El primer concierto de “Los 5 Tenores”

Genaro García Luna debutó ayer como el primer solista dentro del concierto de “Los Cinco Tenores”.

Esos tenores son Joaquín “El Chapo” Guzmán, sus hijos Ovidio y Joaquín Guzmán López, Ismael “El Mayo” Zambada y el propio Genaro García Luna.

Desde hace meses venimos advirtiendo aquí que ese sería un concierto de revelaciones, de incriminaciones donde se exhibirán los pactos más oscuros de los grandes capos del narcotráfico con los gobiernos de México. Los del PRI y los del PAN, por supuesto, pero muy en particular con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

García Luna hizo ayer su debut como solista. Y lanzó una carta escrita de su puño y letra en la que la nota alta la dio la implicación de que el actual presidente de México y algunos de sus operadores tienen vínculos con el narcotráfico.

Textualmente, García Luna escribe en su carta: “Es del conocimiento público y está en los registros oficiales de México y Estados Unidos, los contactos, videos, audios, fotografías, registro de comunicación y gestión entre el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y sus operadores con los líderes del narcotráfico y sus familias, en particular con los narcotraficantes que fueron utilizados como testigos en mi contra durante el juicio, quienes inclusive durante el juicio imputaron al presidente López Obrador y a sus operadores de estar vinculados con ellos y el narcotráfico”… “Estos hechos son corroborados con la reciente captura del narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada, la carta emitida por él donde señala los vínculos del actual gobierno con él y el narcotráfico”. ¿Mensaje para que López Obrador acabe de entender que Estados Unidos tiene abundantes pruebas que lo incriminan?

La carta de García Luna, que inaugura la temporada de conciertos de “Los Cinco Tenores”, se da exactamente a 13 días de que el presidente López Obrador deje -formalmente- la Presidencia. Y pavimenta el camino para iniciar el séptimo año que será de pesadilla.

Esta carta de García Luna es apenas una probadita de lo que serán las sacudidoras revelaciones de quienes ya están en Estados Unidos bajo el manto de testigos protegidos, para cantar por nota. Y entre más alta esa nota, mayor será la recompensa en aplausos para “El Chapo” y sus dos hijos, al igual que para “El Mayo” Zambada.

El texto de García Luna es contradictorio porque, por un lado, denuncia el acoso de las autoridades norteamericanas para que denuncie los nexos de políticos e instituciones con el crimen organizado, cosa que advierte que no lo hará. Pero, al mismo tiempo, acaba incriminando al presidente López Obrador, no con información nueva, sino utilizando lo dicho en su carta por “El Mayo” Zambada.

De la red protectora que García Luna tejió en torno al Cártel de Sinaloa durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón no dice nada. Claro, él era el responsable de la seguridad nacional y el baño de sangre que se inauguró entonces -y del que todavía no salimos- que sólo tenía un propósito: despejarle el camino a “El Chapo” y a sus aliados para ser quienes controlaran el narcotráfico, por encima de los cárteles del Golfo, de Los Zetas y de Juárez.

García Luna nada dice en su carta que fue el artífice de la desaparición del clan de los Beltrán Leyva cuando desafiaron a “El Chapo” y buscaron su independencia de Sinaloa. Ningún honor puede invocar aquel que tapizó de dólares el cuerpo acribillado de Arturo “El Barbas” Beltrán Leyva, a quien el entonces secretario de Seguridad calderonista alguna vez protegió en sus dominios del estado de Morelos. Y lo mismo sucedió con Ignacio “Nacho” Coronel y con Édgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”. “El Chapo” los etiquetó como traidores, como amenazante competencia, y García Luna se los quitó de en medio.

Pero lo que se deja ver tras la carta de puño y letra del controvertido jefe policiaco es que, antes de cantar en un juzgado, a los capos mexicanos ya les entró la inspiración para componer letras. Primero fue la carta de “El Mayo” y ahora la de García Luna. Vendrán muchas otras más. Los juicios apenas empiezan, algunos con precisión milimétrica, a unos días de que López Obrador ya no esté en Palacio Nacional. Y por supuesto que Estados Unidos tiene una agenda: dejar en claro quiénes son los padrinos políticos de la delincuencia organizada que hoy controla a nuestro país.

Por lo pronto debemos de deducir que García Luna vivía en la pobreza. Su dicho de que la casa en la que lo capturaron en Irving, Texas, era rentada, es una ofensa a la inteligencia de los mexicanos. ¿Y sus propiedades en Miami? ¿Y sus escandalosos negocios de compra de tecnologías de seguridad con los Weinberg y con los Slim?

Lo dicho. Este espectáculo de “Los Cinco Tenores” apenas empieza. Y como en todo concierto, hay un “telonero”, el que calienta el ambiente antes de que salgan los cantantes estelares. Con la carta difundida ayer martes, García Luna ya se exhibió como el “telonero” de esta saga criminal y de corrupción. A ver qué dice hoy el dueño de la Mañanera. ¿Él también dará su concierto?