Donald Trump firma orden que clasifica al fentanilo como arma de destrucción masiva

¿Qué pasó?

• Donald Trump, presidente de Estados Unidos, firmó una orden ejecutiva que designa al “fentanilo ilícito” y a sus “químicos precursores centrales” como armas de destrucción masiva.

• En el texto, la Casa Blanca sostiene que el fentanilo ilícito es “más cercano a un arma química que a un narcótico” y afirma que dos miligramos pueden ser una dosis letal.

• La orden instruye a la Fiscal General a impulsar investigaciones y procesamientos por tráfico de fentanilo.

• Además, ordena al Departamento de Estado y al Departamento del Tesoro a perseguir acciones “apropiadas” contra activos e instituciones financieras vinculadas a la manufactura, distribución o venta de fentanilo ilícito y precursores.

• El Ejecutivo Federal pide también al Departamento de Defensa y al Departamento de Justicia determinar si corresponde aportar recursos militares a la aplicación de leyes federales.

• Por otro lado,  encarga al Departamento de Seguridad Interior  (DHS, por sus siglas en inglés) a utilizar inteligencia asociada para identificar redes de contrabando.

¿Por qué importa?

• La designación reencuadra el fentanilo no sólo como crisis de salud pública, sino como una amenaza de seguridad nacional, habilitando que el Pentágono y la comunidad de inteligencia eleven la respuesta de militarización a la guerra contra las drogas.

• El impacto es directo para México: reportes del Congreso de Estados Unidos señalan que México fue “de nuevo la fuente más significativa” de fentanilo ilícito, mientras empresas en China figuran como gran origen de precursores y equipo.

• La orden encaja con una narrativa de militarización de la guerra contra las drogas que ya incluye operaciones y ataques contra presuntas embarcaciones de cocaína en el Caribe. Esto abrió un un debate sobre la legalidad de las capacidades militares de Estados Unidos en estos ataques.

Los detalles:

• La orden delimita el alcance. Define “fentanilo ilícito” como la droga fabricadoa o distribuida en violación de la Ley de Sustancias Controladas; no es una prohibición general del uso médico del fentanilo en sí.

• En Estados Unidos, la etiqueta “arma de destrucción masiva” tiene una definición legal amplia que incluye armas basadas en químicos tóxicos o venenosos “o sus precursores”, además de explosivos, biológicos y radiológicos; la orden se apoya en ese marco, pero no lo reescribe.

• Expertos en política de drogas han cuestionado la utilidad práctica y el sustento de la idea de designar el fentanilo como “arma de destrucción masiva”: en entrevistas, investigadores dijeron que la medida luce más como gesto político que como estrategia basada en evidencia de uso del fentanilo como arma por actores organizados.

El contexto:

• Estados Unidos aún enfrenta una crisis letal por sobredosis de fentanilo, aunque con descensos recientes. La CDC reportó 76,516 muertes por sobredosis estimadas para los 12 meses que terminaron en abril de 2025 (-24.5 por ciento interanual).

• Evaluaciones oficiales de Estados Unidos describen una cadena de suministro donde la producción clandestina para el mercado estadounidense ocurre en México, con precursores que se obtienen desde China.

• La discusión de fondo para México implica que cuando Washington traslada el fentanilo al lenguaje de “arma de destrucción masiva”, eleva eleva el umbral político para pedir cooperación, intercambio de inteligencia y presión financiera; pero también multiplica los incentivos para rutas de acción más agresivas como un intervención militar directa.