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6 de diciembre 2024

11 de junio 2024

¡Que alguien me explique!

Golpe a golpe, beso a beso

La virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, sostuvo su primer encuentro en Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador

Por Ramón Alberto Garza

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La virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, sostuvo su primer encuentro en Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y aunque muy protocolario, como suelen ser esos encuentros, no dejó de ser un primer round de sombra entre quien ya se va -o mejor dicho no se quiere ir- y quien está por llegar, pero todavía le faltan 100 días para que le crucen la banda presidencial.

Nada sencillo debió ser esta comida de sopa de jitomate y pescado para la primera presidenta, conociendo cómo se las gasta su mentor político y actual inquilino de Palacio Nacional.

Sobre todo, cuando en su mañanera del viernes pasado, el presidente López Obrador salió a pedirle a la virtual presidenta electa posiciones de gobierno para él y para sus hijos, que ya serán agentes libres, siempre y cuando -dijo- aclaran que no son corruptos.

Está claro que el presidente saliente y la presidenta entrante están en un jaloneo sobre el Plan C que incluye 18 reformas constitucionales que López Obrador quiere dejar aprobadas ya con el nuevo Congreso y que serían su herencia final.

Claudia Sheinbaum pide que esas reformas se consensuen y el mandatario -quien dijo el viernes que los mercados financieros no están por encima de la justicia- dio un pasito para atrás y aceptó que se den auscultaciones. No está claro si le quiso ceder un golpe de bola a su sucesora o de plano están jugando al policía malo, él, y a la policía buena, ella. Lo veremos en septiembre.

Sea como fuere, los “despreciables” mercados financieros reaccionaron al encuentro. Y en los 27 minutos en los que Claudia Sheinbaum dio a conocer los detalles de la reunión, el dólar elevó su cotización de 18.22 a 18.53 pesos. Es decir, no le reaccionaron bien.

Algunos dicen que eso se debió a que no quedó muy claro si la llamada reforma judicial va a ser aprobada en “fast track” en septiembre, aunque la vistan como una consulta amplia. Y es que, modificar las reglas para elegir a los árbitros judiciales, intimida a los inversionistas y ahuyenta capitales.

Pero conociendo el pragmatismo de los mercados financieros internacionales, debió existir otra alerta que los intranquilizó. Y esa debió ser el anuncio de la virtual presidenta electa de que, en 2025, se van a elevar los apoyos del Bienestar, en un año en el que es obligado bajar el desbordado Gasto Público para reducir el Déficit Fiscal de 6 al 3 por ciento.

Entre esos anuncios está el de una reforma que eleve a rango constitucional un programa social para mujeres de entre 60 y 64 años para acompañar sus cuidados de la tercera edad. Este programa es adicional a la pensión universal que ya se otorga a los adultos mayores, hombres y mujeres incluidos.

Claudia Sheinbaum anunció también una reforma a la Ley del ISSSTE que le conceda un incremento en las pensiones de los maestros -¿premio a su trabajo en las urnas?- además de un programa social que eleve a rango constitucional la llamada Beca Universal.

Entre las reformas que se propondrán se incluye derogar la posibilidad de reelección en alcaldes, diputados locales, federales y senadores.

Finalmente, Sheinbaum dijo que su equipo de transición recibirá hoy martes a una comitiva de funcionarios del gobierno de Estados Unidos. Veremos el alcance del cruce de mensajes.

Pero lo que causó más expectación, es que la virtual presidenta electa se comprometió a revelar, la próxima semana, a los que integrarán su Gabinete, para que cada secretaria o dependencia vea con sus pares la transición.

Ahí sabremos de qué está hecha Claudia Sheinbaum. Si los elegirá en libertad, si le impusieron a algunos personajes clave o si buscará quedar bien con todas las tribus morenistas.

Conoceremos, entonces, si la que será nueva inquilina de Palacio Nacional le tomó la palabra a su mentor y le ofrece alguna posición formal -como él ya lo solicitó- o si llama a algún cargo clave a alguno de los hijos de López Obrador, cuya carta ya está liberada y que tiene la mira bien puesta en el 2030.

Por ahora, sólo nos queda ser testigos de una transición de poder que -parafraseando el poema Cantares, de Antonio Machado- se está dando “golpe a golpe, beso a beso”.

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