El huracán Otis exhibió la pobre respuesta del gobierno mexicano

La devastación provocada por el huracán Otis, Categoría 5, ha puesto de relieve la falta de capacidad del Estado mexicano para responder a un desastre natural de esta magnitud.

El huracán tocó tierra en la costa de Guerrero la madrugada del 25 de octubre, con vientos de 265 kilómetros por hora. Acapulco amaneció incomunicado: sin luz, Internet, red telefónica ni vías de acceso terrestre. Los deslaves en la Autopista del Sol y en la Carretera Federal Chilpancingo-Acapulco aislaron al puerto.

El presidente Andrés Manuel López Obrador admitió en la conferencia mañanera que no tenían información completa de los daños humanos y materiales. En las primeras horas del día, el gobierno de Guerrero, que preside Evelyn Salgado, tampoco reportó datos sobre el impacto del huracán.

Esta mañana, el gobierno federal activó el Plan DN-III. La Secretaría de la Defensa Nacional ha desplegado 6,750 elementos en Guerrero. La Secretaría de Marina también ha enviado a 1,760 oficiales de asistencia.

La pobre respuesta del gobierno ha revivido el debate sobre la desaparición del Fonden. En el 2020, Morena aprobó la extinción de 109 fideicomisos del gobierno federal, entre ellos el fondo destinado a financiar la reacción y reconstrucción a desastres naturales.

La administración de Andrés Manuel López Obrador creó una partida paralela de 17 mil millones de pesos para sustituir al Fonden. Sin embargo, estos recursos no están sujetos a las reglas del fideicomiso y pueden ser utilizados discrecionalmente por el gobierno federal. Esto también implica que los remanentes de la partida no se son reinvertidos.

De acuerdo a una solicitud de transparencia que la Secretaría de Hacienda respondió al analista Juan Ortiz, el 40 por ciento de los recursos del Fonden se destinaron al financiamiento de la construcción del Tren Maya.