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21 de noviembre 2024

10 de diciembre 2020

¡Que alguien me explique!

IP fracturada

Un triste espectáculo es el que están dando los organismos del sector privado frente a las negociaciones nada fáciles con el gobierno de la Cuarta Transformación.

Por Ramón Alberto Garza

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Un triste espectáculo es el que están dando los organismos del sector privado frente a las negociaciones nada fáciles con el gobierno de la Cuarta Transformación.

Un ejemplo claro de la fractura que ya se dio entre las cúpulas empresariales fue la que testificamos ayer en La Mañanera, en donde se firmó un acuerdo entre el gobierno y el sector patronal para enfrentar el conflicto del outsourcing.

A nadie escapa que la contratación vía terceros se volvió un deporte nacional de evasión en México. Se abusó de la figura y demasiadas empresas grandes y medianas hicieron de esa práctica su normalidad, buscando bajar costos de seguridad social y reparto de utilidades.

El presidente Andrés Manuel López Obrador y la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, salieron a enfrentar la crisis y la liga entre las exigencias del gobierno y la disposición del sector privado se estiró casi al punto de ruptura.

Por supuesto que el gobierno tenía sus razones válidas, pero el sector empresarial también tenía sólidos argumentos para mitigar la propuesta extrema. Comenzando porque el gobierno tiene cientos de miles de empleados bajo los protocolos de outsourcing.

Después de largas negociaciones, algunas de ellas en los últimos días de Alfonso Romo como jefe de la Oficina de la Presidencia, el gobierno y los dirigentes empresariales acordaron hacer una tregua para evaluar con más detenimiento las propuestas y presentar en febrero una propuesta legislativa más equilibrada, que no le restara competitividad a México.

Sin duda una excelente noticia, que por lo visto no fue vista con la misma buena voluntad por todos los dirigentes empresariales.

En el ala negociadora, además de Salazar y el CCE, están Francisco Cervantes de la Concamin, José Manuel López de la Concanaco y Antonio del Valle, del Consejo Mexicano de Negocios.

En el ala opositora, aparecieron Gustavo de Hoyos, de la Coparmex, Enoch Castellanos, de la Canacintra y Bosco de la Vega, del Consejo Nacional Agropecuario.

Esta fue la primera ocasión en que, públicamente, el sector empresarial muestra una fractura frente a un asunto trascendental dentro del sexenio de la Cuarta Transformación.

Pero quienes conocen el detalle advierten que el diferendo no está ligado solo al tema del outsourcing, sino también a los jaloneos que existen en el relevo de algunos de esos organismos cúpula del sector privado.

Y es que en las próximas semanas tendrían que definirse quiénes buscaría repetir en sus posiciones y en qué organismos se buscará un nuevo dirigente.

La posición más codiciada es la de presidente del Consejo Coordinador Empresarial, en donde Carlos Salazar tiene algunas resistencias para reelegirse, de quienes buscan su posición a principios del 2021. Entre ellos De Hoyos, Enoch y De la Vega.

El hecho es que apenas terminó La Mañanera, a donde acudieron también los líderes sindicales de la CTM, la CROC, la CROM, la CNC, los Telefonistas, los Sindicatos Autónomos y los Independientes; la Coparmex, la Canacintra y el CNA –no presentes en la firma del acuerdo- emitieron un comunicado.

Ahí fijaron su postura de rechazo a los acuerdos con el gobierno, protestando porque dicen que se les coarta la libertad de subcontratación que da empleo a miles de familias y que con la pérdida de competitividad se cerrarán miles de empresas.

Ninguna mención de las negociaciones de postergación que le dieron un respiro al debate que se reanudará en febrero para presentar de mutuo acuerdo la propuesta final.

Lo que se presume es que el sector empresarial está fracturado en dos frentes.

Uno, el que integran el Consejo Coordinador Empresarial, el Consejo Mexicano de Negocios, la Concamin, la Concanaco y la Asociación Mexicana de Bancos.

Y el otro -muy apoyado por el frente de Sí Por México-, con la Coparmex al frente y operando de la mano de Canacintra y el Consejo Nacional Agropecuario.

Lamentable que en los momentos en que el sector patronal tiene que cerrar filas frente a las serias negociaciones en distintos frentes con el gobierno de la Cuarta Transformación, venga la división.

Y peor aún que se trate de descalificaciones y aparentes traiciones que tienden más hacia la ruta de una confrontación, que a la de concluir en una solución concertada. El horno no está para bollos.

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