2 de julio 2024
¡Que alguien me explique!
“Buitres” sobre Alito
Una nueva ola “golpista” de algunos tricolores le pretenden exigir a Alejandro “Alito” Moreno que abandone la dirigencia del PRI ante lo que consideran fueron pobres resultados en la pasada elección presidencial de 2 de junio
Por Ramón Alberto Garza
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Una nueva ola “golpista” de algunos tricolores le pretenden exigir a Alejandro “Alito” Moreno que abandone la dirigencia del PRI ante lo que consideran fueron pobres resultados en la pasada elección presidencial de 2 de junio.
¿Alguien esperaba números distintos frente al tsunami guinda, después de cinco años de repartir credenciales del Bienestar y su huachicolera operación de Estado para apuntalar la operación territorial de Morena?
Pero más allá de las demandas, analicemos quiénes son los personajes que bajo el membrete del Frente Amplio de Renovación del PRI pretenden mandar al patíbulo al actual dirigente nacional tricolor.
Dulce María Sauri Riancho, quien fuera nada menos que la dirigente nacional del PRI cuando se perdió por primera vez la Presidencia frente al panista Vicente Fox. Y después de esa histórica y estrepitosa derrota, la líder yucateca demoró dos años en dejar de ser la jerarca nacional del abatido partido tricolor. ¿Por qué hoy exige lo que en su tiempo no dio?
Peor aún, Sauri Riancho fue incapaz de trabajar para que en su estado, con ella como dirigente nacional, prevaleciera el PRI. Los blanquiazules del PAN con Patricio Patrón Laviada, primero, y con Mauricio Vila, después, le arrebatarían al tricolor ese enclave que ahora en el 2024 pasó ya al control de Morena. ¿Alguien vio a Dulce María haciendo campaña callejera en su natal Yucatán en favor de los candidatos del PRI?
Natividad González Parás es otro tricolor que no tiene cara para exigir la salida de “Alito” Moreno. Su paso por la gubernatura de Nuevo León, entre 2003 y 2009, dejó una herencia roja como consecuencia de la disputa de dos cárteles por el control de la plaza de aquel estado.
González Parás logró instalar como su sucesor al joven Rodrigo Medina de la Cruz, quien de la mano de su padre Humberto Medina Ainslie, dejaron una estela de corrupción que llevó al PRI a perder el estado insignia, a manos del candidato independiente Jaime “El Bronco” Rodríguez.
Y a pesar de la intentona para retomar con los tricolores el poder, González Parás debió conformarse con que Movimiento Ciudadano instalara en el poder a su alumno, Samuel García Sepúlveda, quien con su padre Samuel García Mascorro, superaron ya los récords de corrupción impuestos por Rodrigo Medina primero y por Jaime “El Bronco” Rodríguez después.
El común denominador de la triada González Parás-Medina-García Sepúlveda es el saqueo a cielo abierto de la empresa estatal Agua y Drenaje. ¿Hay fotografías de campaña de González Parás apoyando a Adrián de la Garza o a alguno de los candidatos tricolores en la antesala de la última elección del 2 de junio?
El chihuahuense Reyes Baeza es otro de los insurgentes tricolores. Con un tormentoso pasado que incluye en 2020 el proceso judicial a través de la Unidad de Inteligencia Financiera por el reclamo de 129 millones de pesos perdidos en sus días como director del ISSSTE, es un caso que acabó relacionado con la famosa Estafa Maestra en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Además, el personaje le heredó la gubernatura de aquel estado norteño al tricolor César Duarte, quien sin escrúpulos y con un elevado nivel de corrupción acabó en prisión, para terminar en medio del escándalo por entregarle el poder al PAN de Javier Corral y de Maru Campos. Adiós al PRI en Chihuahua.
También entre los “reivindicadores del PRI” está Héctor Astudillo, quien no tiene cara para exigir cuentas después de que como gobernador priista le entregó el estado de Guerrero a Morena, a Félix Salgado Macedonio y a su hija Evelyn Salgado Pineda, que tienen a esa tierra caliente en punto de ebullición.
Astudillo canjeó esa traición, entre otras prebendas, a cambio de posiciones legislativas para su hijo Ricardo Astudillo y para los vástagos de los guerrerenses Manuel Añorve y René Juárez. ¿Acaso no sería más productivo para Astudillo dejar su estafeta de buitre tricolor, para hacerle frente al reclamo de los 13 mil millones de pesos que dejó como deuda de los trabajadores del estado al ISSSTE, lo que en su momento impidió a la burocracia guerrerense tener acceso integral a sus pensiones que debían ser intocables?
Dos veces derrotado por el PRD de Zeferino Torreblanca, Astudillo tendría que expiar primero sus culpas y pecados de que se le saliera de control su natal Guerrero, antes que intentar pasar al banquillo de los acusados a “Alito” Moreno.
Ni qué decir de un personaje que no ceja en su afán por mecer la cuna, para buscar adueñarse del tricolor y que lleva por nombre Miguel Ángel Osorio Chong.
Formalmente renunciado del tricolor, no pierde la esperanza de retomar el mando del PRI bajo instrucciones desde España, para cumplirle al presidente López Obrador el pacto que el actual mandatario estableció con su antecesor Enrique Peña Nieto. Cumplieron con no hacerle olas, les cumplió con un acuerdo de impunidad Peña-Videgaray-Osorio y como cereza del pastel le regalaron el invicto Estado de México a Morena.
Esa es la radiografía de quienes en su papel de “buitres” buscan ir sobre los restos de un partido que ellos mismos aniquilaron con sus corruptelas, con su inacción, y que ya convertido en carroña se lo entregaron como regalo a la Oposición.
Por cierto, ¿alguno de esos personajes del Frente Amplio de Renovación del PRI ya fijaría postura pública, frontal, contra las inminentes reformas del Plan C lopezobradorista? Alejandro Moreno ya lo hizo y se plantó de pecho contra la intentona.
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