La decisión de Tesla

Todo apunta a que la nueva mega planta de Tesla en México será construida en Nuevo León, tal como estaba planeada originalmente.

Una llamada entre el magnate Elon Musk, el presidente Andrés Manuel López Obrador, el canciller Marcelo Ebrard y el gobernador Samuel García, al parecer destrabó las disputas que se dieron entre el mandatario y el Ejecutivo de Nuevo León.

Y si el acuerdo es como lo pintan, el inquilino de Palacio Nacional acabará diciendo hoy en su mañanera que “todos ganamos”.

La primera victoria sería para Nuevo León que se convertirá en la sede de la mega fábrica de autos eléctricos más importante de América y que, al finalizar sus distintas etapas, significará una inversión de 10 mil millones de dólares.

Solo para que se den una idea, el valor de esa inversión equivale a la capitalización de Grupo Alfa y Cemex juntos -que es de poco más de 10 mil millones de dólares- o a una tercera parte de todo el valor de FEMSA -que es de 30 mil millones de dólares-.

Y del empleo ni se diga. La planta Tesla inaugurada en 2022 en Austin, Texas, le da trabajo a unas 20 mil personas, esperándose que la que se instale en Santa Catarina, Nuevo León, alcance una mano de obra similar cuando esté en plena operación.

Hay quienes dicen que uno de los factores que inclinaron a Santa Catarina, por encima de los municipios de Apodaca o de Pesquería, fue sin duda su cercanía al corredor automotor Saltillo-Ramos Arizpe. Y que otra ponderación menor fue la existencia de un campo y club de golf, Terralta, que suele ser una exigencia de los altos ejecutivos estadounidenses que emigran a territorio mexicano.

Por eso era importante para el emecista, Samuel García, el concluir las negociaciones que inició a finales del 2022 con Elon Musk, quien siempre vio en Nuevo León su mejor opción por la cercanía fronteriza y por la calidad de la mano de obra calificada que una mega planta de esas dimensiones demanda.

Hizo bien el gobernador de Nuevo León en no entrar en clinch abierto con el presidente López Obrador, quien ante la crisis del agua se encaprichó para vetar al estado industrial de México bajo el supuesto de que no se tenía el vital líquido suficiente para satisfacer las operaciones de Tesla.

El inquilino de Palacio Nacional decidió desde la ignorancia. La planta de Tesla no se surte de aguas nuevas, sino de aguas tratadas y en Nuevo León existen excedentes de tres tantos del agua tratada que se requieren, por lo que no existe el conflicto que tantos días se cacareó desde la mañanera.

Hay quienes apuestan que, con el rechazo a Nuevo León, el presidente López Obrador estaba dejando sentir el Efecto Shakira, es decir, le estaba “facturando” a los regios el que fueran el estado que menos respalda las políticas de su gobierno y a los candidatos de Morena. Que Nuevo León se hubiese convertido en el epicentro de la resistencia del gobierno de la Cuarta Transformación.

Pero el presidente López Obrador no come lumbre y al ver que por el veto a Nuevo León se podría perder la inversión en México para irse a Texas o a Indonesia, solo buscó un acuerdo más equilibrado que no lo hiciera ver como perdedor.

Sin duda, Elon Musk fue el gran aliado del gobernador de Nuevo León, pues no cedió en sus posiciones y por el contrario, lejos de exhibir un vencedor – Samuel- y un vencido -Andrés Manuel- lo que decidió fue ampliar su oferta de otras fábricas menores y crear empleos en otros estados, que podrían ser anunciados hoy en la mañanera o a más tardar mañana 1° de marzo, cuando Tesla prometió revelar sus planes de Expansión 2023 y daría a conocer su decisión final.

Pero, aún maquillada, está claro que la decisión final del hombre más rico del mundo siempre se mantuvo en Nuevo León, el estado Fosfo Fosfo gobernado por Samuel García.