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7 de junio 2019

Tecnología

Huawei contraataca y las piezas se reacomodan

Los países que bloqueen a Huawei se verán en desventaja

Por Bernhard Buntru

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Durante la mayor parte del siglo 20, lo que dividía al mundo era la ideología política: como nación, o se formaba parte del “mundo libre”, es decir, el bloque capitalista; o se pertenecía a la esfera soviética, el bando socialista.

Pero ahora, en un mundo multipolar donde ya no solo existen Estados Unidos y la Unión Soviética como potencias hegemónicas, el Internet parece ser la nueva línea que defina quién es quién -o más bien, quién está con quién- en la geopolítica internacional.

Retrocedamos un par de décadas. Expertos afirman que Estados Unidos solía despreciar “los internets” de China y Rusia.

Los veían rezagados, incapaces de siquiera copiar las grandes innovaciones tecnológicas que producía Estados Unidos, incapaces de competir con Sillicon Valley por un mar de razones, entre ellas sus economías comparativamente débiles y -sobre todo- la interferencia y censura de sus gobiernos, históricamente autoritarios.

Pero el reciente éxito de la tecnología producida en China ha enterrado este sentimiento en Estados Unidos y ha provocado que se dibuje una nueva frontera definida por nada más y nada menos que el Internet, materializado en su infraestructura 5G.

Y es que China, junto con Rusia, acaban de anunciar que, en sociedad, seguirán adelante con la nueva generación de tecnología de Internet. Y esta vez es Estados Unidos quien corre el riesgo de quedarse atrás.

Al centro de esta disputa está la compañía china Huawei, el proveedor más grande de equipo de telecomunicaciones del mundo y líder indiscutible de tecnología 5G.

Por esa razón, el gobierno de Estados Unidos prohibió que Huawei participe en el desarrollo de las nueves redes 5G en Estados Unidos y los amenazó con cortarles el suministro de software y componentes electrónicos estadounidenses de los que Huawei todavía depende.

Pero no solo eso. Estados Unidos también presionó a sus aliados para que prohibieran o al menos restringieran el uso de equipo Huawei en sus redes 5G. Advierten que el gobierno chino podría aprovecharse de esta infraestructura para realizar actos de espionaje. Huawei ha rechazado estas acusaciones y niega que sus productos representen riesgos para la seguridad nacional de los países en los que opera.

Mientras que algunas ciudades en Estados Unidos ya anunciaron que firmaron contratos para obtener tecnología 5G, algunos analistas advierten que vetar a Huawei podría significar que la adopción de estas tecnologías en zonas rurales sea mucho más lenta, y podría a Estados Unidos en desventaja con China. Incluso en desventaja frente a Rusia, que no es normalmente visto como líder tecnológico.

Fuera de Estados Unidos, firmar o no con Huawei se está volviendo una prueba de fuego política, una prueba que amenaza con exacerbar la división del Internet global en diferentes zonas de influencia y, finalmente, provocar al fin del Internet verdaderamente libre e internacional que todos conocemos.

Aquellos que deciden no involucrarse con Huawei corren el riesgo de quedarse atrás mientras el mundo sigue adelante con la siguiente generación de tecnología de Internet y telecomunicaciones.

¿En qué bando quedará México? Todavía no lo sabemos, pero es muy probable que sea con Estados Unidos.

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