Día de la mujer: ¿dónde están los hombres?

El reciente asesinato de las turistas Marina Menegazzo y María José Coni a golpes en Ecuador ha conmocionado a la sociedad, pero también ha dejado abierta una discusión: la violencia de género que sufren las mujeres.

En redes sociales se comparte una carta titulada “Ayer me mataron”, escrita por la usuaria Guadalupe Acosta, en la que se puede leer:

“Me negué a que me tocaran y con un palo me reventaron el cráneo. Me metieron una cuchillada y dejaron que muera desangrada”.

“…empezaron a hacerme preguntas inútiles. A mí, ¿Se imaginan? una muerta, que no puede hablar, que no puede defenderse. ¿Qué ropa tenías? ¿Por qué andabas sola? ¿Cómo una mujer va a viajar sin compañía? Te metiste en un barrio peligroso, ¿Qué esperabas?”

Parece ser que el hecho de que viajemos “solas” se –mal– interpreta como señal de que somos las mujeres quienes estamos buscando ser golpeadas, asesinadas, violadas, cosificadas.

En otra de las imágenes que ha sido compartida poco más de 29 mil veces se hace referencia a esto y la razón por la que se hace énfasis en que viajaban por su cuenta por Sudamérica.

“¿Solas de qué? ¿Falta de quién? Eran dos. Pero como nacieron mujeres, ser dos no les alcanzó”.

Para Catalina Garza, del colectivo No Somos Medias Naranjas, la respuesta que ha tenido el caso es evidencia de que la sociedad, en ocasiones, castiga a las mujeres.

«Es como si por hacer las cosas que disfrutamos, vestir como queramos y salir a conocer el mundo, recibiéramos nuestro merecido», dice.

«La sociedad no nos enseña a ser libres y autónomas y desobedecer a estos mandatos merece un castigo».