[hurrytimer id="116852"]
8 de julio 2025

7 de julio 2025

¡Que alguien me explique!

Los dueños de los apagones

Parecería que la mafia del “huachi-diésel”, la de aquellos funcionarios de la CFE comandados por Manuel Bartlett, se aferra a su esquema de corrupción a costa de recetar apagones a lo largo y ancho del territorio nacional

Por Ramón Alberto Garza

COMPARTE ESTA HISTORIA

En la inauguración de una planta generadora de electricidad, en San Luis Potosí, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que, en este sexenio, la CFE construiría 60 de esas plantas generadoras. Un sueño guajiro, si se considera que las plantas generadoras que prometió su antecesor Andrés Manuel López Obrador apenas están entrando a operar, como la que se inauguró el pasado viernes. Pero la mayoría están todavía en proceso o terminadas, aunque sin dar servicio porque no pueden surtirles de gas.

Parecería que la mafia del “huachi-diésel”, la de aquellos funcionarios de la CFE comandados por Manuel Bartlett que hacen negocios con diésel importado ilegalmente, sin pagar impuestos, se aferran a su esquema de corrupción a costa de recetar apagones a lo largo y ancho del territorio nacional. Y esto se va a poner oscuro, muy oscuro, conforme avance el caluroso verano.

Para muestra, ahí tienen el caso de la cuestionada empresa Mejicali Turbine, creada apenas en 2023, y que entró a operar un plan de emergencia para surtir de energía eléctrica a la península de Yucatán. Ese plan debió entrar en operación el 14 de mayo para suplir la pifia de que las dos nuevas plantas generadoras en la península de Yucatán no puedan ser inauguradas porque “se les olvidó” los ductos de suministro del gas con el que debían operar. Se le pasó a la CFE tender los ductos. Fabricaron dos autos y se les olvidó ponerles tanques de gasolina.

Hasta el día de hoy, Mejicali Turbine no ha suministrado un solo kilowatt y descaradamente incumplió con su contrato de 300 millones de dólares, sin consecuencia alguna. Sorprende, por supuesto, que a esta empresa de muy reciente creación, sin historial técnico para operar un plan de emergencia de esa magnitud, se le haya asignado ese contrato tan estratégico. Pero más sorprende que una empresa presuntamente de clase mundial, como se presume la CFE, no haya hecho nada para subsanar la falla de Mejicali Turbine y tener listo un Plan C para que se normalice el suministro en las penínsulas y se terminen los apagones.

Cualquier empresa del calibre de CFE, ante una contingencia de incumplimiento de esta magnitud, ya habría reasignado el contrato o habría inhabilitado a Mejicali Turbine por flagrante incumplimiento. Pero no hay ningún castigo.

Por el contrario, la CFE sigue facilitando las cosas para que Mejicali Turbine eventualmente, algún día, cumpla la obligación contractual que tenía que hacer desde el pasado 14 de Mayo. Van 45 días de retrasos. Y esos favores sólo pueden ser operados por los dueños del huachi-diésel, quienes presumen más poder que la directora Emilia Esther Calleja, que la Secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar o incluso que la misma presidenta Claudia Sheinbaum.

¿Qué está esperando Mejicali Turbine después de su incumplimiento? ¿Que les amplíen y mejoren las condiciones de su contrato? ¿Que no les penalicen ni les apliquen las fianzas por incumplimiento? ¿Que se le haga  algún addendum al contrato para aumentar el precio del servicio? ¿Que premien a la empresa que claramente ya incumplió con más contratos, renovaciones y extensiones?

La pregunta de fondo es ¿quién o quiénes están detrás del padrinazgo de Mejicali Turbine, que se comprometió a comprarle el diésel para operar sus turbinas a un solo proveedor que se le asignó, cuando no existe quién pueda vender esas cantidades de combustible, ni Pemex? ¿De dónde, entonces?

Ahí está el negocio y no lo quieren perder. ¿Manuel Bartlett? ¿Alguno de los amigos cercanos al Clan López Beltrán? No hay otra explicación frente a tanta evidencia de corrupción y tolerancia al incumplimiento. Detrás de todo están los que hoy deben de ser conocidos como “Los Dueños de los Apagones”.

Sobre su impunidad descansa hoy el suministro fallido de energía eléctrica en las penínsulas. En la de Yucatán y en la de Baja California, con derivaciones en Quintana Roo y Campeche.

Pero engañan a la presidenta -o ella se deja engañar- anunciando que en su sexenio se van a construir 60 plantas generadoras. Si actualmente existen 159 creadas en 84 años, ¿alguien de verdad cree que exista la posibilidad de que en sólo cinco años que restan del sexenio vayan a elevar la generación eléctrica un 40 por ciento?

Si hoy no pueden meter en orden un contrato estratégico para tapar la pifia de no tener gas para cuatro plantas generadoras ya terminadas -2,500 millones de dólares parados- y la empresa a la que se le asignó el programa de emergencia -Mejicali Turbine- con 300 millones de dólares extras no es sancionada por incumplimiento y tampoco se presenta sobre la mesa un Plan C para evitar la catástrofe eléctrica que se viene sobre Mérida, Mexicali, Quintana Roo y Campeche, ¿cómo esperan construir 60 nuevas plantas generadoras? Demagogia, engaños y corrupción. Y esta marca impune de la Cuarta Transformación será la chispa que dejará a oscuras muchos rincones de México en los próximos tres candentes meses. Al diablo con el bienestar.

Por lo pronto, ayer domingo, la CFE ya se está curando en salud y está anunciando un apagón en Yucatán para el 14 de julio. Al diablo con el bienestar. Vayan comprando veladoras y abanicos de cartón, como aquellos que usaban las abuelas y que tenían sobre la cartulina la imagen bendita de Pedro Infante.

Publicidad
Publicidad
Publicidad