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15 de enero 2019

Política

Grupo IDESA: Otro socio incómodo de Pemex

Grupo IDESA representa un fuerte conflicto de interés para Javier Jiménez Espriú. Esto no tiene nada que ver con el negocio de distribución de combustible, sino con la naturaleza misma de esta compañía: es un fiel reflejo de cómo operan los negocios de la élite político-empresarial mexicana

Por Rodrigo Carbajal

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La declaración patrimonial de Javier Jiménez Espriú exhibe un conflicto de interés del Secretario de Comunicaciones y Transportes: su esposa es dueña del 5.92 por ciento de Grupo IDESA, una contratista de Pemex que no sólo ha estado marcada por el escándalo, sino que exhibe de cuerpo entero la manera de hacer negocios de la élite político-empresarial mexicana.

En medio del desabasto de gasolina, surge una pregunta: ¿Quiénes son los principales beneficiarios de que se hayan cerrado los ductos que están conectados a la refinería de Salamanca?

En la opinión pública, la respuesta fue unánime: las empresas dedicadas al transporte de combustible; entre ellas Excellence Freights, una de las filiales de Grupo IDESA.

Sin embargo, la acusación fue desmentida por la empresa:

“Grupo IDESA informa que su filial, Excellence Freights de México S.A. de C.V., no ha participado en la entrega de gasolinas a las estaciones de servicio, con motivo del cambio en la estrategia de distribución de hidrocarburos, que el Gobierno Federal ha implementado recientemente.”

La realidad es que no existen elementos para determinar que el cierre de ductos haya beneficiado a Excellence Freights.

En primer lugar, porque ésta es una decisión temporal de Pemex.

En segundo lugar, porque la base de datos de la Comisión Reguladora de Energía muestra que Excellence Freight tiene menos del 0.3 por ciento de la capacidad total de los transportistas de combustible registrados en el país.

De hecho, ésta no es, ni siquiera, una de las ochenta compañías más grandes del sector.

Pero eso no quiere decir que Grupo IDESA es una compañía irrelevante. Ésta es una de las contratistas mexicanas de Pemex que estuvieron involucradas con Odebrecht.

Su relación con la constructora brasileña se remonta al sexenio de Felipe Calderón, cuando se aprobó el controversial proyecto Etileno XXI, un complejo petroquímico de 4,720 millones de dólares.

Grupo IDESA se convirtió en el socio mexicano de Braskem, la filial petroquímica de Odebrecht que obtuvo la adjudicación de este complejo.

El proyecto estuvo plagado de irregularidades. Según la Auditoría Superior de la Federación, Pemex perdió 2 mil millones de pesos en los primeros diez meses de operación de Etileno XXI.

El gobierno mexicano firmó un convenio con condiciones completamente desventajosas: Pemex se comprometió a venderle una cantidad fija de metano a Braskem-IDESA a precios inferiores a los del mercado.

Pemex, claramente, no tenía la capacidad para producir la cantidad de metano que exigía la filial de Odebrecht. Y en vez de rescindir el contrato, le compraba el insumo a los árabes para revenderlo más barato a Braskem-IDESA. Es decir, era un esquema fraudulento.

¿Y quién fue el Presidente del Consejo de Administración de Pemex que firmó ese negocio? Correcto, el entonces Secretario de Energía, José Antonio Meade.

Eso sucedió en abril del 2011. Seis meses después, Marcelo Odebrecht estaría presidiendo una reunión del consejo de administración de su empresa en Los Pinos.

Carlos Fadigas quién entonces era director de Braskem y ahora está bajo proceso en Brasil, se sentó a lado de Felipe Calderón, con quién se había reunido en enero de ese año en Suiza.

Fadigas fue el sucesor de Roberto Priso en Braskem, quién, de acuerdo a una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, cabildeó una reunión entre Calderón y el Presidente de Brasil, Lula Da Silva. Prisco también está bajo proceso por el caso Lavo Jato.

Por si fuera poco, el proyecto de Etileno XXI fue financiado con 280 millones de dólares de Nacional Financiera y 120 millones más de Bancomext.

Durante todo este proceso de negociación entre Odebrecht y el Estado mexicano, Javier Jiménez Espriú fue parte del Consejo de Administración de Grupo IDESA.

La participación de esta empresa en un complejo de la magnitud de Etileno XXI a no podría entenderse sin saber quiénes son los integrantes de la compañía, los miembros de la élite empresarial mexicana que tuvieron un acceso privilegiado a la toma de decisiones del gobierno de Felipe Calderón.

Lo que hoy es Grupo IDESA fue fundado por Pascual Gutiérrez Roldán, quién fue director de Pemex con Adolfo López Mateos.  Él era el padre de la esposa de Jiménez Espriú.

En palabras del CEO, Guillermo Gutiérrez Saldívar, Grupo IDESA es una “compañía formada por un grupo de amigos.”

Pero no cualquier grupo de amigos. El Consejo de Administración es un fiel reflejo de la élite político-empresarial mexicana.

Están Antonio Gómez García y José Kuri Harfush, miembros del Grupo Económico de Carlos Slim Helú.

Está Pablo Escudero Hinojosa, consuegro de Manlio Fabio Beltrones y padre de Pablo Escudero Morales, un ex Presidente del Senado asociado al Partido Verde.

Participa también Iván del Mazo Múzquiz, de la dinastía política de los Del Mazo; así como Germán Baz, nieto de un general revolucionario que fue gobernador del Estado de México.

Y está la familia Álvarez Muprhy, los dueños de Perforadora Central, otro de los grandes contratistas de Pemex.

Javier Jiménez Espriú renunció al Consejo de Administración de Grupo IDESA en abril del 2018. Sin embargo, su relación con esta empresa lo pone en entredicho: ¿Es un embajador de Andrés Manuel López Obrador frente a estos intereses especiales o viceversa?

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