17 de marzo 2016
Internacional
La primavera latina
El desencanto con los gobiernos de izquierda en América Latina se ha vuelto generalizado desde Venezuela hasta Argentina
Por Rodrigo Carbajal
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Brasil, Argentina, Bolivia y Venezuela. Los referentes de la izquierda latinoamericana se ahogan en el desencanto.
La semana pasada, 3 millones de brasileños salieron a las calles para manifestarse contra la corrupción y exigir la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff, la mandataria con el menor nivel de aprobación en la historia moderna de Brasil (Aprobación de 11%)
La crisis política, derivada del escándalo de Petrobras tiene al gobierno al borde del colapso. Incluso el carismático expresidente Lula Da Silva ha sido arrestado, liberado y acusado nuevamente, en una investigación paralela por la operación judicial anticorrupción Lava Jato. Lula tuvo que acceder a un puesto en el gabinete para obtener un fuero político para su protección.
Pero Brasil no es un caso aislado.
En Argentina no cantan mal las rancheras, o más bien, no bailan mal el tango.
La gente se cansó de 10 años de kirchnerismo. La corrupción, las malas decisiones de política económica y la censura a los medios dieron la victoria al candidato opositor Mauricio Macri, un expresidente del Club Boca Juniors que ha prometido un cambio de fondo.
En Bolivia, literalmente le dijeron que NO a Evo Morales. El presidente de la República Plurinacional de Bolivia perdió un referéndum para acceder a un cuarto mandato y prolongarse en el poder hasta 2024. Ésta es la primer derrota electoral de Evo en 10 años.
Sin embargo, el caso más crítico es el de Venezuela.
El gobierno de Nicolás Maduro ya perdió la mayoría en la Asamblea Nacional. En medio de una crisis económica marcada por la inflación más alta del mundo, la escasez y la violencia, el país se prepara para entrar en una nueva era de forcejeos políticos entre un gobierno acusado de autoritarismo y una oposición fragmentada.
Contrario a lo que dicta la historia de América Latina, donde el cambio político se atribuye a una polarización con las élites, ahora el hartazgo de la ciudadanía es generalizado
Pareciera ser que en América Latina, donde nació el “socialismo del siglo XXI”, la izquierda ha dejado de ser una opción. Cuatro golondrinas sí hacen primavera.