De la ola zapatista a la ola migratoria

Marcelo Ebrard está obligado a contar la historia de lo que México hará en la frontera sur para contener el flujo de migrantes.

El secretario de Relaciones Exteriores busca construir una narrativa y para ello ha nombrado a un equipo de expertos en comunicación liderados por Óscar Argüelles.

Se trata del mismo comunicador que hace 25 años hizo equipo con Manuel Camacho Solís en la Comisión para la Paz en Chiapas, en donde diseñó el mensaje que México envió al mundo sobre el conflicto con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

A petición de Marcelo Ebrard, Argüelles regresará a Chiapas, específicamente a Tapachula, donde instalará un cuarto de guerra sobre la comunicación de los migrantes.

Desde ahí, con el apoyo de Juan Antonio Valtierra y Alejandro Cuadros, buscarán reflejar la historia que será el primer filtro para las decenas de medios nacionales e internacionales que cubren la crisis migratoria de América Central.

Argüelles es uno de los muy pocos profesionales de la comunicación en México que ha trabajado con prácticamente todas las fuerzas políticas, con los medios y con el sector privado:

Fue parte del equipo de comunicación social de dos presidentes: José López Portillo, y Carlos Salinas de Gortari. Fue el jefe de prensa de Manuel Camacho Solís en sus días como Comisionado de Paz en Chiapas y  vocero de Marcelo Ebrard durante la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

Se convirtió en director comunicación social de la Cámara de Diputados donde operó lo mismo bajo la batuta del priista Manlio Fabio Beltrones, que del panista Ricardo Anaya o del perredistas Jesús Zambrano.

En el sector privado Argüelles fungió como director de comunicación de Banca Serfín, como director de comunicación corporativa de TV Azteca y como director operativo del diario El Universal.

Pero hoy la tarea encomendada por Marcelo Ebrard en Chiapas es más que complicada: debe comunicar resultados para que la administración Trump no reviva la amenaza de imponer aranceles y al mismo tiempo debe cuidar la imagen de México como un país que respeta los derechos humanos de quienes buscan asilo.

Hoy, como hace 25 años, Chiapas y los pacificadores de Manuel Camacho vuelven al centro de la agenda política nacional.