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21 de noviembre 2024

22 de abril 2024

¡Que alguien me explique!

El miedo a Manlio

El temor a Manlio Fabio Beltrones no es un espejismo. Le tienen miedo porque no lo podrían ni controlar, ni intimidar. Como a Samuel García, como a Dante Delgado

Por Ramón Alberto Garza

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Una de las obsesiones dentro de esta campaña electoral para renovar el Congreso es el nombre de Manlio Fabio Beltrones.

En su más reciente entrevista a Latinus, Luis Donaldo Colosio Riojas le dijo a Carlos Loret que Beltrones no fue tan amigo como dice de su padre, el malogrado candidato presidencial priista y también sonorense Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Sorprendió el tono de Colosio Riojas porque históricamente mantenía, si no una cercanía, sí una sana neutralidad hacia quien fue el primer político que se acercó a su madre, Diana Laura Riojas, para darle el pésame. “Así no era, Manlio. Así no era”, le habría dicho en el hospital, en aquel fatídico día de la tragedia, la viuda del candidato presidencial priista.

Pero la crítica de Colosio Riojas no es la primera de un candidato de Movimiento Ciudadano hacia el priista Manlio Fabio Beltrones. A inicios de febrero y cuando asistía a un partido de futbol con su compadre Samuel García, el ya candidato presidencial Jorge Álvarez Máynez y el gobernador de Nuevo León se burlaron del Instituto Nacional Electoral, retándolo a imponerle otra multa por tramposo al mandatario Fosfo Fosfo.

Bajo el evidente influjo del alcohol y en medio de la borrachera de poder que viven, el candidato presidencial del partido que quizás todavía presida Dante Delgado hizo mofa del sonorense Beltrones.

Máynez lanzó ese ataque en presencia de Ernesto “El Pato” de Lucas, el candidato de Movimiento Ciudadano a senador por Sonora, y rival de Beltrones.

Curiosos los ataques emecistas hacia el priista sonorense, pues su líder, Dante Delgado, operó en 1988 mano a mano con Beltrones, cuando ambos fueron pieza clave en la Secretaría de Gobernación, cuyo titular era Fernando Gutiérrez Barrios. Era el sexenio de Carlos Salinas.

Beltrones, ex diputado, ex senador, ex gobernador de Sonora y ex presidente nacional del PRI, no tardó en responderle a Jorge Álvarez Máynez. Y en su cuenta de X, el priista sonorense posteó: “No se puede gobernar o hacer política desde una borrachera de poder o alcohol. Siempre ha dado malos resultados. Eso lo sabe Dante Delgado. Espero no estén usando drogas más duras y descuiden a sus familias”.

Los episodios críticos de Colosio Riojas y de Álvarez Máynez, si acaso son espontáneos, están envueltos en un tufo de perversa casualidad. Cuestión de recordar que es el presidente Andrés Manuel López Obrador quien de origen busca la descalificación política de Manlio Fabio Beltrones.

El motivo es sencillo. El inquilino de Palacio Nacional no quiere a Beltrones en el Senado. Sabe que, de ganar, el priista sonorense sería el líder de la Cámara Alta, donde ya tiene un gran oficio.

Cuestión de recordar que, desde esa misma posición como líder de la bancada tricolor, Beltrones se instaló en el sexenio del panista Felipe Calderón como el vicepresidente de facto, el hombre del cogobierno que sacó adelante muchas de las reformas calderonistas.

Y si Morena no gana el control del Senado, Beltrones podría ser un dolor de cabeza permanente para el partido en el poder y para Claudia Sheinbaum si logran sentarse en la silla presidencial.

Desde ese temor se puede explicar la urgencia presidencial de desempolvar el caso del asesinato de Luis Donaldo Colosio. El inquilino de Palacio Nacional buscaría que Mario Aburto -el asesino confeso- declare, no sólo que sí existió un segundo tirador, sino que ese personaje -de nombre Jorge Antonio Sánchez Ortega- habría acabado como protegido del entonces gobernador Beltrones.

La intención final de la embestida al priista sonorense es lesionar sus apoyos en el estado de Sonora- que algún día ya gobernó y que ahora está en manos del morenista Alfonso Durazo- e impedir con ello que Beltrones se instale en el Senado. El temor a Beltrones no es un espejismo. Le tienen miedo porque no lo podrían ni controlar, ni intimidar. Como a Samuel García, como a Dante Delgado.

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