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3 de julio 2025

1 de abril 2019

Internacional

Las caravanas de Trump

Las oleadas de migrantes centroamericanos a Estados Unidos le permiten a Donald Trump matar dos pájaros de un tiro: responsabilizar a los demócratas del Congreso por no aprobar su plan de retirar la ayuda financiera a estos países y echarle la culpa al gobierno mexicano por no hacer lo suficiente para frenar la migración de indocumentados

Por Bernhard Buntru

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En inglés existe el dicho: “el infierno de uno es el cielo de otro” (one man’s hell is another man’s heaven). Y vaya que, para Donald Trump, el anuncio de nuevas caravanas de inmigrantes a Estados Unidos le cae como anillo al dedo.

Y es que el presidente estadounidense lleva ya cuatro días consecutivos arremetiendo en contra de dos de sus rivales favoritos: los demócratas del Congreso de su país y México – a tal grado de amenazar en dos ocasiones el cierre de la frontera sur con México para detener lo que califica como una “emergencia nacional”.

“Los demócratas permiten, como parte de nuestro sistema de inmigración, un sistema ridículo de asilo y graves vacíos legales. Igualmente, México no está haciendo nada, una muy mala combinación para nuestro país. (El Departamento de) Seguridad Nacional ha sido muy amable, ¡pero no lo seguirá siendo!, tuiteó ayer.

En declaraciones a la cadena ABC, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, aseguró que solo «algo dramático» haría que el mandatario no cerrara la frontera.

Mulvaney consideró que «México podría estar haciendo más» para detener las caravanas de migrantes que cruzan su territorio con destino a Estados Unidos y aseveró que Guatemala, Honduras y El Salvador también podrían tomar «más» medidas.

«Les damos a estos países cientos de millones de dólares en ayuda y necesitamos que hagan más», manifestó Mulvaney, quien defendió la decisión de Trump de suspender todo tipo de asistencia a esos tres países.

El sábado, el Departamento de Estado anunció que había comunicado oficialmente la decisión de Trump al Congreso, órgano que tiene la última palabra en la ayuda para esos tres países, de donde proceden la mayor parte de los migrantes que llegan a Estados Unidos.

Mulvaney defendió que el presidente no tiene muchas opciones para hacer frente a la situación de “crisis» de la frontera debido al rechazo de los demócratas al muro con México.

«Nos enfrentamos a esas limitaciones, el presidente hará todo lo que pueda. Si eso significa cerrar los puntos de entrada, eso es exactamente lo que haremos», advirtió.

Y AMLO responde con ‘amor’

En tanto, Andrés Manuel López Obrador declaró que no peleará con Trump y que actuaría con prudencia ante cualquier evento en la frontera con Estados Unidos.

“Es que entraríamos en una dinámica (de intercambio de posturas), y yo prefiero el amo y paz. No quiero adelantar vísperas”, dijo en su conferencia de prensa matutina.

Asimismo, aprovecho para hacer alusión a una consulta con su auditorio durante un evento en Veracruz, donde el público “votó” por que se condujera con prudencia frente a su homólogo estadounidense.

“No vamos a confrontarnos con el gobierno de Estados Unidos. Ya me lo recomendaron mis asesores internacionalistas en Poza Rica”, dijo.

En su bombardeo de tuits sobre las caravanas de inmigrantes, Trump mencionó -sin dar evidencia- que México tiene las leyes migratorias “más rígidas del mundo”, pero que poco hace para prevenir el flujo de indocumentados por su territorio.

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