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17 de octubre 2024

15 de julio 2024

¡Que alguien me explique!

La profecía de Trump

La bala con la que se pretendía asesinar a Donald Trump dejó un claro mensaje al herir al candidato presidencial en la oreja. El mensaje es: ¡Escuchen!

Por Ramón Alberto Garza

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La bala con la que se pretendía asesinar a Donald Trump dejó un claro mensaje al herir al candidato presidencial en la oreja. El mensaje es: ¡Escuchen!

El que la bala haya perforado la oreja de Trump es claramente un llamado a no hacer oídos sordos a la radicalización extrema y al fanatismo sectario que ya se apoderó de los Estados Unidos.

Durante la última década, a partir de la aparición de Trump en la escena política de primera fila, se sembraron terribles vientos políticos y se están cosechando tempestades de violencia y sangre.

Por supuesto que no estamos justificando el atentado de Pensilvania que intentó fallidamente asesinar al candidato republicano. Lo que tratamos de advertir es que, a fuerza de confrontar las posiciones políticas con flagrantes mentiras, los ciudadanos norteamericanos fueron obligados a tomar posiciones extremas: estás conmigo o estás contra mí.

Como presidente saliente en 2020, Trump alentó desde la Casa Blanca a la turba fanática para que sitiara el Capitolio. Y la nación insignia de la democracia estuvo a un parpadeo de violentar el Estado de Derecho para consumar una regresión histórica, que por fortuna fue frustrada. Sobran los testimonios.

Desde aquella victoria del demócrata Joe Biden, en 2020, su rival republicano se dedicó a radicalizar todavía más a la dividida nación, propiciando con sus intolerantes posturas una sociedad altamente confrontada, polarizada y fanatizada, cerrada al diálogo. Sin oídos para escuchar otras opiniones.

Y volvemos a repetir la historia de quienes en su momento atentaron contra Abraham Lincoln, contra Franklin Delano Roosevelt, contra John y Robert Kennedy, contra George Wallace, contra Martin Luther King, contra Ronald Reagan y ahora contra Donald Trump.

Falta todavía mucha información de inteligencia para dilucidar quién o quiénes y el por qué del atentado. Se trató de un tirador solitario o existe una conspiración más compleja. El tiempo lo dirá.

Lo único cierto hoy, es que después del atentado de Pensilvania nació “El Mártir de Mar-a-Lago”, a quien será muy difícil -si no que imposible- arrebatarle la victoria en las elecciones presidenciales del próximo noviembre. Mucho menos frente a la precaria condición de salud y a la obstinación por no retirarse del actual presidente Biden.

Pero, en medio de toda esta confusión, valdría la pena rescatar una cita del senador Barry Goldwater, el republicano que en 1964 contendió y perdió la elección presidencial frente al demócrata Lyndon B. Johnson.

Goldwater fue el hombre que convenció a Richard Nixon de renunciar frente al escándalo de Watergate y también  el senador republicano quien desde su espíritu libertario le pavimentó el camino a la Presidencia de Ronald Reagan y pronosticó el futuro radicalizado y fanatizado de la nación de las barras y las estrellas.

Goldwater, quien falleció en 1998, lanzó esta advertencia: “Escuchen mi palabra. Cuando esos predicadores tomen el control del Partido Republicano -y ellos están seguros de que lo harán- será un maldito y terrible problema. Francamente, esa gente me asusta. Política y gobierno demandan compromiso. Pero esos cristianos (los predicadores) creen que actúan en el nombre de Dios, por eso no pueden hacer un compromiso. Lo sé, porque he tratado de negociar con ellos”.

Y para muestra de lo pronosticado por Goldwater basta un botón. En abril de 2007, en Redding, California y en Scottsdale, Arizona, -diez años antes de que Trump ganara la Presidencia en 2017- el predicador evangélico Kim Clement profetizó a sus fieles que Trump se convertiría en una “trompeta” por la gracia de Dios, porque lo instalaría en el poder para levantar muros de protección y para que  la economía de Estados Unidos cambiara rápidamente. ¿Alguna referencia al muro fronterizo y a la crisis migratoria con México y el bloqueo económico a China?

En junio del mismo 2007, pero en San José, California, el predicador Kim Clement fue más preciso en su profecía. Dijo que Trump llegaría para gobernar en dos términos con el fin de abrir espacios políticos a los jóvenes y darles acceso a industrias que hasta ahora son controladas  desde la oscuridad.

Las expresiones que mezclan el fanatismo religioso y la política en los Estados Unidos son más que claras.  Y ese sectarismo es lo que está radicalizando a millones de norteamericanos. Y si lo dudan, vean y escuchen este video de promoción evangélica hacia la candidatura de Trump, el “elegido del Señor”.

Sería bueno que en México, en Palacio Nacional, desde el púlpito mañanero del presidente Andrés Manuel López Obrador, se analizaran estos radicalismos, esos fanatismos, ese espíritu divisionista de la nación. Quizás debamos aprender con ese disparo en oreja ajena.

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