los derroches y las fechorías que suceden en dicho partido sectario. Ayer César Yánez, con una boda de presuntamente 3 mdp; hoy Martín Borrego con una boda cuyo costo se dice rondaba el medio millón
Por Marcela Garza Barba
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¿Por qué nos sorprende la boda de Martín Borrego, hasta hace unos días coordinador de Contacto con la Ciudadanía de la Semarnat en el MUNAL?… digo, hasta hace unos días, porque renunció o lo hicieron renunciar por utilizar el poder cuatroteísta a beneficio personal.
Nada que no sepamos, ¿no?
Es sabido que la 4T predica austeridad republicana, menos con los suyos.
Y que la afamada transformación, esa que tanto predican el ex presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y la actual presidenta Claudia Sheinbaum y sus Siervos de la Nación, no se refiere a transformar a nuestro México con valores políticos y constitucionales de raíz después de los años prianistas, sino significa transformar a imagen y semejanza cuatroteísta con abuso de poder monstruoso o descoMUNAL.
Las bodas de oro de la 4T son sólo el escaparate de los derroches y las fechorías que suceden dentro de dicho partido sectario.
Ya es hora de que se active la lupa ciudadana, no sólo cuando haya fotos de la fiesta.
Ayer César Yánez, con una boda de presuntamente tres millones de pesos, hoy Martín Borrego con una boda cuyo costo se dice rondaba el medio millón.
¿Hasta cuándo dejaremos de normalizar este cinismo descoMUNAL?
¿Qué tienen en común y de descoMUNAL las bodas de la 4T?
- AMLO y la boda fifí de César Yánez.
- Claudia y la boda fifí de Martín Borrego.
Primero.
Más allá de que los funcionarios cuatroteístas derrochen amor, derrochan abuso de poder y lujos.
Dos, aunque el gobernante en turno hace “renunciar” a su funcionario, el estigma de que Morena es igual o peor que el viejo PRI se queda como tatuaje en el partido que predica austeridad republicana.
Predica con el ejemplo, dicen.
Pero en estas bodas todo, menos predicar con el ejemplo.
Dichos eventos de pronto se vuelven el escaparate del escándalo anunciado.
Anunciado, porque en la boda de Yáñez se sabía de antemano la cantidad de invitados, de flores, de grupos musicales y de “prensa del corazón” que la cubriría.
Hacerse de la vista gorda, como lo hizo AMLO en ese entonces salía sobrando.
La revista HOLA detalló lo que significaba “echar la casa por la ventana” en 19 páginas.
Vestidos del diseñador Benito Santos, menú de langosta con escamoles, mientras Los Ángeles Azules tocaban la música para los novios y sus invitados.
AMLO, a parte de ser el jefe de Yánez era su amigo, pero se lavó las manos al decir “no me casé yo, asistí, pero cada quién es responsable”.
Vaya bienestar.
La renuncia de Yánez en ese entonces parecía como la solución para eliminar cualquier duda fifí entre los cuatroteístas.
Pero los escándalos de doble narrativa y cinismo siguieron.
Es más, se establecieron como un modus vivendi del gobierno en turno.
La Casa Gris en Houston de José Ramón López Beltrán, cuyo valor estimado es de más de un millón de dólares.
Los negocios millonarios y viajes de lujo de los hijos de AMLO.
La isla privada de Manuel Bartlett y las propiedades de lujo de su familia.
Las camionetas de lujo, los predios y las mansiones de Rocío Nahle. Sesenta millones de pesos en tres predios y dos mansiones.
Los viajes en helicóptero privado de Ricardo Monreal y Pedro Haces.
Los relojes de más de un millón de pesos de Adán Augusto López.
Las compras fifís de Gerardo Fernández Noroña a bordo de su auto preferido, un Volvo XC90.
Las comidas en restaurantes top en Cuernavaca de Yasmín Esquivel.
La lista de cinismo cuatroteísta descoMUNAL sigue.
Pero no acabaría de escribir este editorial.
Y es que el cinismo es reemplazado por una disculpa o un “sí y que”.
Mientras que AMLO o Claudia se lavan las manos al decir que el problema no es de ellos, sino del funcionario.
Si mal les va, lo hacen renunciar; si bien les va, sigue en su puesto y con despilfarros permitidos.
Por eso, no me sorprende lo de la boda en el MUNAL de Martín Borrego.
Si los demás lo hacen, ¿por qué él no?
Si los demás están disculpados por utilizar su poder en cuestiones lujosas, ¿por qué él no?
Alicia Bárcena, entonces secretaria de Relaciones Exteriores y hoy de Semarnat, afirma que no sabía nada de la boda de su funcionario y cómo este pidió a nombre de su puesto hacer uso del MUNAL.
Un día después de dicha declaración se hace pública una foto de Bárcena posando en la citada boda.
No se puede tapar al sol con un dedo.
La realidad es que la filosofía morenista es de austeridad republicana para el país, no para ellos, esto refiriéndose, claro, a eliminar organismos autónomos y reformas judiciales que benefician a su vida de lujos y fechorías.
DescoMUNAL.
Lo que preocupa es quedarnos en el “¿ya viste el nuevo escándalo fifí de la 4T, la boda del MUNAL?”.
Normalizar los lujos del partido transformador es incluso peor que lo vivido en los años tiranosaúricos del PRI, porque se supone que estos años son de despertares y no veo que nos estemos despertando.
Al contrario, adormilados, normalizamos el cinismo descoMUNAL.
¿Hasta cuándo?