Larrea, el candidato de AMLO

Dentro del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, existe la noción de que el presidente tiene la última palabra en la venta de la banca minorista y del negocio de Afore de Citibanamex, una operación que Credit Suisse calcula en cerca de 10 mil millones de dólares y que involucra la transferencia del cuarto mayor banco por activos a un grupo de inversionistas que incluye a los nombres más importantes de la élite empresarial mexicana.

Sin embargo, en el entorno de Jane Fraser, la directora global de Citi, aseguran que la decisión final se encuentra exclusivamente en manos del banco.

Ante esa realidad, el presidente López Obrador ha colocado a dos de sus más importantes funcionarios, Adán Augusto López y Raquel Buenrostro, a cargo de una operación que le otorga cierta ascendencia al gobierno federal en el proceso de venta de Citibanamex.

El secretario de Gobernación se ha reunido con al menos uno de los principales postores para discutir el tema: Germán Larrea, presidente de Grupo México.

Por otro lado, la ex titular del SAT, Raquel Buenrostro, emprendió hace meses un programa de auditorías fiscales a Citibanamex que se han convertido en parte del proceso de due dilligence de los grupos interesados en la compra. Además, su hermana, Lucía Buenrostro, es la vicepresidenta de política regulatoria de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, una posición clave en el proceso de autorización gubernamental de esta transacción.

En la conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sugerido en más de una ocasión que los potenciales compradores de Citibanamex necesitan de la aprobación política del gobierno de la Cuarta Transformación.

Públicamente, López Obrador le ha dado el visto bueno a los dos empresarios que lideran los grupos de inversionistas que mantienen interés en la operación: el propio Larrea y Daniel Becker Feldman, director de Banca Mifel y presidente de la Asociación de Bancos de México.

Tanto Larrea como Becker han construido un portafolio de inversionistas y financiadores que ponen de relieve la importancia estratégica de Citibanamex, una banca minorista regional que en 2021 generó ganancias netas de 798 millones de dólares, que administra más de un billón de pesos en activos de Afore y que al cierre del año pasado registró depósitos por 24.8 mil millones de dólares.

Manuel Romo, ejecutivo de Citi, plantea que la operación se cerrará en el primer trimestre de 2023. Bloomberg supone tres escenarios: la venta al grupo de Larrea, la venta al grupo de Becker o la ejecución de una Oferta Pública Inicial en la Bolsa Mexicana de Valores.

Germán Larrea es señalado en el sector financiero y en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador como el gran favorito para quedarse con Citibanamex. La semana pasada, por iniciativa directa del presidente, el gobierno federal finalmente resolvió el conflicto legal que mantenía con Grupo México por el finiquito del Tramo 5 del Tren Maya, un proyecto de 914 millones de dólares que se le rescindió a la empresa de Larrea para ser asignado a la Secretaría de la Defensa Nacional.

Este proceso pone de relieve la cercanía de Larrea con el gobierno de López Obrador. Se trata de un empresario cuyo patrimonio neto es de 24.6 mil millones de dólares y que ha sido beneficiario de las privatizaciones del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, de las concesiones mineras del sexenio de Ernesto Zedillo y del fortalecimiento de una posición de monopolio en los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

En la misma reunión en la que Adán Augusto López discutió el asunto de Citibanamex, le habría pedido a Larrea demandar al gobierno federal para poder cuantificar la reparación del daño del contrato del tramo 5 del Tren Maya, según fuentes consultadas por el periodista Darío Celis.

El proyecto bancario de Germán Larrea tiene las credenciales financieras y políticas para ganar la licitación de Citibanamex. Financieras porque de acuerdo a Barclays, el banco de inversión que asesora a este grupo de inversionistas, el flujo de efectivo de Grupo México es suficiente para pagar por una parte significativa de la operación.

El banco inglés estima que en 2021 el flujo de efectivo de la empresa controlada por la familia Larrea fue de 4.3 mil millones de dólares y que en 2022 será de 1.9 mil millones de dólares. Información obtenida del balance general de Grupo México al cierre del tercer trimestre de este año refiere que la posición de efectivo de la compañía es de 5.6 mil millones de dólares.

Las credenciales políticas de Larrea son igualmente importantes. Las conexiones de Grupo México a la oficina del secretario de Gobernación y de la actual secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, son tan relevantes como la lista de inversionistas que Larrea ha construido:

Antonio del Valle, presidente de Grupo Kaluz, propietario de Orbia y cuyo hijo, Antonio del Valle Perochena, es el titular del Consejo Mexicano de Negocios, uno de los miembros del Consejo Coordinador Empresarial que asistieron a la marcha en favor del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

También aparece, en un papel menor, Carlos Slim, presidente honorario de América Móvil y uno de los empresarios más cercanos al gobierno de la Cuarta Transformación.

Alonso de Garay, de Grupo Bursátil Mexicano; Eduardo Tricio, de Grupo Lala; y Carlos Rojas, accionista de Grupo México y propietario de Grupo Rotoplas son otros nombres de la primera plana de los inversionistas dirigidos por Germán Larrea.

Aunque Larrea es el gran favorito, Daniel Becker apuesta por un proyecto con nombres de fuerte ascendencia en Wall Street. La estructura de esta oferta incluye la participación del fondo de capital de riesgo Apollo Global Management, que administra 523 mil millones de dólares; fondos de Blackrock, que es la firma de administración de activos más grandes del mundo; la Autoridad de Inversión de Abu Dhabi, la firma Advent y el fondo soberano de Singapur, GIC.

Los principales inversionistas nacionales son Max y Moisés El-Mann, de Fibra Uno y que en este sexenio han enfrentado acusaciones de fraude de parte de la Unidad de Inteligencia Financiera; Cosme y Alberto Torrado, de Grupo Alsea y que han tenido conflictos fiscales con el SAT de Raquel Buenrostro; y Enrique Coppel, de Grupo Coppel.

La salida de postores importantes como Santander, Inbursa y Banorte sugieren que la venta de Citibanamex podría definirse hasta el último momento y que, incluso, las ofertas de Larrea o de Becker podrían ser insuficientes para las expectativas de Citi. A esto se suman complicaciones de due dilligence como la demanda que Oceanografía emprendió contra Citibanamex por reparación de daños, en relación al presunto fraude descubierto en 2014.

No obstante, las señales políticas son claras: el favorito del mercado y del gobierno de Andrés Manuel López Obrador parece ser Germán Larrea, el segundo hombre más rico de México y quien ha construido un portafolio de empresas beneficiadas por ganancias extraordinarias garantizadas por monopolios y oligopolios.

¿Será Larrea también el favorito de Citi?