13 de noviembre 2024
¡Que alguien me explique!
EU: la trilogía de mano dura
AMLO debe estar en Palenque preparando maletas. La Chingada, su finca de retiro, estará demasiado cerca cuando se den las primeras confrontaciones entre el nuevo gobierno de Donald Trump y el gobierno mexicano de la 4T
Por Ramón Alberto Garza
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Andrés Manuel López Obrador debe estar en Palenque preparando maletas. La Chingada, su finca de retiro, estará demasiado cerca cuando se den las primeras confrontaciones entre el nuevo gobierno de Donald Trump y el gobierno mexicano de la Cuarta Transformación.
Ese mismo nerviosismo debe quitarle hoy el sueño a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien a pesar de tener en su gabinete a la experimentada dupla Marcelo Ebrard-Juan Ramón de la Fuente, vivirá en el 2025 un sacudimiento político sin precedentes con epicentro en Washington D.C.
Y no es para menos. Tres designaciones clave en el gabinete del nuevo gobierno republicano que arranca el próximo 21 de enero, dejan en claro que la mano dura sobre México viene. Y no hay quién la frene.
Los tres principales temas de la campaña de Trump a la Presidencia están íntimamente ligados a México. Migración, seguridad -cárteles y drogas-, y renegociación del tratado comercial.
No es casualidad que, en menos de 48 horas, el que será el nuevo inquilino de la Casa Blanca haya designado a tres personajes clave, de mano no dura, sino muy dura, para hacerle frente y de inmediato a lo que prometió en campaña. Trump quiere resultados “para ayer”.
La primera designación fue la de Tom Homan, quien será el zar de la frontera, el responsable de frenar, a cualquier precio, la entrada de ilegales y de mercancías ilegales a territorio norteamericano. No es novato en el tema. Ya en el anterior gobierno de Trump fue quien, como implacable jefe de Aduanas y Migración, implementó la política del muro fronterizo y el severo plan de freno a la migración, que culminó con las deportaciones masivas y la exigencia para que el gobierno del entonces presidente López Obrador enviara miles de soldados a frenar a los migrantes que venían de Centro y Sudamérica en la frontera con el Suchiate. Nos doblaron.
Homan tiene su estrategia muy clara. Para el nuevo zar político de la frontera, los narcotraficantes son “animales” que se aprovechan de los migrantes y no descansará hasta que se les imponga el sello de “Organizaciones Terroristas”. Eso permitiría a las milicias norteamericanas entrar a combatirlos de frente en territorio mexicano. Igual como en su tiempo lo hicieron con ISIS, la falange terrorista de Osama Bin Laden. Que nadie se dé por sorprendido de lo que sucederá en los próximos 24 meses en la frontera entre México y Estados Unidos.
La segunda designación es la del congresista Mike Waltz, de Florida, quien será el asesor de Trump en materia de Seguridad Nacional. Es otro influyente republicano que también tiene en su agenda enfrentar, sin piedad, a los cárteles mexicanos y por su rol en el tráfico de fentanilo apuntalar el calificativo de “organizaciones terroristas”. Eso no significa otra cosa que se abre la temporada de caza de los capos del crimen organizado. Ya vamos entendiendo las entregas de Joaquín “El Chapo” Guzmán y de Ismael “El Mayo” Zambada, además de los hijos de El Chapo. Ya están más seguros allá en Nueva York, aportando información, que en México esperando a ser aprehendidos o liquidados.
Y el último elemento de esta trilogía de poder es nada menos que Marco Rubio, el congresista también de Florida, hombre de raíces cubanas, muy cercano a Trump y a quien se le asignará la poderosa Secretaría de Estado. Rubio es de los pocos hombres de la política norteamericana que viene hablando abiertamente de las complicidades del ex presidente López Obrador, no sólo con Cuba, Venezuela y Nicaragua, sino con el crimen organizado. Y tiene años exigiendo que se actúe en consecuencia, no sólo contra el patriarca de la Cuarta Transformación, sino contra todos aquellos que desde la Defensa, la Marina, la Guardia Nacional y otras instancias de seguridad mexicanas respaldaron la protección y la expansión sexenal del Cártel de Sinaloa.
La ruta crítica incluiría, de ser necesario, copiar el proceso que ya se dio contra el ex presidente de Honduras, su familia y la mitad de su gabinete, quienes fueron involucrados por testimonios de los capos hondureños, y que le permitió a la justicia norteamericana decretarles 35 años de prisión en Estados Unidos.
Esta trilogía de poder que involucra a tres de las cuatro prioridades del gobierno trumpista, tendrá la consigna de dar resultados de inmediato. Y que la presidenta Claudia Sheinbaum no se confíe en que, después de su primera llamada con el presidente electo Donald Trump, las relaciones están muy bien. Nada de eso.
De acuerdo a las estrategias que ya se trazan en las tres dependencias que entrarán en acción tan inmediato como el 21 de enero próximo, podemos esperar tres frentes claros, a saber.
Uno, el endurecimiento de las medidas para frenar abruptamente la migración hacia Estados Unidos, acompañada de una deportación masiva que sacuda y disuada a quienes tienen la ilusión de cruzar el Río Bravo. Que se deje en claro que los días de la “pasada fácil” son historia.
Dos, la puesta en marcha de una estrategia de vigilancia para cerrar el paso a migración y drogas en las aguas territoriales del Golfo de México, el Atlántico y el Pacífico. El plan ya está en diseño para su inmediata implementación en la Marina norteamericana y estará focalizado en decomisar los cientos de toneladas de precursores químicos que se importan de China para la fabricación del fentanilo. Y, de paso, detectar el contrabando de mercancías chinas que utilizarán a México como trampolín para ser introducidas en Estados Unidos.
Tres, la promoción para que desde el nuevo Departamento de Estado y con el respaldo del Congreso norteamericano se declare oficialmente a los cárteles y a sus jefes como “organizaciones terroristas”, lo que entregará a las Fuerzas Armadas norteamericanas un pasaporte para ingresar en territorio mexicano a combatirlas con acciones militares específicas y de alto impacto. En esta estrategia se incluye el manejo del llamado “huachicol fiscal” -el contrabando de combustibles de Estados Unidos a México- y que fue la palanca económica que financió decenas de campañas electorales que empoderaron a Morena a nivel nacional. El que conoce de esa información despacha ya en la Secretaría de Educación y está bajo investigación.
Por eso decimos que, cuidado con la trilogía de la mano dura. Porque si la presidenta Claudia Sheinbaum se confía y piensa que los buenos oficios serán suficientes para calmar la ira de las élites norteamericanas, está equivocada.
Solía decir Ho Chi Minh que si aspiras a lo mejor estás obligado a prepararte para lo peor. Si la nueva inquilina de Palacio Nacional aplica esta máxima a su relación con el que será el nuevo inquilino de la Casa Blanca, puede tener un final feliz. Pero si sobreestima su capacidad negociadora, que es escasa frente a los temas de energía y alimentos, entraremos en una pesadilla de la que ni Freddy Krueger nos salvará.
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