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21 de noviembre 2024

20 de febrero 2024

Seguridad

La masacre de 17 personas exhibe la descomposición criminal de Guerrero

Las redes sociales fueron inundadas con imágenes devastadoras: los perpetradores del crimen desnudaron los cuerpos de las víctimas y les dispararon a los cuerpos inermes antes de arrojarlos a una hoguera

Por Redacción Magenta

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“La fuerza del narcotráfico y de la delincuencia organizada es la mayor amenaza a la soberanía del Estado mexicano y un riesgo inminente para el funcionamiento de nuestra democracia”. El discurso que Xóchitl Gálvez pronunció después de su registro como candidata presidencial del Frente Amplio por México fue alcanzado de manera inmediata por la realidad de una de las masacres más violentas del sexenio.

Mientras Gálvez pronunciaba estas palabras en la sede del Instituto Nacional Electoral, medios locales de Guerrero reportaron que el grupo criminal de ‘Los Tlacos’ asesinó a 16 o 17 presuntos miembros de una organización rival, ‘La Familia Michoacana’, en San Miguel Totolapan. Las redes sociales fueron inundadas con imágenes devastadoras: los perpetradores del crimen desnudaron los cuerpos de las víctimas y les dispararon a los cuerpos inermes antes de arrojarlos a una hoguera. El grado de deshumanización se ha vuelto parte de la cotidianidad de la escena criminal en México.

‘Los Tlacos’ son una organización criminal que surgió en 2017 como brazo armado de grupos de autodefensa en Tierra Caliente y que disputa el espacio criminal con ‘Los Ardillos’ y con ‘La Familia Michoacana’. De acuerdo a la Plataforma de Presencia Criminal del Conacyt, ‘Los Tlacos’ han celebrado alianzas intermitentes con el Cártel Jalisco Nueva Generación. Un reporte de Crisis Group argumenta que la explosión de violencia en regiones de México está altamente correlacionada con incursiones del CJNG, una organización criminal que el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha etiquetado como “una amenaza de seguridad nacional”.

La crisis de gobernabilidad en Guerrero

Guerrero se ha convertido en un foco particularmente grave de ingobernabilidad. Cárteles de la droga, grupos paramilitares, organizaciones sociales, comunidades indígenas y sindicatos compiten de manera permanente por influencia, negocios públicos y protección de los diferentes niveles de gobierno. El encuentro de la alcaldesa morenista de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, con los líderes de la organización de ‘Los Ardillos’ representa la muestra más célebre y mediática de este fenómeno.

Sin embargo, la interacción de funcionarios públicos y representantes del Estado con miembros de estos grupos se ha vuelto el status quo de la gobernabilidad en gran parte del país. El periodista Raymundo Riva Palacio reportó recientemente que ‘Los Tlacos’ podrían tener un acuerdo de protección con el gobierno estatal de Guerrero de Evelyn Salgado.

De acuerdo a un reporte del Comando Norte del Ejército de Estados Unidos, un tercio del territorio nacional está dominado por los cárteles y organizaciones afines. El periodista Ioan Grillo, ex corresponsal del New York Times y experto en materia de seguridad, matiza la cifra que fue presentada ante el Congreso por el general Glen Van Herck: “¿Cuánto gobiernan los cárteles en México? El Ejército estadounidense asegura que más del 30 por ciento del país. Mi respuesta es que nada está 100 por ciento controlado por los cárteles, pero que existe un duopolio de poder entre el gobierno y los cárteles en gran parte de México”, escribió Grillo en X (antes Twitter). En un artículo sobre el deterioro de la seguridad y gobernabilidad en Chiapas, el periodista ahondó en este fenómeno: “En el México moderno, los cárteles son un vehículo para ganar poder mediante el uso de la violencia organizada. Probablemente más fácil que formar un partido político o un negocio, sea formar un cártel como camino a la influencia y la riqueza”.

La crisis de gobernabilidad en Guerreo quedó en evidencia la semana pasada, cuando un grupo de obispos de la Iglesia Católica dijeron haber negociado un acuerdo de paz con grupos criminales en Chilpancingo, la capital del estado. Se trató de un pacto al margen del Estado, una conversación que excluyó al poder de jure de la gobernadora morenista, Evelyn Salgado, y al poder de facto del senador Félix Salgado Macedonio. Respecto al pacto, el presidente Andrés Manuel López Obrador se limitó a decir: “Lo veo bien”.

La masacre de San Miguel Totolapan contrasta con las declaraciones de López Obrador de la conferencia mañanera de este martes. Cuestionado por la pérdida de injerencia del Estado en el control del territorio en Guerrero, el presidente atribuyó el avance del crimen organizado al deterioro de gobernabilidad, producto de la negligencia de gobiernos anteriores. López Obrador omitió hablar sobre el papel que ha jugado Félix Salgado Macedonio, protegido político de su gobierno y senador de Morena, como factótum de la escena política y criminal de Guerrero en las últimas tres décadas.

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