22 de agosto 2024
Política
Claudia y Kamala
Claudia Sheinbaum será la primera presidenta de México. Y Kamala Harris podría convertirse en la primera mujer en ocupar la Casa Blanca si logra vencer a Donald Trump en la elección de noviembre. Dos mujeres al mando de la relación bilateral
Por Rodrigo Carbajal
COMPARTE ESTA HISTORIA
México y Estados Unidos podrían llegar a la misma hora a su cita con la historia. Claudia Sheinbaum será la primera presidenta de México. Y Kamala Harris podría convertirse en la primera mujer en ocupar la Casa Blanca si su campaña mantiene el moméntum de la Convención Nacional Demócrata para vencer a Donald Trump en la elección de noviembre. Dos mujeres al mando de la relación bilateral.
Los números indican que este es el momento de Kamala. El promedio de encuestas nacionales de Real Clear Politics otorga una ventaja de 1.5 puntos porcentuales a Harris sobre Trump. La vicepresidenta también está adelante en Wisconsin y en Michigan. En Pennsylvania está empatada con el candidato del Partido Republicano. Estos son los tres estados que conforman el ‘muro azul’ y que les bastan a los demócratas para ganar el Colegio Electoral.
Entonces, ¿qué implicaciones tendría una potencial Presidencia de Kamala Harris para México? La respuesta depende en gran medida de la postura que asuma en octubre, Claudia Sheinbaum, frente a la herencia política que le ha dejado Andrés Manuel López Obrador.
Por ahora, Sheinbaum se ha apegado al status quo. Como presidenta electa, está validando el proyecto transexenal conocido como el Plan C, un paquete de veinte reformas constitucionales que pretenden consolidar un cambio de régimen y crear una Presidencia sin contrapesos. Para ello, el gobierno está presionando al Instituto Nacional Electoral y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a que validen la sobrerrepresentación de Morena y de sus aliados en el Congreso. Una mayoría calificada construida a partir de lo que los académicos Jesús Garza Onofre y Javier Martín Reyes llaman “un fraude a la Constitución”.
En el discurso, la presidenta electa está de acuerdo con la elección popular de jueces prevista en la Reforma Judicial, con la desaparición de órganos autónomos y con la Reforma Eléctrica nacionalista que Morena no pudo implementar en este sexenio. Sin embargo, la aprobación del Plan C podría traducirse en una recesión en el primer año de gobierno de Sheinbaum.
En una nota de análisis, el banco de inversión Morgan Stanley recomendó a sus clientes reducir la exposición a México por la incertidumbre derivada de la Reforma Judicial. Un día después, el Departamento de Estudios Económicos de Citibanamex publicó un reporte en el que concluyó que los mercados están subestimando las graves implicaciones de la nueva mayoría calificada de la 4T.
Por ejemplo, el sector metalúrgico calcula que la reforma para prohibir la minería a cielo abierto podría costarle un punto porcentual a la tasa de crecimiento del PIB. En el mismo sentido, Bank of America calificó la Reforma Judicial como “de muy alto riesgo”. Siguieron advertencias similares de una coalición de organizaciones empresariales de Estados Unidos y de la Barra de Abogados de la Ciudad de Nueva York. Incluso Gerardo Esquivel, un antiguo asesor económico de Andrés Manuel López Obrador, ha dicho públicamente que la Reforma Judicial podría tener efectos devastadores para la promesa del nearshoring. El clima de negocios para inversiones de largo plazo, la calificación crediticia de la deuda soberana y la prima de riesgo de los activos mexicanos podría deteriorarse muy rápido.
Es decir, Claudia Sheinbaum tiene incentivos económicos claros para cambiar de rumbo. La próxima presidenta se enfrenta a un panorama fiscal muy complicado. Si el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, quiere cumplir con el objetivo de déficit fiscal de 3 por ciento del PIB establecido en los Criterios Generales de Política Económica, el gobierno está obligado a realizar recortes brutales al gasto público por alrededor de 700 mil millones de pesos. En automático, esto implica llevar a la economía mexicana a territorio de recesión. Un analista de Citibanamex argumenta que, sin una reforma fiscal, la rebaja de la calificación crediticia del país es inminente.
En un contexto de confrontación con inversionistas extranjeros, cambios regulatorios sin precedentes y nacionalización de industrias clave, la relación bilateral alcanzará su punto de máxima tensión en el 2026, durante el proceso de revisión del T-MEC. La negociación entre el gobierno Claudia Sheinbaum y la potencial administración de Kamala Harris promete turbulencia.
En contra de la directriz de sus jefes políticos, la ahora candidata presidencial del Partido Demócrata fue una de las diez senadoras que votó en contra del T-MEC. Harris también había votado en contra del TPP (Acuerdo Comercial Transpacífico), que hasta ese momento era considerado el proyecto de libre comercio más importante a nivel global.
En el muy probable caso de que el Consejo General del INE y la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación validen la sobrerrepresentación de Morena y de sus aliados, los efectos negativos del Plan C en las perspectivas económicas de México sólo tendrán dos contrapesos: los mercados y la intervención de Estados Unidos.
Si Kamala Harris llega a la Casa Blanca, habrá espacio para la negociación. Pero si Donald Trump gana la contienda, México estará frente a una potencial guerra comercial que significará el tiro de gracia para el proyecto económico del próximo gobierno mexicano.
Claudia Sheinbaum podrá subestimar las consecuencias políticas de desmantelar el régimen democrático del país, pero no puede ignorar las consecuencias económicas de una catástrofe auto inducida.