30 de noviembre 2016
¡Que alguien me explique!
Castro, entre sotanas y casineros mexicanos
Chema Guardia siempre contó con el beneplácito no solo de Fidel Castro, sino de un alto dignatario eclesial de México: el cardenal Juan Sandoval Íñiguez
Por Ramón Alberto Garza
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José María Guardia, mejor conocido en los círculos políticos y de los juegos de azar en México como Chema Guardia, presumía ser uno de los tres mejores amigos de Fernando Gutiérrez Barrios.
Se conocieron cuando don Chema Guardia padre –un filipino al servicio de la inteligencia norteamericana, al igual que don Fernando- los presentó en la década de los 60.
Tan cercana fue la relación, que en 1990 su amigo el secretario de Gobernación Fernando Gutiérrez Barrios le regaló a Guardia el Hipódromo y Galgódromo de Ciudad Juárez, que fue la semilla de Cesta Punta Deportes, el emporio del juego desde donde florecieron casinos como Caliente.
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