21 de octubre 2024
Seguridad
El asesinato de Marcelo Pérez recrudece la guerra en Chiapas
Recientemente, el sacerdote fungió como mediador en Pantelhó entre el grupo de autodefensa ‘El Machete’ y el grupo político de ‘Los Herrera’
Por Redacción Magenta
COMPARTE ESTA HISTORIA
Se cumplió la advertencia que hizo hace tres años el Ejército Zapatista de Liberación Nacional… Chiapas está al borde de una guerra civil. El estado más pobre del país se ha convertido en el epicentro nacional de la violencia criminal: un ecosistema en el que grupos paramilitares, organizaciones populares de defensa del territorio, los dos cárteles más poderosos de México y las fuerzas del Estado compiten a través de secuestros, asesinatos, amenazas y bloqueos.
El asesinato del sacerdote católico, Marcelo Pérez Pérez, en San Cristóbal de las Casas ocurrido el pasado domingo, ha exacerbado el clima de inseguridad que se respira en Chiapas. Fue víctima de un ataque directo con arma de fuego perpetrado por dos personas a bordo de una motocicleta. Se trató de un homicidio calculado.
El atentado contra Marcelo Pérez Pérez es una metáfora de la violencia criminal que golpea a Chiapas. El sacerdote, quien fue ordenado en 2002 por el arzobispo Felipe Arizmendi, fue un indígena tzotzil que dedicó su vida a la defensa del territorio, al acompañamiento de las causas populares y al activismo por la paz. En diciembre de 1997, cuando grupos paramilitares masacraron a 45 miembros de ‘Las Abejas’ en Chenalhó, Pérez fue un activista de este movimiento social.
Recientemente, el sacerdote fungió como mediador en Pantelhó entre el grupo de autodefensa ‘El Machete’ y el grupo político de ‘Los Herrera’. El conflicto se ha vuelto una de las estampas más significativas de la radiografía de violencia en Chiapas. Pobladores consultados por el periódico Reforma aseguran que es altamente probable que el asesinato de Pérez esté relacionado con la disputa de poder en Pantelhó.
El 13 de septiembre, Marcelo Pérez fue uno de los sacerdotes que convocó a la marcha por la paz, un evento en el que se exigió un cese de la violencia contra los pueblos originarios y en el que se denunció el contubernio de grupos criminales con los poderes del Estado. “Cuando la Iglesia calla, sufre el pueblo. Pero cuando se vuelve la voz de las víctimas, de los pobres, entonces se levanta el pueblo para que se construya la paz”, declaró Pérez.
La presidenta Claudia Sheinbaum condenó el asesinato de Marcelo Pérez y aseguró que la Fiscalía General de la República podría atraer la investigación. La secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, declaró: “Lamentamos los acontecimientos en los que perdió la vida el padre Marcelo Pérez Pérez”.
La comunidad jesuita exigió al gobierno hacer justicia y recriminó que el país enfrenta una situación extraordinaria de violencia: “El crimen organizado ha sembrado miedo y dolor en diversas regiones del país y Chiapas no es la excepción. La violencia en esta región refleja un problema estructural que demanda una respuesta integral y urgente del Estado”.