29 de septiembre 2025
¡Que alguien me explique!
El apagón de Andy
En Código Magenta lo venimos alertando desde hace cuatro meses. La alta dirección de la CFE está engañando a la presidenta Claudia Sheinbaum con falsos reportes de “Todo en orden, aquí no pasa nada. Hay suficiente electricidad”
Por Ramón Alberto Garza
COMPARTE ESTA HISTORIA
En Código Magenta lo venimos alertando desde hace cuatro meses. La alta dirección de la CFE está engañando a la presidenta Claudia Sheinbaum con falsos reportes de “Todo en orden, aquí no pasa nada. Hay suficiente electricidad”. El problema no es que la CFE mienta, sino que la inquilina de Palacio Nacional lo crea a ciegas.
Por eso, el mega apagón del pasado viernes en toda la Península de Yucatán sólo vino a confirmar la enorme crisis energética que se vive en México. Más de 2 millones de mexicanos fueron afectados con esta prolongada suspensión del servicio de energía que canceló incluso los servicios de empresas, hoteles, restaurantes y, por supuesto, cientos de miles de hogares. Usuarios que incluso se quedaron sin telefonía móvil e Internet en Yucatán, Quintana Roo, Campeche y amplios sectores de Tabasco.
Oficialmente -otro engaño- volvieron con el cuento de que fue un problema con el mantenimiento de las redes. En la realidad se trató de lo que técnicamente se denomina un “tiro de carga”, es decir, le estaban quitando energía eléctrica a una región para dársela temporalmente a otra que registraba mayor demanda. Y en el momento de operar ese “tiro de carga”, el sistema colapsó. Y este problema no es aislado. Será creciente, no sólo en la Península de Yucatán, sino en todo México.
La gran mentira radica en que pocos en CFE quieren que se descubra la realidad que significa el fracaso del contrato de 300 millones de dólares que se le otorgó a la empresa Mejicali Turbine para sortear la crisis que se veía venir desde hace más de un año en Yucatán y Quintana Roo. Las mini plantas generadoras contratadas debieron entrar en operación el pasado 14 de mayo, pero al día de hoy, nada. No sólo están paralizadas por fallas técnicas, sino que no tienen diésel suficiente para operar.
El epicentro de la escasez del diésel radica en que por fin se frenó el contrabando de huachi-diésel. Y la CFE está padeciendo una sopa de su propio chocolate, porque desde la dirección de la paraestatal, en los oscuros días de Manuel Bartlett -y con el beneplácito del ex presidente Andrés Manuel López Obrador- se creó esta red de contrabando que compraba el diésel barato en Texas, a cuatro pesos el litro, y se lo vendían a CFE en 21 pesos el litro. Una “módica” utilidad del 400 por ciento. Miles de millones a las bolsas de un puñado de políticos corruptos.
El responsable de operar gran parte de los barcos y de la transportación de estos millones y millones de litros de huachi-diésel era Andy López Beltrán, quien junto con sus amigos más cercanos, crearon desde Tabasco toda una red de complicidades para dominar el suministro de diésel a la CFE en aquella zona. Pero los golpes asestados por Omar García Harfuch en el decomiso de buques con huachi-diésel obligó a frenar ese contrabando. Y la CFE entró en crisis por falta de diésel.
Hoy, Pemex no tiene el suficiente diésel para hacerle frente a las exigencias de una CFE que hizo a un lado el gas natural limpio para reemplazarlo con diésel y combustóleo de contrabando, de baja calidad y contaminantes. Todo sea por el multimillonario negocio operado por el hijo del ex presidente que prometió que acabaría con la corrupción. El huevo de la serpiente corruptora lo incubó en su propia familia, con la autoría intelectual del intocable Manuel Bartlett.
Pero, al margen de que las indagatorias del contrabando de huachi-diésel continúen, la pregunta obligada es ¿por qué no existe dentro de CFE un “Plan B” que se opere con la emergencia suficiente para que ese mega apagón en la Península de Yucatán no se repita? Cuatro gobernadores peninsulares – Mara Lezama, de Quintana Roo; Joaquín Díaz Mena, de Yucatán; Layda Sansores, de Campeche; y Javier May, de Tabasco- ya lanzaron hasta Palacio Nacional su grito de alerta. Pero, hasta hoy, no son escuchados con la urgencia que exige la crisis.
¿Imaginan lo que significa para Cancún, con millones de visitantes anuales, el que se corra la fama de que esa joya del turismo internacional sufre de constantes apagones, además del sargazo y la inseguridad? Revisen las cifras de la caída de visitantes a Quintana Roo en los últimos 12 meses y verán el drama. Entre 11 y 15 por ciento menos visitantes internacionales a las playas del Caribe Mexicano.
Por eso, el drama del mega apagón del pasado viernes en la Península de Yucatán tiene que asumirse con la emergencia necesaria desde Palacio Nacional. Y, sobre todo, que desde la CFE dejen de engañar a la presidenta Claudia Sheinbaum, prometiendo que el problema es menor. Está muy claro que no es así. Y mientras no exista en el horizonte un “Plan B”, esa crisis crecerá y acabará por contaminar al resto de México.
Si lo dudan, pregúntenles a los dueños de la acerera ArcelorMittal que todavía no pueden reactivar un horno “embancado”, paralizado, por la brutal suspensión de la energía eléctrica. O a los operadores de la refinería de Dos Bocas, que resienten constantes cortes de energía que atrofian los incipientes procesos de refinación. O a los data centers instalados entre Yucatán y Campeche, que exigen de un consumo muy elevado de energía que no se les puede surtir.
Muy caro está resultando el mega apagón producto de las ambiciones de Andy López Beltrán para sostenerle el negocio de su clan en el contrabando de huachi-diésel. Que no le den pretextos, presidenta Claudia Sheinbaum. ¡Exija soluciones!
Más contenido de ¡Que alguien me explique!
El análisis de Ramón Alberto Garza sobre los temas más relevantes