7 de enero 2022
Política
¡Cuidado con que se De-Value!
De acuerdo a personas cercanas al asunto, la compañía Value, de Carlos Bremer, está colocada al centro de una bomba de tiempo financiera, alimentada por conflictos de interés, complicidades políticas y presuntos malos manejos
Por Rodrigo Carbajal
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Ésta es la cara pública de Carlos Bremer: la de Shark Tank, los torneos de golf, los eventos con Saúl “Canelo” Álvarez, el asiento en la Fundación Clinton e incluso la de su relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador de Nuevo León, Samuel García.
Sin embargo, el perfil mediático de Bremer contrasta con la secrecía de sus operaciones empresariales y de su gestión en Value Grupo Financiero, una compañía valuada en 945 millones de dólares que fue construida -en gran medida- a partir de las relaciones políticas de su fundador, presidente y director general.
Cuando Carlos Bremer decidió comprar, al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la casa de 102 millones de pesos que le fue confiscada a Zhenli Ye Gon, emergieron los primeros cuestionamientos sobre cuál era el interés detrás de la aparente filantropía de uno de los empresarios más importantes de Monterrey.
La respuesta podría surgir a partir de la rebaja crediticia de tres fondos de Value Grupo Financiero, que es uno de los principales intermediarios y administradores financieros de las pensiones de trabajadores de gobiernos estatales y universidades públicas.
De acuerdo a personas cercanas al asunto, la compañía de Bremer está colocada al centro de una bomba de tiempo financiera, alimentada por conflictos de interés, complicidades políticas y presuntos malos manejos.
El 30 de diciembre de 2021, la agencia calificadora HR Ratings, colocó en observación negativa a tres fondos de inversión de Value Grupo Financiero. El reporte señala que la decisión se basa en las posiciones que mantienen dichos fondos en emisiones que han sufrido un deterioro en su calidad crediticia en periodos recientes.
Se refiere específicamente a las inversiones realizadas en la firma inmobiliaria GICSA, de la cual Carlos Bremer es parte del consejo de administración.
Es decir, HR Ratings advierte las consecuencias financieras de un conflicto de interés por operaciones con partes relacionadas.
Los fondos Value F2 y Value F3 tienen una participación de cerca del 30 por ciento en activos de GICSA, una compañía que la propia HR Ratings considera con una calificación de bono basura.
Al tercer trimestre del 2021, GICSA -que es dirigida por el empresario Abraham Cababie-, mantenía una deuda de 48 mil 811 millones de pesos.
El hecho de que tres fondos de Value Grupo Financiero hayan decidido colocar gran parte de su portafolio en instrumentos de una compañía con una calificación B-, y de la cual Carlos Bremer es parte del consejo de administración, pone de relieve una amplia gama de prácticas cuestionables.
Desde abril de 2021, el diario El Financiero hizo público que GICSA estaba siendo presionado por sus acreedores por problemas de liquidez y solvencia. La única razón por la cual HR Ratings no ha bajado la calificación de estos fondos de AA a B- es porque Value asegura que “está en proceso de implementar una estrategia de desinversión y rebalanceo de portafolios”.
Esto abre dos cuestionamientos inmediatos: ¿Dónde va a encontrar Value un comprador de estos bonos basura? ¿Quién va a asumir la pérdida de esta liquidación?
La operación lleva a una tercera pregunta mucho más amplia: ¿Qué tanto están expuestos los fondos de pensiones de los gobiernos estatales y las universidades públicas que maneja Value Grupo Financiero?
La ingeniería financiera y la compleja estructura de sociedades anónimas ligadas al grupo empresarial de Carlos Bremer mantienen bajo secreto esta pregunta.
Sin embargo, el contrato de Value Grupo Financiero con el fondo de pensiones y jubilaciones de la Universidad Autónoma de Nuevo León ofrece una perspectiva de lo que está en juego con este modelo de negocio.
El 87 por ciento de los activos del fondo de pensiones de una de las principales universidades públicas de México se rigen bajo un contrato de fideicomiso irrevocable de administración e inversión de Casa de Bolsa Value Grupo Financiero. Esto le permite a Bremer controlar a discreción el destino de 7 mil 660 millones de pesos.
Value Grupo Financiero tiene un opaco antecedente en el manejo de las pensiones públicas. La fiscalía anticorrupción de Nuevo León del gobierno de Jaime Rodríguez, que entonces era presidida por Ernesto Canales, investigó a la compañía de Bremer por su responsabilidad en el quebranto de 342 millones de pesos del ISSSTELEÓN, el fondo de pensiones de los trabajadores del estado.
En una operación similar a la de GICSA, Value fue el intermediario en la compra de certificados bursátiles de Hipotecaria Su Casita, una empresa que colapsó después de la crisis financiera global de 2008.
De acuerdo al diario Reporte Índigo, la Auditoría Superior de Nuevo León documentó que esta transacción fue realizada a un sobreprecio de 22 por ciento y que estuvo directamente vinculada a al menos un tercio del quebranto de ISSSTELEÓN.
El caso Value-GICSA no representa el único conflicto de interés potencial de Carlos Bremer. Personas cercanas al asunto advierten de un modus operandi similar conectado a la compañía TMM, en la cual el director de Value Grupo Financiero también tiene un interés accionario.
Las conexiones políticas de Bremer, que van desde lo local con el gobernador Samuel García, a lo nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador, hasta lo internacional con Hillary Clinton, son parte de un amplio esfuerzo de relaciones públicas para blindar sus operaciones financieras.
A pesar de que fue parte esencial de Grupo Financiero Confía en la década de los noventa, Bremer evadió cualquier responsabilidad en el colapso de esta institución, que derivó en el encarcelamiento del banquero Jorge Lankenau. Dos décadas después, Bremer evadió la investigación de la fiscalía anticorrupción de Nuevo León por el caso ISSSTELEÓN.
Ahora, todo podría ser diferente. Cuidado con que se De-Value.