21 de enero 2019
¡Que alguien me explique!
Buitres del huachicol
Lo que sucedía en el lugar donde ocurrió la tragedia que mantiene hasta ahora saldo de 85 muertos era un saqueo a la nación
Por Ramón Alberto Garza
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El drama de los hasta ahora 85 muertos y 58 hospitalizados que dejó la explosión del ducto de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo, vino una vez más a exponer las miserias humanas del sistema político mexicano.
La tragedia ocurrida cuando cientos de pobladores acudían con tinas y contenedores a robar el combustible que se fugaba, solo reafirmó que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador está en lo correcto en la guerra decretada contra el huachicoleo.
Lo lamentable es que opositores y extremistas –políticos, empresariales y mediáticos- intenten secuestrar ese drama, inundando las redes sociales de huachicol verbal, atacando al único gobierno que por fin se decidió a ponerle un alto a ese saqueo cómplice de la nación.
Porque todavía estaban vivas las llamas en Tlahuelilpan, cuando en algunas redes sociales brotaron condenas por lo que consideraban una negligencia del gobierno, al no actuar con las fuerzas de seguridad para detener el saqueo.
Y el círculo del oportunismo político se cerró cuando el PAN, cual buitre tras la carroña, salió abiertamente a lucrar con la tragedia culpando al gobierno de la Cuarta Transformación y su pésima estrategia para combatir el robo de gasolinas.
En su comunicado, el PAN dijo que “la investigación debe considerar, incluso, la posible negligencia e incompetencia del propio gobierno federal en el combate al robo de gasolinas, que lamentablemente ya comenzó a costar vidas”.
Y en el colmo del oportunismo político, el PAN exigió una investigación “en virtud de que funcionarios del gobierno federal tuvieron conocimiento de la fuga del combustible y de la presencia en el lugar de cientos de pobladores de la región desde horas antes de la tragedia que, sin duda, se pudo haber evitado mediante una intervención oportuna de parte de las fuerzas de seguridad”.
Vámonos entendiendo, señores de azul, porque su absurda declaración en nada abona ni a evaluar el drama, ni a frenar el multimillonario robo de combustibles.
Lo que sucedía en el lugar donde ocurrió la tragedia era un saqueo a la nación. Quienes aprovechaban la fuga de combustible para ordeñar el ducto sabían que estaban robando algo que no les pertenecía, así fuera una cubeta de gasolina.
Cuando se detectó la fuga, se enviaron a 25 elementos del Ejército Mexicano a resguardar el ducto. Pero al llegar se encontraron ya con cientos de vecinos de la zona saqueando el combustible.
Se conminó a los delincuentes –así lo fueran por un día- a que se alejaran del lugar frente al peligro de la explosión. Y eso consta en grabaciones hechas en videos tomados por lugareños.
Pero no hicieron caso. Y sobrevino la tragedia que cobró casi el triple de víctimas de las que se registra en todo el tiempo del huachicoleo.
Si 25 soldados hubiesen querido someter por la fuerza a 600 u 800 pobladores, sin duda estaríamos frente a otra tragedia que de igual manera la habría condenado Acción Nacional.
Lo que se asoma tras actitudes como la del PAN es no solo la desesperación política que los acorrala para aceptar convertirse en buitres, sobrevolando una tragedia.
Lo que Acción Nacional viene a confirmar con posturas tan mezquinas y malintencionadas como esta, es que alguien desde las frustradas y dolidas cúpulas del poder que ya no es, el que agoniza, está utilizando lo que queda de ese partido como carne de cañón, contra un régimen que amenaza sus intereses.
Bien haría Marko Cortés, el líder nacional albiazul, en reflexionar para evitar ratificarse como el títere político de aquellos que durante años callaron frente al saqueo a la nación.
La tragedia de Tlahuelilpan no es sino un mortal aviso –muy trágico y lamentable- para que los saqueadores frenen por voluntad propia el criminal robo a la nación.
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