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El Golpe

Existen informes de inteligencia, nacionales y extranjeros, que advierten un quiebre dentro de las filas castrenses mexicanas. Hay un bando leal y otro golpista.

Por Ramón Alberto Garza

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“Esta invocación recuerda a los golpistas
que derrocaron a la República
al grito franquista de ¡Viva España!”
Porfirio Muñoz Ledo

El presidente Andrés Manuel López Obrador sorprendió cuando lanzó un tuit en el que advirtió explícitamente la posibilidad de un golpe de Estado para derrocarlo.

En su tuit el mandatario recordó el golpe de 1911, en el que un general, Victoriano Huerta, derrocó y asesinó al presidente Francisco I. Madero y a su vicepresidente José María Pino Suárez.

Gustavo Madero, el hermano de don Francisco, siempre le advirtió que el general Huerta lo traicionaría y lo asesinaría. El presidente no escuchaba.

La reacción de la oposición y de los malquerientes del Cuarta Transformación no se hizo esperar. Denunciaron que el presidente López Obrador veía fantasmas donde no los hay, advirtiendo que no existen en México las condiciones para ese golpe.

Si queremos entender los temores presidenciales, hay que leer sus tuits entre líneas y analizarlos en el contexto de lo que sucedió en los últimos días, en especial con el Ejército Mexicano.

Existen informes de inteligencia, nacionales y extranjeros, que advierten un quiebre dentro de las filas castrenses mexicanas. Hay un bando leal y otro golpista.

Se trata de un grupo de generales que están altamente inconformes con el trato que los militares están recibiendo del gobierno de la Cuarta Transformación.

Esos generales –en su mayoría jefes militares de los sexenios de Fox, Calderón y Peña Nieto- le está exigiendo al secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, que confronte al presidente López Obrador. Pero el general Secretario mantiene su lealtad.

Por eso le sembraron al general Carlos Gaytán Ochoa, alto mando castrense en el gobierno de Calderón, para que pronunciara un explosivo discurso en un desayuno frente a 500 altos mandos verde olivo.

El discurso es una crítica abierta, politizada, amenazante, desafiante y poco leal contra quien es el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, que es el presidente López Orador. Fue más un discurso digno de un opositor del PRI o del PAN, que de un jefe de las Fuerzas Armadas.

En todo el discurso jamás se le reconoce ni lealtad ni disciplina al mandatario, pero si en cambio denuncia que “el alto mando enfrenta, desde lo institucional, a un grupo de “halcones” que podría llevar a México al caos”. ¿Y los nombres? Ninguno, fantasmas.

Desde el alto mando actual de la Sedena se insiste que se trata de un discurso personal, sin el respaldo de la mayoría de los militares de alto rango. Que los que apoyan esa visión se pueden contar con los dedos de una mano.

Si así lo fuera, la pregunta obligada es ¿quién le impuso al general secretario al general Gaytán como vocero crítico de los militares hacia el presidente y con qué intención? ¿Exhibir un abierto desencuentro entre el Jefe Supremo y los hombres de verde?

Ahí está el origen de la denuncia golpista del presidente López Obrador. Que al igual que en 1911 los opositores al presidente Madero utilizaron a un general –Victoriano Huerta- para asestarle un golpe y asesinarlo, hoy podrían existir fuerzas que están creando el escenario para justificar una acción similar.

Por eso el mandatario cita en su tuit a otros generales como Franco y Pinochet, que en tiempos más modernos se prestaron al juego de proteger los intereses del Estado Profundo en España y en Chile.

El contexto de la advertencia presidencial se enmarca en el fallido operativo de Culiacán en el que dejaron ir a Ovidio Guzmán, el hijo del Chapo que ya había sido capturado.

¿Quién de verdad lo dejó ir? ¿Con qué intención? ¿Alguien buscó instalar al gobierno de la Cuarta Transformación como protector del Cártel de Sinaloa? ¿Qué dirán los jefes de los otros cárteles?

El contexto de la advertencia presidencial se da también en medio de los procesos judiciales contra Alonso Ancira, Juan Collado, Rosario Robles, Carlos Romero Deschamps y Eduardo Medina Mora.

¿Los que están en lista de espera estarán de brazos cruzados esperando a que les llegue su turno?

El contexto de la advertencia presidencial se da también en la antesala de la extradición de Gilda Margarita Austin, madre de Emilio Lozoya Austin, el señalado director de Pemex que habría articulado un presunto saqueo a la paraestatal, sobornos de Odebrecht incluidos.

¿Podría un hijo callar frente a la madre encarcelada que está tras las rejas, porque él mismo la involucró? ¿Pactos en puerta para conocer quién fue en realidad el Jefe Supremo del saqueo a la paraestatal?

Si en el tuit del presidente se critica que se asomen “fantasmas”, en el discurso del general se hicieron presentes los primeros fantasmas, los “halcones” no identificados. Nombres.

Asistimos pues a peligroso tour de force entre un presidente desmantelador de privilegios y un Estado Profundo que se niega a renunciar a ellos. Escenario peligroso.

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