Empresarios sí, maestros no

Cuando apareció la controvertida la ley anticorrupción, mejor conocida como 3de3, en la que obligaba a empresarios a presentar declaraciones de bienes, fiscales y de intereses, como cualquier funcionario público, el presidente Enrique Peña Nieto escuchó.

Y el justo reclamo del sector privado fue recogido en un veto que no echó abajo la ley, sino que la regresó para que fueran los mismos legisladores los que parcharan tan evidente pifia.

El que un gobierno tenga reversa para corregir lo que no es correcto es un signo de madurez. Nadie pierde dialogando y mucho menos rectificando.

Por eso es extraño que lo mismo no suceda con la también controvertida Reforma Educativa, que va elevando la presión de los maestros –especialmente los de la CNTE– que reclaman lo que les parece injusto.