6 de diciembre 2018
¡Que alguien me explique!
El Cártel del Sexenio
Una de las enormes ausencias en el discurso de la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López Obrador fue la referencia al narcotráfico y a los cárteles. Desde Luis Echeverría, cada sexenio ha padecido el embate de un cártel. Hoy el cuestionamiento de fondo gira sobre cuál será la estrategia del nuevo gobierno frente al reacomodo de cárteles. El silencio sobre el tema no puede ser eterno
Por Ramón Alberto Garza
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Una de las enormes ausencias en el discurso de la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López Obrador fue la referencia al narcotráfico y a los cárteles.
Instalado como la plaga más sangrienta y corruptora de México, por más silencio que se guarde sobre el tema se tendrá que hablar alto y claro en la naciente Cuarta Transformación, para ir delineando la estrategia con las que se les confrontará.
Los cárteles de la droga aparecieron en nuestro país desde el sexenio de Luis Echeverría, cuando el Cártel de Guadalajara floreció bajo el dominio de Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Álvarez.
Fue el cártel que colapsó tras el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, y que exhibió como su influyente protector a Rubén Zuno Arce, cuñado del presidente de la guayabera, quien murió en una prisión de California purgando una sentencia por ese asesinato.
Con José López Portillo vino el Cártel de Juárez, el que fue puesto al descubierto cuando se le descubrió un plantío de amapola y marihuana en el rancho “El Búfalo”, resguardado por el Ejército Mexicano.
Fue el cártel que floreció bajo la tutela de Amado Carrillo Fuentes, mejor conocido como “El Señor de los Cielos”.
Con Miguel de la Madrid se fortalecieron los hermanos Arellano Félix, quienes recibieron el Bastón de Mando de Miguel Ángel Félix Gallardo después de la sacudida al Cártel de Guadalajara.
Fueron los mismos Arellano Felix que un sexenio después fueron involucrados en el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en Guadalajara, y el del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, en Tijuana.
En la administración de Carlos Salinas de Gortari la novedad fue el Cártel del Golfo. Con Juan García Ábrego primero y con Osiel Cárdenas después, se adueñaron de los pasos fronterizos y marítimos de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Veracruz.
Su brazo armado, identificado como Los Zetas, se creó con policías altamente entrenados en el gobierno de Ernesto Zedillo, un sexenio en el que se reforzó la operación del Cártel de Juárez y despegó el negocio de las drogas sintéticas, bajo el amparo del Cártel de los Amezcua.
Vicente Fox y Felipe Calderón acabaron por favorecer los intereses del Cártel de Sinaloa. La fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán en el segundo mes del foxismo lo instaló en el pináculo del poder hasta convertirlo en el capo mas peligroso y mas rico del planeta.
En los doce años de gobierno azul, los intereses de quien hoy enfrenta un juicio en las cortes de Nueva York fueron intocables, protegidos por incompetencia o complicidad por un aparato policíaco y de seguridad gestado en los gobiernos albiazules.
En esos sexenios también florecieron los intereses de cárteles satélites al de Sinaloa, como el de los Beltrán Leyva o el de Ignacio “Nacho” Coronel.
Para el sexenio de Enrique Peña Nieto la estrella de Joaquín Guzmán Loera se apagó. Fue capturado, fugado y vuelto a capturar, mientras el Cártel de Sinaloa vivía una confrontación entre los hijos de El Chapo y Dámaso López, alias El Lic. y su hijo del mismo nombre, bautizado como el Mini Lic.
Y vino otro cartel favorito. Ahora en el sexenio de Enrique Peña Peña Nieto con Jalisco Nueva Generación, que se adueñó de todos los territorios que perdieron los de Sinaloa, Golfos y Zetas, para entronizar desde Jalisco y Nayarit a un nuevo capo: Nemesio Oseguera, alias “El Mencho”.
Para el gobierno norteamericano que trabaja muy de cerca con México, las prioridades del nuevo gobierno lopezobradorista serían las de capturar a Rafael Caro Quintero, liberado con un cumplimiento anticipado de condena, y por supuesto a poner tras las rejas a “El Mencho”.
Hoy el cuestionamiento de fondo gira sobre cuál será la estrategia del nuevo gobierno frente al reacomodo de cárteles. El silencio sobre el tema no puede ser eterno.
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