Harfuch y Trevilla regresan a Sinaloa

La violencia en Sinaloa no cesa. En 281 días de la guerra paramilitar entre facciones criminales del Cártel del Pacífico, el estado registra más de 1,500 homicidios y 1,576 personas privadas de la libertad (la mayoría permanecen desaparecidas), de acuerdo a un recuento del periódico local Noreste.

A pesar de la normalización de la violencia, la magnitud de la crisis ha obligado al gobierno federal a voltear nuevamente hacia Sinaloa. Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana, y Ricardo Trevilla, secretario de la Defensa Nacional, llegaron esta semana a la entidad junto a 1,600 elementos de seguridad para atender delitos de alto impacto. Ambos funcionarios realizaron un recorrido por las calles de Culiacán.

En redes sociales, García Harfuch expresó que la decisión se tomó “por instrucción de la presienta Claudia Sheinbaum”.

La intervención del gobierno federal es una respuesta parcial, tardía a los hechos de violencia cotidiana en Sinaloa. Diariamente, medios locales y pobladores reportan asesinatos, desapariciones y enfrentamientos armados a plena luz del día. Un ejemplo del horror: el 12 de junio fueron encontradas en Mazatlán tres fosas con doce osamentas. En otro contexto, el hallazgo sería un escándalo.

El arribo de nuevos elementos federales a Sinaloa sucede en un momento de transición para las fuerzas de seguridad a nivel local. Este mes, un enfrentamiento entre policías locales y policías estatales en Culiacán derivó en la renuncia del secretario de Seguridad municipal, Sergio Antonio Leyva.

Ayer, Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, se pronunció a favor de que un militar sea nombrado como nuevo director de la policía de Culiacán. En los hechos, toda la estructura de policía estatal y de la Secretaría de Seguridad Pública del estado han pasado al control del Ejército Mexicano.

El mapa criminal de las facciones criminales en Sinaloa se ha vuelto más complejo, inestable e impredecible. Plataformas de inteligencia basada en datos abiertos concluyen que una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación ha entrado al estado para apoyar al grupo de ‘Los Chapitos’, cuya estructura ha sido diezmada por esfuerzos del gobierno federal. Esto implica que se ha instalado en Sinaloa un nuevo grupo paramilitar con alto poder de fuego. La célula es dirigida por Audias Flores Silva, alias ‘El Jardinero’, un operador del CJNG curtido en enfrentamientos armados de Jalisco y Michoacán.