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3 de septiembre 2025

3 de septiembre 2025

¡Que alguien me explique!

El aire se corta con cuchillo

La sentencia de ayer, del presidente Donald Trump, es tan lapidaria como cierta: “México es dirigido por cárteles”. Ningún espacio para la duda. Y bajo ese supuesto su gobierno actuará

Por Ramón Alberto Garza

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La sentencia de ayer, del presidente Donald Trump, es tan lapidaria como cierta: “México es dirigido por cárteles”. Ningún espacio para la duda. Y bajo ese supuesto su gobierno actuará.

Más aún, en la entrevista exclusiva con The Daily Caller, el inquilino de la Casa Blanca reconoció que le ofreció a la presidenta Claudia Sheinbaum el envío de militares norteamericanos para combatir a esos cárteles, pero dijo que ella lo rechazó. La reportera Reagan Reese preguntó el motivo de la negativa para aceptar esa ayuda militar. Y el presidente Donald Trump se concretó a decir: “Ella -la presidenta Claudia Sheinbaum- tiene mucho miedo”.

El mandatario norteamericano le endulzó el oído a su homóloga mexicana diciendo: “Me cae muy bien la presidenta. Creo que es una mujer estupenda. De hecho, es una mujer increíble en ciertos aspectos, muy elegante, hermosa. Pero México está dirigido por los cárteles”.

Aquí no hay coincidencias. Esa reveladora entrevista presidencial hecha la semana pasada, pero revelada hasta ayer con sentencias tan fuertes que cortan el aire con cuchillo, se dio a conocer unas horas antes de que el secretario de Estado, Marco Rubio, iniciara su primera visita oficial a México, su mayor socio comercial, su vecino más distante.

Y si estas declaraciones no fueron suficientes para “ablandar” el “ánimo soberano” de la presidenta Claudia Sheinbaum, dos horas más tarde, el mismo presidente Donald Trump hizo el anuncio de que militares norteamericanos hundieron una embarcación venezolana, presuntamente del cártel conocido como Tren de Aragua, señalado como socio del Cártel de Sinaloa en México. La embarcación, presuntamente cargada con drogas, se dirigía en aguas internacionales a territorio norteamericano. Once personas habrían muerto.

El ataque fue consumado por efectivos militares del Comando Sur, el mismo en el que ahora está incluido México, que solía estar bajo resguardo del Comando Norte. Este es el primer acto hostil en contra del poderoso cártel venezolano, cuya protección y control se le endosa al presidente Nicolás Maduro y quien por ese motivo ya fue calificado por el gobierno norteamericano oficialmente como “narcopresidente”. Por eso se tiene impuesta una recompensa de 50 millones de dólares por su captura.

El dictador venezolano habría salido horas antes a denunciar, en una transmisión, que la flota norteamericana desplegada en el Caribe tendría mil 200 misiles apuntando hacia Venezuela y que temía que las hostilidades se iniciaran en cualquier momento.

Después de estos dos mensajes casi sincronizados, que sirvieron de preludio al arribo de Marco Rubio ayer por la tarde a la Ciudad de México, está claro que el secretario de Estado norteamericano no viene sólo a tomarse una selfie sonriente con la inquilina de Palacio Nacional o con el canciller Juan Ramón de la Fuente.

En los momentos en que tiene reunidos y abrazándose a los presidentes de Rusia, China e India -en un claro gesto anti-Trump-, sin acuerdos con Rusia en el cese al fuego con Ucrania y con la severa crisis humanitaria en Gaza, el poderoso funcionario de origen cubano no cruzó el Río Bravo sólo para venir a socializar y perder dos días en un tour de buena voluntad.

Por eso, el mensaje de la entrevista del presidente Donald Trump a The Daily Caller. Por eso, el anuncio del mismo mandatario sobre el inicio de las hostilidades en Venezuela. Porque ya no hay espacio para titubeos. Porque ya no hay pretextos de “soberanías”.

Una cosa será la que se vea hoy en imágenes que reflejarán “acuerdos de papel” y otra muy distinta lo que se termine por debatir y acordar -aún a regañadientes- a puerta cerrada. No pasarán muchos días para saber si el acuerdo de seguridad fue real o se tendrá que entrar por la puerta de atrás. Por lo pronto, en esta primera visita, el aire es tan denso que se corta con cuchillo.

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