20 de enero 2025
Política
La oligarquía mexicana sustituye al gobierno para negociar con Trump
Ante el vacío de la administración de Sheinbaum en el manejo de la relación bilateral con Estados Unidos, los interlocutores del Estado mexicano han sido sustituidos, de facto, por un grupo de la élite empresarial: Carlos Slim, Bernardo Gómez, Alfonso de Angoitia y Altagracia Gómez Sierra
Por Redacción Magenta
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El gobierno de Claudia Sheinbaum tiene una idea poco clara, errática, de cómo abordar la relación con la próxima administración de Donald Trump. La presidenta de México no ha designado a un interlocutor único para que dirija las conversaciones sobre comercio, migración y combate al crimen transnacional con el equipo del presidente electo de Estados Unidos.
En su primera semana de gobierno, Donald Trump emitirá órdenes ejecutivas que incluyen redadas de deportación masiva y la designación de los cárteles de la droga como organizaciones terroristas. Son dos políticas que representan riesgos severos para la seguridad nacional de México y para la gobernabilidad de su frontera norte.
Mientras tanto, Juan Ramón de la Fuente, secretario de Relaciones Exteriores; y Marcelo Ebrard, secretario de Economía, realizan esfuerzos paralelos y compiten por acceso a la nueva coalición que asumirá el poder en Washington. “A Ebrard le tienen tomada la medida”, le dijo una fuente de alto nivel en el gobierno federal a la periodista Peniley Ramírez. “A Juan Ramón de la Fuente nadie lo conoce en Washington”, dijo otro funcionario diplomático.
Ante el vacío de la administración de Sheinbaum en el manejo de la relación bilateral con Estados Unidos, los interlocutores del Estado mexicano han sido sustituidos, de facto, por un grupo de la élite empresarial que ha entablado conversaciones directas con funcionarios que formarán parte del gabinete de Donald Trump y con miembros del primer círculo de influencia del presidente electo de Estados Unidos, incluidos sus hijos.
Garza Buffington y Altagracia Gómez en Washington
• El caso más notable es el de Javier Garza Buffington, el empresario regiomontano que preside Grupo Legand, y el de Altagracia Gómez Sierra, la heredera de Grupo Minsa que se ha consolidado como el principal enlace de la presidenta Sheinbaum con la iniciativa privada.
• El sábado en la noche sostuvieron una reunión privada con Ted Cruz, el senador republicano por Texas que formará parte esencial del diseño de política pública en relación al combate a los cárteles y a la deportación de millones de personas a territorio mexicano. El domingo, la noche previa a la ceremonia de inauguración de Donald Trump como el presidente número 47 de Estados Unidos, Garza Buffington y Gómez Sierra cenaron con Donald Trump Jr. y con el vicepresidente electo, J.D. Vance.
“The Official Hispanic Inaugural Ball”
• La élite empresarial mexicana ha hecho un esfuerzo público notable para congraciarse con el entorno de Trump. Esta dinámica quedó de manifiesto en el ‘Official Hispanic Inaugural Ball’, celebrado el sábado en el Hotel Omni en Washington D.C.
• El evento reunió a la plana mayor del gabinete del presidente electo de Estados Unidos con figuras de alto perfil como el presidente argentino Javier Milei y con un selecto grupo de empresarios latinoamericanos y de origen hispano.
• The Official Hispanic Inaugural Ball incluye entre sus organizadores honorarios al senador Marco Rubio, futuro secretario de Estado; al senador por Texas, Ted Cruz; a Kristi Noem, futura secretaria de Seguridad Interior; a Tulsi Gabbard, futura directora nacional de Inteligencia; a Ron Johnson, futuro embajador de Estados Unidos en México; a Christopher Landau, futuro subsecretario de Estado; entre otros.
• Javier Garza Buffington, un empresario con intereses en el sector inmobiliario y de la construcción, fue parte del Comité Organizador. Gestionó la asistencia de Altagracia Gómez Sierra, la figura más cercana a una representante de la presidenta Sheinbaum en la ceremonia.
• Grupo Salinas, propiedad del Ricardo Salinas Pliego, figuró como uno de los patrocinadores del evento, Carlos Slim Helú, presidente de Grupo Carso, compró una de las mesas principales del ‘Official Hispanic Inaugural Ball’. Fue acompañado de su hijo, Carlos Slim Domit; del presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco Cervantes; y del activista político de ultraderecha, Eduardo Verástegui, uno de los ideólogos más comprometidos con la agenda de Trump en México.
• Slim y su órbita se tomaron una fotografía con Christopher Landau, el ex embajador de Estados Unidos en México que asumirá como subsecretario de Estado. “La relación entre Estados Unidos y México siempre ha sido buena y va a ser mejor”, le dijo Carlos Slim Helú al periódico Reforma. “Trump, además de ser presidente, es un hombre de negocios muy importante en el mundo y es un maestro de los negocios”, complementó Francisco Cervantes.
• De parte del gobierno mexicano sólo acudieron al evento Esteban Moctezuma, el embajador de México en Estados Unidos (que no ha sido ratificado en su puesto y cuya permanencia es incierta), y Diana Alarcón, representante de México en el Banco Mundial.
La influencia de Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia
• La élite empresarial mexicana ha tomado control del rumbo de la relación bilateral. El mes pasado, The Wall Street Journal publicó un reportaje de cómo los co-presidentes de Televisa-Univisión, Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia, se han convertido en los operadores mexicanos más influyentes en la órbita de Trump. Gómez fue el único mexicano en ser invitado a los ocho eventos oficiales de toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos. En cambio, Claudia Sheinbaum, la jefa de Estado de México, no recibió invitación alguna.
• La antesala del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, las primeras negociaciones entre el gobierno y el equipo de la primera administración de Donald Trump se llevaron a cabo en la casa de Bernardo Gómez en la Ciudad de México. Seis años después, la situación no ha cambiado. Los interlocutores de la relación bilateral no están en Palacio Nacional.