Claudia Sheinbaum minimiza la guerra de cárteles en Sinaloa

“Vamos a esperar a tener un análisis más detallado del caso Sinaloa”. En su primera conferencia de prensa en el poder, la presidenta Claudia Sheinbaum evadió una pregunta sobre la estrategia de su gobierno para pacificar al estado sede del Cártel del Pacífico.

Sinaloa atraviesa por un conflicto armado entre las dos facciones dominantes del Cártel del Pacífico. Es decir, entre dos grupos con armamento de grado militar, que tienen una profunda influencia sobre el tejido social y que controlan segmentos clave del negocio multimillonario del tráfico de fentanilo: la facción de ‘Los Chupitos’ y la de ‘Los Mayitos’.

Sheinbaum ha minimizado la situación. La presidenta le dijo a una reportera de la revista Proceso que “Sinaloa no aparece entre los cinco estados” que registran el mayor número de homicidios en el país. Citó, en cambio, el caso de Guanajuato, un estado gobernado por la oposición.

Desde el 9 de septiembre, la ola de violencia en Sinaloa ha derivado en 130 asesinatos y 159 desapariciones, de acuerdo a cifras de la fiscalía estatal.

Analistas de seguridad nacional temen que el estado reproduzca el ciclo de homicidios que provocó la escisión entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel de los Beltrán Leyva en el año 2008. Esta ruptura, aunada a fenómenos similares en el Cártel de Juárez y en el Cártel del Golfo, se conjugó con un despliegue militar que provocó un aumento de violencia sin precedentes desde la Revolución Mexicana.

Frente al Congreso de la Unión y frente a su base política en el Zócalo, Sheinbaum repitió que su gobierno no regresará a “la guerra contra el narcotráfico de Felipe Calderón”. Hasta ahora, las Fuerzas Armadas presentes en Sinaloa han seguido una estrategia de contención que evite confrontaciones directas con grupos paramilitares, de acuerdo a personas cercanas a los mandos militares en el estado.

El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, ha jugado un papel menor en la resolución de la crisis. La clase política y empresarial reclama, en privado, que el morenista ha sido una figura ausente que pasa gran parte de su tiempo en la Ciudad de México. A pesar de ello, Rocha declaró ayer, en el marco del evento de la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, que cuenta con el respaldo absoluto de la presidenta.