Israel evita una debacle democrática

¿Qué pasó?

Israel registró la mayor protesta en su historia. La única democracia liberal de Medio Oriente se debate entre una reforma judicial que concentra el poder en la coalición de ultra derecha del primer ministro Benjamín Netanyahu y el rechazo de la clase media, el Ejército, las universidades, el sector empresarial y el establishment político contra esta iniciativa.

Lo último:

• Después de semanas de manifestaciones afuera del Congreso y de un paro nacional que ha derivado en el cierre de universidades y aeropuertos, Netanyahu retirará  su reforma judicial, según ha confirmado The New York Times. Esta postura ha sido avalada incluso por los miembros más radicales de su gobierno, como Ben Gvir, ministro de seguridad interior.

• El primer ministro tendría planeado reinstalar al ministro de Defensa, Yoav Gallant, quien renunció al gabinete en protesta por la reforma judicial de Netanyahu. Gallant argumentó que la iniciativa pone en riesgo la seguridad nacional dado el escenario de división social y política en Israel.

• El rechazo al “golpe judicial” de Netanyahu fue auspiciado por el mayor grupo de negocios de Israel y por el presidente Isaac Herzog.

• Daniel Shapiro, ex embajador de Estados Unidos en Israel, declaró a CNN que la reforma representa un cálculo erróneo de Netanyahu que pone en riesgo la relación bilateral.

• La policía calcula que al menos 80 mil personas están reunidas afuera del Knesset, lo que significa la mayor movilización en la historia de Israel, un país de 9.3 millones de habitantes.

El contexto:

1. El poder Netanyahu:

• El primer ministro, que ha gobernado Israel durante 15 de los últimos 27 años y que es uno de los arquitectos de la exitosa política económica y de seguridad de Israel, conformó un nuevo gobierno el año pasado de la mano de la coalición más a la derecha del espectro político en la historia reciente del país.

• Netanyahu consiguió el apoyo de grupos religiosos ortodoxos que han cabildeado la expansión de los asentamientos en Cisjordania. El primer ministro encontró refugio político en este sector. Netanyahu enfrenta una investigación anticorrupción de la policía nacional.

• La reforma judicial del gobierno de Netanyahu pretendía reestructurar el comité que selecciona a los jueces de la Suprema Corte. La iniciativa se configuró de tal modo que otorga una mayoría automática a los miembros del gobierno, de tal suerte que la mayoría del Congreso estaría en posición de designar a los jueces.

• Además, la reforma judicial buscaba limitar la capacidad de la Suprema Corte para declarar algunas leyes como inconstitucionales.

• Israel no cuenta con una Constitución formal. Las normas democráticas y el equilibrio de poderes han definido la relación de contrapeso entre el Congreso y la Suprema Corte.

2. La división social y política:

• A grandes rasgos, el espectro político de Israel está dividido por dos coaliciones: un grupo de religiosos ortodoxos y nacionalistas, que está representado en el gobierno actual, y un grupo que defiende una democracia liberal y plural, representado por la clase media, la clase profesional del sector empresarial, las universidades, el Ejército y el establishment político secular.

• El gobierno de Netanyahu califica a la Suprema Corte como un enclave del establishment político secular que ha invalidado políticas y leyes que beneficiarían a la coalición nacionalista y religiosa.

• La clase secular critica que los religiosos ortodoxos no forman parte de la población económicamente activa y que están eximidos de la obligación de realizar servicio militar.

3. Los posicionamientos relevantes:

• Isaac Herzog, presidente de Israel: “En nombre del pueblo de Israel, en nombre de la necesaria responsabilidad, hago un llamado a cesar este proceso legislativo inmediatamente”.

• Michael Bloomberg, ex alcalde de Nueva York, donante del Partido Demócrata y activista por la relación bilateral Estados Unidos-Israel: “El gobierno del  primer ministro, Benjamín Netanyahu, está tentando el desastre al tratar de concentrar el poder, debilitando las alianzas de Israel en el mundo, la seguridad en la región, la economía nacional y la democracia sobre la cual fue construido el país”.

• Asaf Zamir, ex cónsul general de Israel en Nueva York: “La situación política en Israel ha llegado a un punto crítico y siento un profundo sentido de responsabilidad y de obligación moral de tomar una postura por lo que es correcto y luchar por los valores democráticos”.