30 de julio 2024
¡Que alguien me explique!
¡Karamba Kamala!
La Kamala Harris precandidata es un animal político muy distinto a la Kamala Harris que vimos operar como vicepresidenta. Y eso ya descuadró al rival Trump, a su torpe compañero J.D. Vance y a la élite republicana
Por Ramón Alberto Garza
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Confieso que no solía ser admirador de Kamala Harris. Como a otros tantos, la vicepresidenta de los Estados Unidos nos parecía muy pasiva, poco energética durante estos tres años y medio del gobierno de Joe Biden. El color de su piel y la equidad de género parecían ser la justificación de su privilegiado sitio. Estaba muy equivocado.
Quizás, aquella pasividad obedecía a que no se le daba la oportunidad de sobresalir, de asumir un liderazgo que estalló como lava de volcán apenas le fue conferida la posibilidad de ser la candidata presidencial demócrata.
De pronto, vimos a una Kamala Harris energética, dueña de sí misma, con un discurso profundo, valiente, sin concesiones frente a quien podría ser su rival, Donald Trump.
En cuestión de horas, tras ser propuesta por Biden como su relevo, los demócratas más circunspectos para endosar su candidatura -como Nancy Pelosi o los Obama- acabaron por darle su apoyo. Y la prueba de fuego fueron los 200 millones de dólares de donativos que los simpatizantes aportaron en las últimas dos semanas. Más de 80 millones de dólares en el primer día, imponiendo marca récord.
La Kamala Harris precandidata es un animal político muy distinto a la Kamala Harris que vimos operar como vicepresidenta. Y eso ya descuadró al rival Trump, a su torpe compañero J.D. Vance y a la élite republicana. Si creían que retirado Biden, aquello sería pan comido en la elección de noviembre, se equivocaron.
Una embestida de Kamala Harris bastó para exhibir sus alcances. Cuando dijo que, como fiscal en California, enfrentó a todo tipo de delincuentes, incluyendo abusadores de mujeres, defraudadores y tramposos. Es decir, que ella ya les había plantado cara a todos los “Trumps” que se conocen. Y la tierra tembló.
Pero más allá de la retórica, hoy las encuestas colocan a la potencial candidata demócrata en mejor posición que la que tenía Biden al momento de su declinación.
La encuesta de Reuters le otorga, a la demócrata, dos puntos de ventaja sobre Trump. Y tanto el Wall Street Journal como el New York Times le dan dos puntos de ventaja a Trump. La de CNN le concede tras puntos de ventaja al republicano. Para todo fin práctico, y considerando el margen de error de más menos 5 puntos, existe un empate técnico.
Eso descuadró a los republicanos que daban por asentado que el atentado contra Trump, además del anuncio de J.D. Vance, les daría una ventaja inmediata. Nada de eso. La declinación de Biden opacó la bala en la oreja del republicano y el anuncio del compañero de fórmula lejos de beneficiar, le perjudicó. Soberbio y torpe se exhibe el joven Vance en su debut. Resta, no suma.
Una encuesta de ABC News dada a conocer ayer revela que la imagen positiva de Kamala creció de 35 por ciento a 43 por ciento en dos semanas como precandidata. En ese mismo periodo sus opiniones negativas se redujeron de 46 a 42 por ciento. Es decir, ganó 12 puntos a favor.
Para Trump, en cambio, en esas mismas semanas, la opinión favorable se redujo de 40 a 36 por ciento, mientras que la desfavorable se elevó de 51 a 52, atentado incluido. Es decir, su saldo es de cinco puntos a la baja.
Pero el mayor drama recae en J.D. Vance, quien redujo un punto en las opiniones favorables, pero crece la opinión desfavorable que traía en 31 por ciento, y se va a 39. Es decir, 9 puntos negativos. Pésima presentación lanzando diatribas contra las madres solteras.
Y en estados cruciales y muy disputados, Kamala y Trump están codo a codo. Ya empatan en Pensilvania con 49 por ciento, Trump apenas le saca un punto a Kamala en Winsconsin 50-49, mientras que en Minnesota, Kamala tiene seis puntos arriba en las preferencias sobre Trump 52-46.
Y ya en medición abierta y con apenas dos semanas de precampaña, Kamala aventaja 48 puntos a 39 a Trump entre los norteamericanos adultos.
Y si vemos entre demócratas, 88 por ciento respaldan incondicionalmente a Kamala y 6 por ciento estarían dispuestos a considerar votar por Trump. Pero entre republicanos, Trump tiene un 82 por ciento de respaldo -seis puntos menos que Kamala- pero 12 por ciento de esos republicanos dicen que podrían votar por Kamala.
Y para cerrar el análisis, entre el electorado independiente, los que no tienen partido, Kamala aventaja por 18 puntos a Trump. Conclusión, al menos en los primeros 14 días, el relevo de Biden por Kamala es todo un acierto.
Y deja en claro que, ni con atentado, ni con un “joven Lincoln” como candidato a vicepresidente, Trump tendrá el día de campo que pensaba.
Por eso, lo ven en silencio en los últimos días. Porque no acaba de reponerse de descubrir que quien él pensaba sería un rival muy débil, le resultó respondona. ¡Karamba Kamala!
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