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4 de octubre 2024

17 de septiembre 2024

Política

La imposición de Andy

Claudia Sheinbaum Pardo contra Andrés Manuel López Beltrán. La hija adoptiva contra el hijo de sangre. La heredera legal contra el heredero legítimo. En un régimen de partido único, donde la oposición es inexistente, la disputa por el poder se dará dentro de Morena

Por Rodrigo Carbajal

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Claudia Sheinbaum Pardo contra Andrés Manuel López Beltrán. La hija adoptiva contra el hijo de sangre. La heredera legal contra el heredero legítimo. En un régimen de partido único, donde la oposición es inexistente, la disputa por el poder se dará dentro de Morena. Jorge Volpi, el aclamado escritor mexicano y agudo crítico de la política desde la izquierda, anticipa que esta será la gran narrativa del sexenio: “Lo que presenciaremos a partir de ahora será una guerra intestina de proporciones épicas: la batalla descarnada y salvaje, en medio de desmentidos e hipócritas llamados a la unidad, entre Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Beltrán”.

La imposición de ‘Andy’ como el próximo secretario de Organización de Morena representa la transformación del hijo del presidente de operador empresarial a operador electoral. Primero el dinero, después el poder. Si Andrés Manuel López Beltrán fue el artífice de una red de tráfico de influencias para asignar contratos multimillonarios en Pemex, en el IMSS-Bienestar y en gobiernos estatales de Morena, como han documentado ampliamente Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad y el medio Latinus, ahora ‘Andy’ controlará la movilización territorial del partido hegemónico. También mantendrá interlocución directa con los gobernadores y se reservará el derecho de tener la última palabra en la selección de candidatos en el Poder Ejecutivo y en el Poder Judicial. ‘Andy’ se ha instalado como el zar electoral de Morena.

El destape anticipado del hijo predilecto del presidente es, en realidad, un candado adicional para la Presidencia de Sheinbaum. La nueva mandataria estará condicionada por un cerco político montado por Andrés Manuel López Obrador: Adán Augusto López como coordinador de la bancada de Morena en el Senado; Ricardo Monreal en la Cámara de Diputados; Luisa María Alcalde en la dirigencia nacional del partido; Clara Brugada en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México; Rosa Icela Rodríguez en la Secretaría de Gobernación y alrededor de treinta nombramientos afines al actual presidente, en el próximo gabinete federal. La guillotina afilada es la revocación de mandato.

De acuerdo a fuentes del equipo de Sheinbaum, citadas por el diario español ABC, Andrés Manuel López Obrador fue quien escogió a la mayor parte de los funcionarios de primera línea del nuevo gobierno: la presidenta electa le presentó ternas de candidatos y el presidente actual decidió los cargos que le importaban.

En privado, el entorno de Sheinbaum ha dejado en claro que existen dos agendas en conflicto dentro de Morena. El periódico ABC reportó que “la Reforma Judicial, en su letra original, era rechazada por la próxima mandataria, a pesar de que en público había cerrado filas con López Obrador”. Sheinbaum contactó a diputados y senadores de Morena para intentar demorar la aprobación de esta iniciativa. Sin embargo, Palacio Nacional la paró en seco. El presidente llamó a Sheinbaum a una reunión a solas en la que se le ordenó ir a fondo con el proyecto de demolición del Poder Judicial. Antes de eso, la estructura del partido ya había relegado a Alfonso Ramírez Cuéllar, el aliado más importante de Sheinbaum en el Congreso, a una posición de subordinación ante Ricardo Monreal.

En el cálculo de la presidenta electa, los términos actuales de la Reforma Judicial representan un riesgo para el clima de inversión, para el crecimiento económico y para la relación de México con sus socios del T-MEC. “El sexenio de Claudia Sheinbaum va a caracterizarse por la disciplina y el equilibrio financiero”, le dijo esta semana Ramírez Cuéllar al periódico El País en un intento por calmar la angustia de los actores económicos afectados por la reforma.

Con la finalidad de mantener la estabilidad macroeconómica, el equipo de transición se ha comprometido a reducir el déficit fiscal de 6 por ciento del PIB a 3 por ciento del PIB, lo que significa un ajuste de alrededor de 700 mil millones de pesos, el más importante desde el sexenio de Miguel de la Madrid. Esto implica recortes al gasto público que tendrán un alto costo político para Sheinbaum y la implementación de una agresiva campaña contra la evasión fiscal.

¿Y quién será el operador de esta ofensiva recaudatoria? El ratificado titular del SAT, Antonio Martínez Dagnino, un aliado directo de Andrés Manuel López Beltrán. La pregunta es con quién se van a sentar los grandes corporativos, nacionales y extranjeros, para negociar los créditos fiscales por miles de millones de pesos: ¿En la mesa de ‘Andy’ o de Claudia?

Sheinbaum ha insistido públicamente que el combate a la evasión fiscal es fundamental para que se cumplan los objetivos de déficit fiscal diseñados por Rogelio Ramírez de la O en los criterios generales de política económica de la Secretaría de Hacienda. Esto implicaría, entonces, una lucha frontal contra el mayor desagüe tributario en la historia del país: el huachicol fiscal, la importación ilegal de hidrocarburos mediante la cual se han dejado de pagar más de 400 mil millones pesos al fisco en el sexenio de López Obrador, de acuerdo a un cálculo realizado por agencias de inteligencia de Estados Unidos.

No obstante, ¿alguien recuerda la imagen de José Ramón López Beltrán comiendo en restaurante Pappadeaux de Pharr, Texas con el entonces administrador General de Aduanas, Rafael Marín, y con otro oscuro personaje? El hijo del presidente fue fotografiado por el FBI. ¿Alguien recuerda también la investigación de agencias de inteligencia norteamericanas que conectan la red de huachicol del empresario Sergio Carmona con el financiamiento de campañas políticas de Morena? En su nuevo puesto como secretario de Organización del partido en el poder, Andrés Manuel López Beltrán estará justo en esta intersección: el dinero paralelo y la movilización electoral.

‘Andy’ no llega solo. El hijo del presidente viene acompañado de una amplia red de contratistas federales, particularmente en Pemex, que apuntalan la construcción de su candidatura de cara al 2030. No es casualidad que dos de las tres carreras a la gubernatura que impulsó Andrés Manuel López Beltrán en el proceso electoral de este año hayan sido las de Javier May, gobernador electo de Tabasco, y de Rocío Nahle, gobernadora electa de Veracruz. May y Nahle fueron personajes clave para el desarrollo del Tren Maya y de la refinería de Dos Bocas y, por ende, para la asignación de sus contratos.

Tal como se ha reportado en otros medios, ’Andy’ también llega de la mano de una coalición entre el ala radical de Morena, liderada por Jesús Ramírez Cuevas, y el ala dura de Morena, liderada por Adán Augusto López, el operador que consiguió la aprobación de la Reforma Judicial mediante métodos inconfesables.

Los intereses de ‘Andy’ y de Adán Augusto se fusionan en Grupo Industrial Proyecta, una firma que ha obtenido más de 27 mil millones de pesos en contratos de Pemex en el sexenio de López Obrador, en su mayoría vinculados a la refinería de Dos Bocas. El ex director de Proyecta, Daniel Flores, fue el coordinador financiero de la precampaña presidencial de Adán Augusto. En julio del 2023, Flores falleció en un accidente aéreo. Su avioneta se desplomó tres minutos después de despegar de Veracruz, donde lo vieron discutir con Adán Augusto. Horas antes, estuvo en Palacio Nacional. Después de la muerte de Flores, el portal Latinus publicó una grabación de Amílcar Olán, el empresario tabasqueño vinculado a la presunta red de tráfico de influencias operada por los hermanos López Beltrán, en la que alardeaba que se había hecho del control de Grupo Industrial Proyecta.

El sexenio de Claudia Sheinbaum estará marcado por estas complicidades, pero también por nuevas rivalidades. Desde ahora, se anticipan conflictos entre Ricardo Monreal y Alfonso Ramírez Cuéllar, entre Antonio Martínez Dagnino y Rogelio Ramírez de la O, o entre Audomaro Martínez Zapata, el titular del Centro Nacional de Inteligencia, cercano a Andrés Manuel López Beltrán, contra Omar García Harfuch, el futuro secretario de Seguridad Pública que concentrará las tareas de inteligencia en la próxima administración.

En este momento, Claudia Sheinbaum podrá parecer débil ante la imposición de Andrés Manuel López Obrador y de Andrés Manuel López Beltrán. Pero la presidenta electa aún no ha llegado al poder. A veces, hace falta un sólo gesto para demostrar quién manda.

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