Estados Unidos eleva presión contra objetivos en México

De acuerdo a Christopher Landau, vicecanciller de Estados Unidos, la cooperación en materia de seguridad nacional entre México y Estados Unidos será “mayor que nunca”.

El segundo funcionario de mayor rango en el Departamento de Estado se reunió la semana pasada con la presidenta Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional. El encuentro fue parte de los preparativos de la eventual gira que realizará por México Marco Rubio, el secretario de Estado que ha puesto a América Latina al centro de las prioridades de la política exterior norteamericana.

Landau argumenta que la cooperación alcanzará niveles sin precedentes dado que, a ninguno de los dos países -Estados Unidos y México-, les conviene que los cárteles fortalezcan su presencia en el territorio ni sus operaciones criminales.

La relación bilateral ha estado marcada por un doble discurso de Washington.

Por un lado, la Subsecretaría de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado negó un reporte de Reuters sobre las exigencias de Estados Unidos a México. La agencia británica citó fuentes de alto nivel para asegurar que Marco Rubio habría solicitado al gobierno mexicano la extradición de políticos vinculados al crimen organizado.

La versión de que estos temas no se han tratado con autoridades del gobierno de México contrasta con la política de cancelación de visas del Departamento de Estado. Washington canceló el acceso a dos alcaldes fronterizos de Morena y a la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila. El semanario mexicano Zeta asegura que Ávila y su esposo, Carlos Torres, enfrentan una investigación por delincuencia organizada.

Además, un agente de Homeland Security Investigations envió una captura de pantalla al medio Pie de Nota que validaría que el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, habría sido designado como “sospechoso por terrorismo”, una etiqueta que estaría vinculada a la designación de los cárteles como organizaciones terroristas. El gobierno de Sonora ha refutado esta información como un reporte falso y el propio Durazo pidió “no morder todos los anzuelos”.

Independientemente de la validez de la publicación de Pie de Nota, los hechos recientes sugieren que Washington ha elevado el nivel de escrutinio sobre los potenciales vínculos de la clase política mexicana con los cárteles. Cuando la Casa Blanca anunció la imposición de tarifas contra México bajo un argumento de seguridad nacional, emitió un comunicado en el que describió la existencia de “una alianza intolerable” entre el gobierno mexicano y el crimen organizado.

La presión habría derivado en una mayor disposición de la administración de Claudia Sheinbaum a favor de ampliar la cooperación en materia de seguridad con el gobierno norteamericano. “En la situación de seguridad, ambos países tenemos los mimos retos que nos enfrentan con los cárteles del narcotráfico”, dijo Landau esta semana en videoconferencia.

Sobre el encuentro con Sheinbaum, el ex embajador de Estados Unidos en México agregó: “El combate al crimen organizado es importante para ambos países, eso realmente fue el enfoque de nuestra plática”.