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4 de octubre 2024

24 de septiembre 2024

Política

La recesión de Claudia

Sin dinero, sin nearshoring y con la posibilidad de que Donald Trump implemente una política económica radical y proteccionista con consecuencias catastróficas para México. Este es el escenario que enfrenta el nuevo sexenio de Claudia Sheinbaum

Por Rodrigo Carbajal

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Sin dinero, sin nearshoring y con la posibilidad de que Donald Trump implemente una política económica radical y proteccionista con consecuencias catastróficas para México. Este es el escenario que enfrenta el nuevo sexenio de Claudia Sheinbaum.

La presidenta electa está condicionada por un recorte al déficit fiscal de 700 mil millones de pesos en 2025, por la amenaza de Fitch Ratings, S&P y Moody’s de retirar el grado de inversión a México, por un programa de reformas constitucionales que ha frenado 35 mil millones de dólares en inversiones norteamericanas y por la promesa que ha hecho el candidato presidencial del Partido Republicano de destruir al sector exportador mexicano. Claudia Sheinbaum todavía no asume el poder, pero ya está pensando en la posibilidad de una recesión de cambio de gobierno.

“Les vamos a cobrar, les digo ahora mismo, les cobraré un arancel de 200 por ciento. Lo que significa que no van a poder vender en Estados Unidos”.

El factor número uno de riesgo se llama Donald Trump. En sus últimos dos eventos de campaña, el ex presidente prometió que impondrá aranceles de 200 por ciento a los productos que empresas chinas ensamblan en México, con un enfoque en el sector automotriz. También dijo que compañías norteamericanas que transfieran sus operaciones de manufactura al sur de la frontera, como John Deere, deberán pagar una tarifa similar de 200 por ciento.

La agenda de populismo económico de Donald Trump representa un riesgo existencial para el modelo de crecimiento que México ha seguido en los últimos cuarenta años. Este es un modelo basado en el sector externo. Al candidato republicano no le importa que México se haya vuelto el principal socio comercial de Estados Unidos o un aliado frente a la amenaza geopolítica de Beijing. El año pasado, el país exportó bienes por 490 mil millones de dólares al norte de la frontera. De ese tamaño es la magnitud del peligro de los aranceles “trumpianos”. El fenómeno nearshoring moriría antes de nacer.

“Los aranceles son lo mejor que se ha inventado”.

“Si Donald Trump ejecuta la mitad de lo que está prometiendo, los resultados para la economía de Estados Unidos serían caóticos y negativos”. La advertencia viene de Jason Furman, uno de los economistas más respetados de la Universidad de Harvard. “El principal activo que tenemos de nuestro lado en contra de China es que somos parte de un bloque de países que se llevan relativamente bien. Cobrarles tarifas a todos estos países nos quitaría esa ventaja”, agrega Furman, quien fue el economista en jefe de la administración demócrata de Barack Obama y uno de los arquitectos del proyecto de integración económica de América del Norte.

El golpe contra México sería por partida triple: una restricción directa de las exportaciones a través de aranceles, un problema inminente en la balanza de pagos y un contagio adicional por la desaceleración de la actividad económica estadounidense. El mes pasado, un grupo de 16 Premios Nobel en Economía publicó un desplegado para señalar que el programa económico de Donald Trump garantizaría una recesión y una guerra comercial de múltiples frentes. Entre los signatarios se encuentran Joseph Stiglitz y Angus Deaton.

El diario Financial Times ha bautizado la política económica de Donald Trump como ‘Maganomics’, un programa basado en tarifas agresivas, una cruzada contra la migración y la manipulación política del dólar y de la Reserva Federal. Tres pilares que trastocan a la economía mexicana mediante shocks de oferta, importación de inflación y manipulaciones cambiarias. El candidato presidencial del Partido Republicano insiste en que, aunado a los aranceles de 200 por ciento, establecerá tarifas generales de importación de entre 10 y 20 por ciento. China pagaría un arancel base de 60 por ciento.

La futura administración de Claudia Sheinbaum está en una pésima posición para enfrentar el reto de un tsunami externo. De acuerdo a la encuesta que Banco de México realiza a especialistas en economía del sector privado, el 71 por ciento de los analistas espera un deterioro de la actividad económica en los próximos seis meses. Además, el 63 por ciento de los encuestados considera que es un mal momento para invertir. “Se trata de las peores expectativas para un proceso de cambio de gobierno desde que se tiene registro”, señala un reporte del ‘think tank’ México Cómo Vamos. “La principal culpable es la incertidumbre política interna”, agrega.

Traducción: la Reforma Judicial, la probable desaparición de órganos autónomos y la concentración de poder en el Ejecutivo representan un problema significativo para los actores económicos. Citibanamex argumenta que los mercados están subestimando seriamente las consecuencias del Plan C. Bank of America anticipa que la incertidumbre de las reformas está llevando al país a una recesión técnica. Y Morgan Stanley degradó, por segunda ocasión en tres meses, la recomendación de inversión en activos mexicanos, citando riesgos fiscales y regulatorios derivados de las reformas.

Esta es la herencia económica de Andrés Manuel López Obrador. La encuesta de Banco de México fue realizada antes de que fueran capturadas las explosivas declaraciones de Donald Trump. La comparación con la última transición de gobierno es brutal. En agosto de 2018, sólo 16 por ciento de los analistas proyectaba una desaceleración económica para los próximos seis meses y apenas un 29 por ciento de los encuestados refirió que era un mal momento para invertir.

Además, el gobierno de Sheinbaum tiene frente a sí el enorme reto de reducir el déficit fiscal de 6 por ciento del PIB (el nivel más alto desde el sexenio de Miguel de la Madrid) a 3 por ciento del PIB. De no hacerlo, México podría perder el grado de inversión, lo que añadiría una carga de 74 mil millones de pesos anuales al costo financiero de la deuda, de acuerdo a estimaciones de México Cómo Vamos. En los hechos, la nueva administración estará obligada a hacer un ajuste fiscal de alrededor de 700 mil millones de pesos, lo que implicará un fuerte costo político para Claudia Sheinbaum.

En el sexenio de López Obrador, dos de las tres principales agencias de calificación crediticia recortaron dos escalones al riesgo país. México está en el límite del grado de inversión y de ser considerado un país de bonos basura. Standard and Poor’s, Fitch y Moody’s coinciden en que la carga de intereses de las finanzas públicas mexicanas es mayor que en países con calificaciones similares y que los pasivos contingentes de Pemex, la eliminación de los fondos de estabilización y el pago de pensiones colocan a México en una posición de vulnerabilidad para responder a choques externos.

Este es el contexto inmediato que rodea al posible quiebre de Rogelio Ramírez de la O con el equipo de transición de Claudia Sheinbaum. El secretario de Hacienda puso sobre la mesa la posibilidad de renunciar después de entregar el Paquete Económico 2025, de acuerdo a reportes de prensa. Aunque fuentes aseguran que la presidenta electa lo convenció de quedarse, Rogelio Ramírez de la O no contará con equipo propio. Sheinbaum vetó la designación de Alejandro Olivo, ex ejecutivo de Moody’s, como subsecretario de Hacienda. Ramírez de la O no pretende ser un chivo expiatorio de un desastre potencial.

Aunque la elección estadounidense todavía está en entredicho, las declaraciones de esta semana de Donald Trump fueron un golpe de realidad para el gabinete económico de Claudia Sheinbaum. El discurso proteccionista y el uso de aranceles no es una propuesta exclusiva del Partido Republicano: es el nuevo consenso de Washington. Pero, independientemente de quién llegue a la Casa Blanca, algo es seguro: la presidenta electa de México pagará la factura económica de López Obrador.

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