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13 de mayo 2019

Política

Fertinal: El Fraude

Fertinal: El Fraude

Un alto ex funcionario acusado de soborno. Un empresario beneficiado por el FOBAPROA que se recicló con el regreso del PRI a Los Pinos. Una compra que desfalcó a Pemex. Código Magenta presenta la primera de tres partes de uno de los grandes escándalos del sexenio anterior

Por Rodrigo Carbajal

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›››Fertinal Parte 2: Fabio Covarrubias, el hombre que defraudó a Pemex

›››Fertinal Parte 3: Sabían de la quiebra

›››Fertinal Parte 4: El soborno

“El gobierno de Enrique Peña Nieto fue el más corrupto en la historia reciente de México”. La frase se repite mil y una veces. Sin embargo, el ex Presidente ha probado ser invulnerable.

La portada de la revista Hola es la imagen más evidente de que se trata de un personaje intocable. Sus apariciones públicas contrastan con la ausencia de investigaciones oficiales que pongan bajo escrutinio a su círculo cercano.

Ni la Fiscalía General de la República ni la Unidad de Inteligencia Financiera de la administración de Andrés Manuel López Obrador han presentado casos legales lo suficientemente fuertes como para penetrar su aparente cerco de tranquilidad.

Sin embargo, eso podría cambiar.

Código Magenta presenta uno de los mayores fraudes documentados del sexenio de Enrique Peña Nieto, una operación que involucra al entorno directo del ex Presidente: un ex director de Pemex y a un empresario beneficiado por el FOBAPROA que se reinventó con el regreso del PRI a Los Pinos.

Se trata de la compra de Fertinal, la empresa que adquirió Pemex en diciembre del 2015 en una operación de 635 millones de dólares. Meses después de la adquisición, la Auditoría Superior de la Federación publicó un reporte en el que se asegura que la compañía estaba al borde de la quiebra.

A todas luces, esto fue un desfalco al Estado mexicano que fue avalado por el Consejo de Administración de Pemex. ¿Por qué nadie encendió la alarma o levantó la mínima sospecha de que se trató de una compra irregular? La respuesta se explica por la manera en que la élite política y empresarial han construido una relación de negocios que data, al menos, desde el proceso de privatización de empresas públicas durante la administración de Carlos Salinas de Gortari.

El fraude de Fertinal es la exhibición patente de esta relación. Fuentes de alto nivel dijeron a Código Magenta que el socio mayoritario de esta compañía, el empresario Fabio Covarrubias, relató haber hecho llegar un soborno al entonces Presidente, Enrique Peña Nieto o algún miembro cercano de su equipo.

Este medio no pudo verificar esa afirmación. Sin embargo, esta investigación comprueba que la voluntad política de la administración de Peña Nieto se alineó para ejecutar una simulación abierta de mala fe, financiada con el dinero de los contribuyentes, en beneficio de una empresa quebrada.

El gobierno mantuvo el caso en extrema secrecía. Pemex reservó el contrato de compra-venta de Fertinal, así como los resultados de una auditoría que realizó la firma PwC antes de la adquisición, la cual revela la condición de insolvencia financiera en la que se encontraba Fertinal antes de la compra. También se ocultó la lista de los accionistas de la empresa vendida; es decir, los beneficiarios del fraude.

Código Magenta tuvo acceso a todos estos documentos y la conclusión es la siguiente: Pemex utilizó una filial privada, PMX Fertilizantes Pacífico S.A. de C.V., para comprar Fertinal con dinero público en una operación financiada por los bancos de desarrollo del Estado mexicano, Nacional Financiera y Bancomext, para beneficiar a Fabio Covarrubias Piffer, el accionista mayoritario de la compañía adquirida.

Se pagaron 635 millones de dólares por una empresa que, según sus propios estados financieros, tenía 12 mil dólares de efectivo en cajas, un capital social que no pasaba de los 185 millones de dólares y una deuda bancaria de 264 millones de dólares.

En pocas palabras, Pemex compró una compañía cuyo valor contable al momento de la adquisición era negativo.

Y eso no es todo. En septiembre del 2015, meses antes de la compra y antes de que PwC terminara su proceso de due dilligence para verificar si Pemex estaba comprando un negocio que realmente valía 635 millones de dólares, el Consejo de Administración de Fertinal aprobó el reparto de un dividendo de 51 millones de dólares. Éste es el hilo conductor que desvela la complicidad de origen entre esta compañía y el Pemex de Emilio Lozoya Austin.

Bienvenidos al escándalo del sexenio (anterior).

El fraude: sabían de la quiebra

Como director, Emilio Lozoya tenía que saberlo. Pemex estaba comprando una empresa quebrada. Así lo determinaron tres auditorías independientes: la de PwC, que se hizo antes de la compra; y las de la firma BDO y la Auditoría Superior de la Federación, realizadas después de la adquisición.

La conclusión fue la misma: se utilizó dinero público para salvar a los accionistas de una empresa en bancarrota técnica. BDO calcula que el quebranto para Pemex fue de alrededor de 4 mil millones de pesos. “Se consolidó la adquisición de Fertinal recibiéndose en una situación de crisis de liquidez, con un capital de trabajo negativo y riesgo inminente de quiebra”, puede leerse en el reporte de la auditoría privada comisionada por Pemex Fertilizantes en el 2016.

En el reporte de due dilligence de PwC, que Pemex ordenó reservar, se argumenta que existen serias diferencias de opinión con Fertinal respecto a la valuación de la compañía. No obstante, la situación era peor a lo que exhibió esta auditoría. BDO refiere que lo poco rescatable de la empresa, los 185 millones de dólares de capital social, en realidad correspondían a un crédito mercantil que tuvo que ser cancelado. Es decir, no había nada que salvar. La compra de esta compañía fue una inversión de Pemex a fondo perdido.

De acuerdo a un reporte de la Auditoría Superior de la Federación, menos de siete meses después de que se pagaron 635 millones de dólares por la adquisición de Fertinal, Pemex “se vio en la necesidad de aplicar un rescate por 120 millones de dólares”, ejecutado a partir de un crédito simple de PMI, la filial privada de la petrolera paraestatal.

Éste fue, de facto, el segundo rescate de Fertinal, que ya había sido salvado por el IPAB en la década de los noventas. En ambas ocasiones, Fabio Covarrubias era el accionista mayoritario de la empresa.

El dictamen de la Auditoría Superior no deja lugar a dudas sobre la gravedad de la situación financiera en la que se acordó la compra de Fertinal: “Existe incertidumbre material de que la empresa pueda continuar en funcionamiento, debido a las pérdidas brutas y de operación de los últimos tres años”.

Con esta transacción, el gobierno mexicano socializó las pérdidas privadas de una empresa que arrastraba malos manejos desde hace más de dos décadas. La consecuencia de última instancia fue el rescate de una compañía quebrada en la que Fabio Covarrubias Piffer figuraba como el principal accionista. Huelga decir que no actuó solo. De acuerdo a fuentes familiares al asunto, la venta de Fertinal se pactó al más alto nivel del sistema político mexicano.

Las huellas de Emilio Lozoya

La adquisición de Fertinal fue un objetivo prioritario del gobierno de Enrique Peña Nieto desde el inicio del sexenio. La operación se concretó como parte del compromiso 59 del Pacto por México, que establecía que Pemex recobraría el control de la producción nacional de fertilizantes.

Se podría argumentar que fue un fraude pactado de origen.

Para ello, el Consejo de Administración de Pemex creó la subsidiaria Pemex Fertilizantes en agosto de 2015, dos meses después de que se firmó el memorándum de entendimiento para acordar la compra de Fertinal. Esta filial fue creada ex profeso para esta adquisición y para la compra de Agro Nitrogenados, una empresa propiedad de Altos Hornos de México por la que Pemex pagó 275 millones de dólares.

Al igual que en el caso de Fertinal, la Auditoría Superior de la Federación concluyó que Pemex adquirió Agro Nitrogenados en un estado chatarra. La venta fue operada por Emilio Lozoya.

La prensa mexicana ha documentado ampliamente la relación del ex director de Pemex con los dueños de Altos Hornos de México, las familias Ancira y Autrey. Durante la gestión de Lozoya, se registraron 54 vuelos del helicóptero oficial de la torre de Pemex a la de Grupo Acerero del Norte.

Lozoya es el común denominador de esta historia, el nexo entre el poder político y el poder económico.

El ex director de Pemex nombró a uno de sus incondicionales para dirigir Pemex Fertilizantes: Edgar Torres Garrido. Fue él quien, junto con Carlos Roa Rodríguez, el coordinador de asesores de la dirección general de Pemex , realizó el trabajo operativo para consolidar la compra de Fertinal.

Para ejecutar la adquisición, Pemex Fertilizantes creó PMX Fertilizantes Pacífico S.A de C.V., una filial que no es parte del sector público y que, por ende, no rinde cuentas a los organismos fiscalizadores del gobierno mexicano. Esta empresa fue dada de alta el 11 de diciembre del 2015, apenas cuatro días antes de la firma del contrato con Fertinal. Para entonces, la operación ya tenía el visto bueno del Consejo de Administración de Pemex y la concentración había sido aprobada por la Comisión Federal de Competencia Económica.

El 16 de diciembre del 2015, el trato se cerró con la firma de Edgar Torres Garrido como apoderado legal de PMX Fertilizantes Pacífico.

La influencia de Emilio Lozoya en este negocio es innegable. Actualmente, Torres Garrido es Chief Investment Officer en Makech Capital, la firma boutique que administra los intereses privados de la familia Lozoya.

Emilio Lozoya es un político conectado: es hijo de un secretario de Estado del sexenio de Carlos Salinas, Young Global Leader del Foro Económico Mundial, cuenta con un posgrado de la Escuela de Gobierno de Harvard y, de acuerdo a un abogado de Odebrecht entrevistado por el diario El País, era visto como un posible sucesor de Enrique Peña Nieto. “Odebrecht creía que el presidente de México iba a ser el ex director general de la petrolera estatal Petróleos Mexicanos”, aseguró Rodrigo Tacla, quien trabajó en el famoso departamento de Operaciones Estructuradas de la constructora brasileña.

Sí, Lozoya era influyente, pero no lo suficiente como para alinear todos los intereses que derivaron en que la operación de compra de Fertinal se haya llevado a cabo sin ningún impedimento, según nos dicen fuentes familiares al asunto. Después de todo, éste fue un fraude de 635 millones de dólares que cruzó por los ojos de secretarios de Estado, altos funcionarios del gabinete económico, comisionados de organismos autónomos y consejeros independientes de Pemex.

Además, Emilio Lozoya sigue siendo uno de los pocos funcionarios de alto rango de la administración anterior en ser señalados por delitos graves de corrupción. El ex director de Odebrecht en México, Luis Alberto Meneses Weyll lo acusó frente a la fiscalía brasileña de haber recibido sobornos que habrían sido destinados en última instancia a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto.

¿Hasta dónde llegaron las complicidades?

La lista secreta de accionistas

Al final, ¿quiénes fueron los beneficiarios del fraude de Fertinal? Esencialmente, Fabio Covarrubias, su familia, sus operadores y dos empresas fantasma.

Pemex intentó ocultar estas identidades, poniendo bajo reserva la información. No obstante, Código Magenta tuvo acceso a una carta de Luis Octavio Ramírez, el delegado fiduciario del Fideicomiso 470 de Banco Azteca, en la que informa de la posición accionaria de los fideicomisarios, es decir, la lista de accionistas de Fertinal.

Aparecen Fabio Massimo Covarrubias Piffer, Inmobiliaria Corporativa Las Cañadas S.A. de C.V., Carlos Guillermo Covarrubias Ibarra, Giancarlo Fustini Ventilari, Pablo Ignacio Duhart Aranzubia, Ángel Ricardo Carmona Garduño, Ignacio Sierra Noriega, Anna Chiara Piffer Becciani de Covarrubias, Westside Capital Markets LLP, NPK Holding AB y Base Rock BVBA.

La carta está fechada el 14 de diciembre del 2015, dos días antes de que se firmó el contrato con Fertinal. El mensaje fue enviado en atención a una solicitud de información de Francisco José Flores Meléndez, quien aparece en la lista de asistencia de la asamblea general de accionistas de Grupo Fertinal del 25 de septiembre (fecha de aprobación del dividendo) como representante de NPK Holding AB.

Otro nombre clave es el de Pablo Ignacio Duhart. Se trata del mismo director de finanzas que ha tenido Fertinal desde que fue privatizada. Dos décadas después, los intereses que se beneficiaron de la ola de privatización de la administración de Carlos Salinas de Gortari, se reciclaron con el regreso del PRI a Los Pinos.

Odebrecht, Fertinal y la magnitud del escándalo

Código Magenta presenta el primer caso en el que se refiere un soborno que, se presume, tuvo como destinatario al Presidente Enrique Peña Nieto o a un miembro cercano de su equipo.

Para México, la historia detrás de esta coima es equiparable al caso Odebrecht. En cinco años, la constructora brasileña pagó sobornos en doce países por 788 millones de dólares. De acuerdo al Departamento de Justicia de Estados Unidos, ése fue el mayor caso de corrupción extranjera en la historia.

No obstante, para los parámetros del sistema político mexicano, el escándalo encuentra equivalencias. En un solo país, en un solo año y en una sola operación, se concretó un fraude de 635 millones de dólares. Se desvió dinero público a favor de intereses privados a través de la compra de Fertinal, una empresa que, estando en quiebra, fue adquirida por Pemex en diciembre del 2015.

Estamos hablando de una compañía que en el 2010 estaba valuada en mil millones de dólares. Sus socios quebraron la empresa, pagaron un soborno y recibieron un rescate con dinero de los contribuyentes.

Ésta es la historia de cómo se gestó el mayor fraude documentado del sexenio de Enrique Peña Nieto.

Pero quedan dos preguntas al aire: ¿Quién es Fabio Covarrubias y cómo se operó un negocio que contó con la voluntad política de todos los altos niveles de la administración de Enrique Peña Nieto? Estas preguntas serán respondidas en las siguientes entregas.

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