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23 de septiembre 2020

Opinión

El Bronco y el Metro

Sería bueno preguntarle a la Agencia Estatal del Transporte en NL si Jaime “El Bronco” Rodríguez tiene a la mano la información detallada de la mega licitación del nuevo sistema de cobro de Metrorrey.

Por Ramón Alberto Garza

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Hay políticos que ven la tempestad y no se hincan. Y ese suele ser el caso de Jaime “El Bronco” Rodríguez.

Una tras otra, el gobernador de Nuevo León entra en zona gris y oscura a la hora de pactar con los dineros del erario. Desde los que fueron desviados para su campaña presidencial hasta la más sofisticada licitación.

Todavía no acaba de salir del conflicto que llevó al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a solicitar al Congreso de Nuevo León un castigo, cuando entra en nuevas zonas de turbulencia.

Hoy mismo, por ejemplo, se decidirá la licitación pública internacional abierta STCM-02-2020-DAF que involucra el sistema de cobro multimodal para las líneas 1, 2 y 3 del Metro de Monterrey.

Se trata de un contrato de arrendamiento de mil 100 millones de pesos a siete años, en donde el ganador tendrá que financiar los equipos y la tecnología, su mantenimiento y operación, además de asumir los riesgos de vandalismo.

De las nueve empresas que presentaron postura, solo tres pasaron el corte técnico y son las que están hoy sobre la mesa de la decisión.

La primera es Electronic Trafic de México S.A., una empresa mexicana, con sobrada capacidad financiera demostrada y sobre todo con experiencia exitosa de las líneas 1, 2 y 3 del Metro de Guadalajara.

La segunda es Sonda S.A., una empresa chilena sin experiencia alguna en México.

Y la tercera es TPR Solutions SDRL de C.V., una empresa de mediano tamaño con experiencia pero sin la estructura para financiar un proyecto de esa magnitud.

El concurso califica como sospechoso, pues en su primera licitación se detectaron irregularidades. Las primeras especificaciones tenían características técnicas y económicas de difícil cumplimiento, hechas a la medida de un solo fabricante.

El absurdo fue denunciado y demostrado públicamente y eso obligó a cancelar la primera y obligar a una segunda licitación, que demoró meses el proceso.

La intención de la nueva licitación es decidir por el sistema de pago con tarjeta a Metrorrey, buscando que esté en operación para marzo del 2021, dos meses antes de las elecciones del 6 de junio.

Por eso es crucial no solo la experiencia de la empresa que se vaya a elegir, sino su capacidad de financiamiento, pues es obligado concurrir con mil 100 millones de pesos para hacer el proyecto.

Pero esta segunda licitación vuelve a tener un olor a componenda. Valdría la pena que el gobierno de Nuevo León respondiera a algunos elementales cuestionamientos.

¿Cuál fue la urgencia de eliminar a la mayoría de las empresas? ¿Estrategia o exigencia para encaminar el fallo?

¿De verdad se está ante un proceso limpio, donde la prioridad es la experiencia, la tecnología y el precio que están en juego?

¿Podría hoy ser declarada como cancelada la segunda licitación, porque ni una empresa como TPR -actual suministrador del sistema obsoleto- ni el gobierno del Estado tienen capacidades financieras?

Sería bueno preguntarle a la Agencia Estatal del Transporte en Nuevo León si Jaime “El Bronco” Rodríguez tiene a la mano la información detallada de la licitación y el impacto en los tiempos de implementación.

En un descuido -y a base de forzar las reglas del juego para favorecer a uno de los participantes- esta megalicitación acabará por consumarse con el nuevo gobernador.

Y luego andan preguntando por qué el Metro de Guadalajara, el de Enrique Alfaro, se cocinó antes que el de Monterrey. Ya lo saben.

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