Guerra de encuestas

El proceso electoral de 2024 va a estar condicionado por la filtración de encuestas a modo. Los cuartos de guerra de los precandidatos presidenciales entienden que las encuestas son una herramienta poderosa para moldear la percepción de un proyecto político. La metodología y el rigor han pasado a segundo plano. Esto se ha vuelto patente en la dispersión de los estudios de opinión que promueven los diferentes candidatos.

El lunes, Samuel García publicó una encuesta de una firma poco conocida, Territorial, que lo coloca en segundo lugar de las preferencias electorales. De acuerdo a este sondeo, uno de cada cinco electores votaría por el precandidato presidencial de Movimiento Ciudadano. A pesar de la narrativa que rodea al proyecto del gobernador con licencia de Nuevo León, los resultados de la encuesta de Territorial están apartados de los números que arrojan otros estudios de opinión pública.

El mismo día que Territorial dio a conocer su encuesta, El Universal publicó un estudio de Buendía y Márquez en el que Samuel García registra apenas 8 por ciento de la preferencia electoral efectiva. Medido por partidos y coaliciones, Movimiento Ciudadano es aún menos competitivo que en el sondeo de candidatos.

Ante esta diferencia, ¿cuál es el estudio que mejor representa el estado de la opinión pública? Expertos argumentan que, por separado, los sondeos de la elección presidencial difícilmente arrojan resultados concluyentes. No obstante, un conglomerado de encuestas con tendencia similar puede ofrecer una perspectiva más clara de la fotografía electoral del momento.

Oraculus, una plataforma de análisis político y opinión pública, ha construido una herramienta que agrega los resultados de una decena de encuestas que cumplen requisitos mínimos de validez metodológica. La encuesta Buendía y Márquez está mejor alineada al conglomerado que el estudio de Territorial.

El ejemplo está en el desempeño del precandidato presidencial de Movimiento Ciudadano. Al 20 de noviembre, el promedio de preferencia electoral bruta de Samuel García era de 11 por ciento. Por definición, las encuestas publicadas por los precandidatos están sesgadas, pero los agregadores de encuestas ayudan a poner en contexto estos resultados.