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18 de octubre 2024

10 de octubre 2024

¡Que alguien me explique!

La venganza de Mauricio

Mauricio Fernández tiene una obsesión con Miguel Treviño. El actual alcalde panista de San Pedro no le perdona a su antecesor independiente que, en el 2021, lo haya derrotado en las urnas y hoy quiere cobrar venganza

Por Ramón Alberto Garza

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Mauricio Fernández Garza Sada tiene una obsesión con Miguel Treviño de Hoyos. El actual alcalde panista de San Pedro no le perdona a su antecesor independiente que, en el 2021, lo haya derrotado en las urnas y hoy quiere cobrar venganza. Imperdonable fue para él que un “simple mortal” de apellido Treviño le haya ganado la partida a “un noble de linaje” como Garza Sada.

Como si Nuevo León necesitara de más conflictos políticos, el martes se abrió un nuevo frente de confrontación entre el nuevo alcalde de San Pedro Garza García y quien gobernó ese municipio los últimos seis años.

Mauricio Fernández Garza Sada lanzó a las redes un agresivo video en el que denunciaba -en fondo y forma- que su antecesor Miguel Treviño desapareció de los registros públicos digitales toda la información de su administración.

Fue una denuncia violenta, con una sobrada carga de enojo que disparó el actual alcalde, quien repite por cuarta ocasión al frente del municipio con el ingreso per cápita más elevado, no sólo de México, sino de América Latina.

Lejos de que Mauricio Fernández buscara a su antecesor para sentarse a la mesa a resolver sus dudas y, en consecuencia, decidir si existía una respuesta lógica o eran ciertas sus sospechas, se le fue a la yugular con su berrinche.

Por supuesto que el ex alcalde Miguel Treviño no está manco, no está mudo. Y desmintió tajantemente en un video de respuesta que lo dicho por su sucesor era una abierta mentira. Que toda la entrega de su administración fue operada en tiempo y forma. Que los documentos que se buscaban estaban “en la nube” e incluso que los funcionarios de la nueva administración tenían discos y USB’s con toda esa información respaldada, e incluso impresa.

Lo que se asoma tras la nueva rabieta caprichosa de Mauricio Fernández es su urgencia de exhibir a Miguel Treviño, quien lo humilló en las urnas hace tres años, como “un delincuente”. Además de no perdonarle que lo hubiera derrotado, tampoco le gustó que la administración de su rival acabara con buenas cuentas.

Es cierto que Miguel Treviño cometió desaciertos al obstinarse en imponer una muy cuestionada ciclovía y en no acelerar, con la prontitud deseada, las obras tanto de El Centrito como del Casco de San Pedro. Pero en su último informe, el ex munícipe tuvo la humildad de salir a pedir disculpas por su testarudez y, sobre todo, por su falta de diálogo para escuchar a sus conciudadanos que tenían una opinión diferente.

Pero lo que tampoco perdona Mauricio Fernández es que la administración de Miguel Treviño no acelerara la apertura del museo de La Milarca, en donde se exhibe ya la colección privada de arte y fósiles del ahora alcalde. Y compró pleito con Valeria Guerra, la entonces Secretaria del Ayuntamiento, porque se atrevió a respetar, como con cualquier ciudadano, todos los protocolos de construcción y apertura para no caer en la ilegalidad.

Pero el propio Mauricio Fernández le dijo a sus cercanos que no descansaría hasta que Miguel Treviño y Valeria Guerra pagaran por “sus afrentas”. Incluso, si era necesario, con la privación de su libertad. Y con esta falsedad de que “se resetearon todas las computadoras” y “borraron los archivos”, el ahora alcalde ya encendió su hoguera de las vanidades buscando incinerar a su antecesor.

Desde ayer por la mañana, un equipo del gobierno de Miguel Treviño se apersonó en las oficinas municipales para mostrarles a los burócratas “mauricistas” dónde estaba cada cosa. Les probaron que era mentira que aquello se desapareció. ¿Por qué no subió Mauricio Fernández otro video para disculparse por su acelere?

De lo que somos testigos es de los berrinches de un personaje que tiene una larga historia de acciones públicas cuestionables y caprichosas. Desde derribar ilegalmente, con bulldozer y a medianoche, las bardas de las residencias de los vecinos de Alfonso Reyes hasta pactar una pax narca con el clan de los Beltrán Leyva, a los que dejó operar a sus anchas la venta de drogas en San Pedro a cambio de que no le hicieran ruido. Los audios existen. Los testimonios del Grupo Rudo, también.

¿O los sampetrinos ya se olvidaron de que, el ahora alcalde, también fue detenido en la frontera con los Estados Unidos acusado de traer sustancias ilícitas para su uso personal? ¿Y su confrontación de entonces con el Cónsul de los Estados Unidos que incluyó la retención temporal de su visa?

El que Mauricio Fernández lleve el apellido Garza Sada no le da derecho al pataleo con falsas y caprichosas acusaciones hacia su antecesor. ¿Buscó antes de hacer el violento video al ex alcalde para que de buena fe le aclarara la falsedad?

Aquí, lo que vale preguntar, es quién le calentó la cabeza al ahora alcalde para sacar el cuchillo buscando herir a Miguel Treviño.

Este es un capítulo muy lamentable en los momentos en que en Nuevo León se viven otras disputas políticas como la que libran el gobernador Samuel García, la mayoría Prianista en el Congreso y los alcaldes metropolitanos que esperan sus participaciones.

Ni el de los caprichos de Mauricio ni el de los desencuentros de Samuel con legisladores y alcaldes, son herencia de lo que hasta la primera década de este siglo fue un ejemplar Nuevo León. Acabemos con la barbarie política. Todos.

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