17 de febrero 2021
¡Que alguien me explique!
¿Dónde está Bartlett?
Cuando todos esperábamos que Manuel Bartlett se hiciera presente en La Mañanera de ayer martes para explicar el mega apagón del norte de México, el director de la CFE brilló por su ausencia. El general responsable de la batalla no hizo acto de presencia en el campo, no mostró su rostro, ni dio su parte de guerra
Por Ramón Alberto Garza
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Cuando todos esperábamos que Manuel Bartlett se hiciera presente en La Mañanera de ayer martes para explicar el mega apagón del norte de México, el director de la CFE brilló por su ausencia.
El general responsable de la batalla no hizo acto de presencia en el campo, no mostró su rostro, ni dio su parte de guerra.
Ninguna respuesta suya al drama de más de siete millones de víctimas que en Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Chihuahua, Durango y Zacatecas, se quedaron sin el indispensable servicio.
La explicación -y en su caso, la defensa- de esta mega crisis eléctrica la dio el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien habló de un catálogo de claroscuros, siempre con factura al pasado de los gobiernos del PRIAN y de su corrupta Reforma Energética.
Y sí, tiene razón el inquilino de Palacio Nacional cuando ubica el epicentro de la crisis a la excesiva dependencia de los energéticos que le firmamos a los Estados Unidos.
Endosamos contratos de compras de gas a Texas, a precisos excesivamente bajos, confiados en que la abundancia del gas natural sería eterna. Ya vimos que no fue así. La oferta y la demanda operan rabiosamente, sin distingos.
Y también tiene razón el presidente López Obrador cuando dice que tenemos que ser autosuficientes en gas natural. Pero si buscamos culpables, los dedos apuntarán a los responsables de la energía de la Cuarta Transformación.
Cuestión de recordar que, originalmente, las rondas 3.3 que incluían campos de gas natural en la cuenca de Burgos estaban programadas para adjudicarse en julio del 2018. Un mes después del triunfo de López Obrador.
Pero la secretaria de Energía aún en transición, Rocío Nahle, pidió que la adjudicación se aplazara al 14 de febrero del 2019. El final de la historia es que acabó cancelando esas y todas las demás rondas indefinidamente. Dos años perdidos.
¿Cómo ser autosuficientes, si se cancelan las posibilidades de exploración y extracción en una cuenca mexicana que es espejo de la muy productiva cuenca de gas shale en Texas?
Del Río Bravo para arriba existen cientos de inversionistas extrayendo gas natural, que es el que importamos. Del Río Bravo para abajo, en nuestro territorio, esperamos que Pemex -casi en quiebra- ponga recursos propios multimillonarios para localizar el gas que nos haga autosuficientes.
Asómense a esta gráfica que exhibe el consumo de gas natural en México, comparando lo que producimos, en caída libre, y lo que importamos, disparándose a las nubes.
Por eso no hay manera de poner el grito en el cielo cuando Texas, que vivió también el lunes la onda gélida más severa en las últimas décadas, se reservó para su consumo el gas natural que ya no era ni suficiente, ni barato.
Lo que buscábamos que nos respondiera el general Bartlett eran los detalles de cómo y por qué se nos suspendió el suministro del gas natural de Texas.
¿Acaso nos cortaron el servicio porque privilegiaron a su clientela norteamericana? Esa es una situación muy frágil, que nos coloca en una posición indefensa. Somos los últimos en la lista y los primeros en “morir”.
¿O será que nos dejaron sin gas natural porque lo estábamos comprando en el mercado spot -al día- y nadie dentro de CFE previó firmar contratos de largo plazo o comprar coberturas de futuros para protegernos de las alzas súbitas, en demanda y en precio?
¿Tiene algo que ver con la suspensión del envío del gas natural de Texas el que nos quedamos sin capacidad de transportación en los ductos, que por la demanda en ese y otros estados de la Unión Americana se saturaron y ya no existió espacio para enviar el energético comprado por México?
Ante la onda gélida que se anunció 10 días antes, ¿la CFE no creó un Plan B para comprar gas licuado en otros países y traerlo por los puertos de Altamira y Manzanillo, donde hay depósitos suficientes para su almacenamiento?
Los millones de usuarios que en medio de la onda gélida padecieron el mega apagón, merecemos una explicación que vaya más allá de que todo es culpa de los gobiernos neoliberales del pasado.
El gobierno de la Cuarta Transformación ya cumplió dos años, y en esos 24 meses debió alinear las variables que decía equivocadas, para al menos amortiguar los malos efectos, como el que ahora pagamos por la falta de suministro del gas natural texano.
Pero el gobierno está muy ocupado cancelando o desconociendo a los inversionistas extranjeros, la mayoría de ellos norteamericanos, los contratos que legalmente se firmaron con la Reforma Energética.
Insistimos, una y otra vez, que es un error negociar con cualquier proveedor, cuando tiene una pistola cargada sobre la mesa. En la primera oportunidad, la puede disparar.
Para los dueños del gas natural en Texas, a los que se les regatearon y renegociaron los contratos de los ductos y a los que se les amenaza con cancelar los contratos de energías limpias, el momento de apretar el gatillo vino con la onda gélida.
Por lo pronto, los mexicanos exigimos que el general Bartlett dé la cara y aparezca en La Mañanera, exhibiendo los detalles de los contratos pactados en los últimos dos años, que son su responsabilidad como director de la CFE.
Sin duda, reconoceremos los errores del pasado, pero también la frivolidad y la falta de experiencia para renegociar lo necesario y evitar lo que ya sucedió: que nos quedáramos sin gas.
Pero qué se puede esperar de un general como Bartlett, que arrastra en sus batallas, su adicción por las caídas de los sistemas.
En 1988 le sucedió con el conteo de los votos de la elección presidencial. En 2021 se le volvió a caer el sistema… ahora el eléctrico.
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